EXTRANJERA - Rubén Vedovaldi - Argentina

te soñaría en un patio andaluz si no estuvieras aquí

pero llovería tanto que el agua terminaría por borrarme

y de pronto estarías otra vez aquí y

menos mal porque si así no fuera

te soñaría niña

saltando una cuerda dorada

entre la soledad del templo de ramsés no sé cuánto

pero estás a mi lado y me pica

un ojo o te soñaría a mi lado

pero en alguna otra parte o me pica

la uña con que me rasco el ojo

o te soñaría sola y Mia, mi rosa púrpura,

arañando las piedra del coliseo

romano supongamos o cruzando

descalza los viejos portales

del monumento solar y lunar de revanta griva

que no existe pero no importa igual te soñaría

una tarde de viento y nadie alrededor o no te soñaría

aquí donde estás y ahora y de este modo

pero estás

y yo nunca sabré qué hacer de mi pero

te réquete-recontra-soñaría con las letritas

traducidas al pie de las hermosas

secuencias hasta el gran final

de película

EL TUPA - Virgilio Pellegrini - Canadá

El empedrado urbano
tan frio indiferente
desnudo silencioso
Geométrico alineado
como las existencias
que viven y caminan
en la ciudad que duerme
Piedras !
Tal vez fueron ustedes
testigos de su paso
camino de la cárcel
camino del destierro
o el simplemente cierto
camino de la muerte
Quizá , no lo recuerden
el era como tantos
ni más malo o más bueno
Fue obrero o campesino
estudiante , artesano
o tal vez un artista
que un dia su conciencia
le dijo que era tiempo
de arrumbar las palabras
rimbombantes, vacías
y empuñando la idea
corazón como escudo
enfrentar al sistema
Y peleo con la fuerza
del que sabe que es cierto
la verdad su bandera
Su futuro?
Que importa ¡
El no tuvo futuro ¡
un presente de balas
y el mañana de incierto
Por la patria y la vida
Por la lucha o la muerte
Piedras!
Tal vez fueron ustedes
testigos de su paso
camino de la cárcel
camino del destierro
camino del olvido

La vuelta de los campos - Elder Silva, Montevideo, Uruguay

Estas naranjas que sostienen la penumbra de la sala
me recuerdan a la vuelta de los campos, al atardecer,
cuando ni el oro del poniente paga la faena
de los peones naranjeros.
Las tareas de rescatar el oro de los árboles
(ese metal perfumado por el cual daríamos un
minuto de la vida.) son duras en invierno,
cuando las rutas polvorosas humean (el malation,
apesta),
y no hay tilo ni azucena en los cabellos, ni suspiros, ni coronas de rosas.
Estas naranjas, que iluminan la penumbra de la sala,
serán festín en la boca de mis hijos, risa en el aire,
justo a la hora en que regresan los peones del naranjal
en camiones mugrosos y destartalados.
Y esa desavenencia
corroe el sabor de las naranjas en mi lengua
y explica en parte este poema.

EMIGRANTES - Marietta Cuesta Rodrìguez, Cuenca-Ecuador

Emigro yo de tì
como hoja empecinada
como nieve de invierno
corriente de murmullos
hacia el rìo
deshecha marejada de los sueños

Emigras tù de mi
como espuma de viento
en burbujas de espacios
zigzag de zigzagueantes
marejadas
sinrazòn de "alas delta"

Asì, los dos
migrantes y emigrados
de un boceto de amores
en soplo de cometas embrujadas
en turbiòn de aluviones,
garganta de ilusiòn
que-d-a-m-o-s SOLOS.

LIRA DE DESPEDIDA - Luis Felipe Belloso - España

Adiós mi buena amiga,
no derrames por mi una lágrima más,
¡Dame un beso mi vida!
¡Quédate ahí donde estas!
Me voy, no volvemos a vernos jamás.

Fueron buenos momentos
los que hemos compartido estos años,
recuerda cuantos besos,
mira cuantos abrazos,
lo que nos dimos mientras nos amamos.

No dejemos que cambien
esos buenos recuerdos por pesadillas,
que no se nos olvide
los mimos y caricias
que nos regalamos en cada esquina.

Así pues amiga mía,
recuérdame como la persona que fui,
y olvida lo que seria
si hoy me quedara aquí...
ya ves me despido, nunca digas que huí.

ME ACERCAS TUS MANOS - Fernando Sabido Sánchez, España


Me acercas tus manos arrancadas de la tierra
a través de la noche
del viento y del amor
manchadas por un mundo endurecido y áspero
que derrama vino añejo sobre las abejas
las tomo entre las mías y me moja el sudor frío
que intenta devolver la furia de la sangre
al corazón cien veces malherido
por las amargas impurezas de la miel



QUE LINDO ES SER PRESIDENTE - Juan José Moyano, Buenos Aires, Argentina

Aumenta el costo de vida
los precios se han disparado,
sin efectivo que mida,
las tarjetas has reventado.

Todo sube, nada baja,
los salarios congelados
no dan tregua, ni rebaja,
se acabó lo "deme al fiado".

No se puede comer carne,
ni que hablar de la verdura.
Es mejor no hacer alarde,
si nos pesa la gordura.

No hay laburo, no hay un mango,
la culpa es siempre del otro,
quién nos sacará del fango,
si a nadie le importa un "soto".

Te han dejado prescindible
con un precio a convenir,
cartonero predecible,
caradura, o perejil.

Con chatarra y con videos,
vá el País de la comida.
"Del agua de los fideos",
sin control y sin medida.

A los ricos los subsidian,
a los pobres, que hagan "polla".
Los gobiernos se fastidian,
si descubren que hay "tramoya".

Con un poco de "pavada"
que la gente se entretenga,
para ser y no ser nada,
facil es que lo intervengan.

La verdad es elocuente,
"no hay que echarle a la olla",
¡que lindo es ser Presidente!,
y que te arregle "magoya".

ILUSION - Silvia Silva Robles (Chile,1924-2006)

A Julio Alegria

Tome de tus ojos el calor de la vida
Tome de tu boca el sabor de un amor
de tus manos me cogia la esperanza
y con tu pelo trenze mi ilusión.

Fuiste campana de plata
que lindo sonaste en mi corazón
llenaste la tarde de besos
Y la luna se acostó junto al sol.

Razgarón las viejas guitarras
sus canciones de ayer y de hoy
contentos de cantar a la vida
y yo a la pasión.

Si la vida, separara a la vida
y sólo quedará el recuerdo de una ilusión
tú y yo más allá de las sombras
Tristes pero sonrientes, diriamos, conocimos el amor.





Enviado por su nieto, el poeta chileno Rodrigo Verdugo

Hoy - Marian Muiños, España

Hoy,
más que ayer
(quizás menos que mañana).
Sin
follaje que abrigue
las desnudas ramas,
que
recoja los frutos
maduros de nostalgia.
Hoy,
más que ayer
(quizás menos que mañana)
te
amé en silencio
mientras tú me ignorabas,
Tan
desnuda de cariño
como ayer, como mañana.

El rayo y el amante - Oscar Portela, Corrientes, Argentina

Relámpago. Cielo cárdeno y fulgido
Que silencia voces sobre la tierra.
Trueno . Voz de la ira. Lavas y cenizas
Sobre la mar que cierra sus oídos
Al clamor de los Dioses.

Rayo que timonea el Universo.
Amor que nos silencia como el relámpago,
Nos ensordece como el corno del trueno
Y nos vuelve cenizas sobre la tierra pálida
Como el rayo que timonea los cuerpos
Desnudos sobre la hierba de una arcadia.

Solo un instante y lo eterno se esfuma.
Morir yo soberano no poseyendo ni entregandome
Sino dejándome fluir en la estación de la inocencia
Cerrando el círculo sobre el desnudo cuerpo del amado.

Carlos Alberto Roldán, Buenos Aires

aquellos
cuyos ojos acaso equivocadamente
hallaron la ceniza de la estrella
los que dijeron creyeron o soñaron
embestir una luz poderosa casi como un umbral
con propios dolientes cuerpos de arcilla
y gemido
desdijeron acaso también sus nombres
porque qué se puede hacer cuando se es hombre
pero también volvieron esperando de lo que se abrevaba
en las palabras frescas inocentes palabras
hechas para todos los equívocs
los que habían visto en el color ya no del cielo
en sus hermanos mismos
una sombra ceniza
capaz de renacer en las cercanías del alba
los todos ellos que me alientan
cuando embisto esta insensata pared que limita
cada poema y es mi noche
no es posible que ellos
los altaneros cuya risa
debió guardarse en el mismo corazón de cada piedra
hoy vuelvan a casa viejos
(si habían burlado al tiempo)
vuelvan con el cuerpo el traje los zapatos
quebrados a día de hierro a gris a sentimiento
de que apenas pueden la vida
cuando alguna vez pudieron
sentir que eran altares en el mismo cielo
y no la mesa en que apacientan
los burros de los burros de los burros
y que todo se gira

cuéntame padre
cómo despertar al hueso
y que el hombre era otra cosa
que mil rocinantes se vienen de galope
sin lanza llenos de luz
contra lo obsceno

Frutal-ente-mujer - Sergio Olave - Normandía, Francia

Poemar con tu cuerpo frutal,

Es como un coctail de estrellas en Atacama

Es saber introducirse en el sabor del néctar sagrado

De los campos de Francia

Así emerge tu mirada como naranja matinal

En mi despertar abierto de luz

Y de tus cabellos alborotados

Los racimos de uvas se confunden en el gran estío.



De tus ojos transparente nace y crece

La dulzura libertaria de la miel

De tus manos se expande a tu cuerpo

El olor vagabundo de la chirimoya

Mientras que tus dedos incursionan la frágil escafandra

Y el corazón de la frutilla

Y en tus labios frutillares el sol acaricia el mediodía

Con el mirar de los nísperos.



Tus brazos abrazan el manzano

Y en ellos desmayan sus colores

Por tu cuello el sabor del durazno

Resbala placer y néctar de enero

Tus hombros seducen febrero y la sandía

Baña su jugo en tu pecho

Y tus senos son manzanas y rosadas uvas

A medianoche de diciembre.



En tus orejas cuelgan guindas

Y el cerezo aún espera su lugar sensual

Tus piernas caminan y bajo la sombra de una higuera

Bebes el jugo del kiwi

Mientras tus pies descalzos se entusiasman

Con las caricias de las papayas

Y corres desnuda abrazándome cuando la luna

Quiere robarle el olor al ciruelo.



Así en tu cuerpo mis besos son :

Racimos, néctar, sabor y raíces de verano

De mi boca granada salen colores de la fruta

Que dibujo y pinto en tu piel.

De tus caricias, de tus besos nace la mermelada

Que nutre mi boca afamada

Y en un carnaval de primavera, el melón

Te coronó princesa de mi corazón.

El amor - Gustavo Tisocco, Corrientes, Argentina

El amor
se mete
en los huesos.

Moldea,
da forma
a la gloria.

Desde
el cráneo
al astrágalo.

Firme
ennoblecedor
viril.

Efusivo
angelical
pacificador.

Pobre de mí:
soy
invertebrado.

Viento - María Alejandra García Mogollón "Onix", Colombia

En solitario lecho que habito,
implacable encuentro con el viento
dejando solo tu recuerdo
que salpica de tristeza
al cuerpo inocente, entre tus manos
mientras este leve viento
acaricia sin permiso lo que te pertenece.
Anhelamos… nuestra inmensidad
cuando la irrumpe el viento,
en sublime placer al ínfimo contacto
pues ese soplo de vida
cualquier fuego aviva
induciendo la explosión al alba
absorbiéndolo todo
en donde ni el viento
puede habitar.

Rodrigo Verdugo - Chile

SABADO


Se abrazan hasta podrir el sol






DESPUES DE ESE DIA


Cambiaron el lugar de las cosas
Sabían demasiado de una música de tierra para el viaje enemigo
El aura del mar levantándose, dejando atrás nuestros terribles ejes.
Nuestra forma de mirarnos a los ojos, de mirar a las piedras.
Sabían demasiado bien como unirse, por eso recibieron el revés de las cosas
Y se empezó gota por gota, nombre por nombre
Mientras el mito se deshojaba a nuestros pies.
Sabían demasiado bien y no esperaron retratar a sus muertos
Les bastó que el revés del mundo se levantara contra los árboles y las aguas
Contra las cosas y las vidas, contra cualquier herida que no tuviese un arrojo de estrella.
Lo sabían demasiado bien apareando a las sílfides contaminadas, saldando algo con ellas,
Poniendo plumas quemadas dentro de las almohadas, reanudando las capturas
Para que así llegaran y se ubicaran gota por gota y nombre por nombre
Como antes cuando las cosas no limitaban con los hombres
Sino el tiempo limitaba con la piedra, limitaba con la luz
Y piedra y sangre por igual buscaban legitimar al rayo
Mientras la belleza ahuecaba los mares
Y al final dios estaba esperándonos con un ramo de accidentes en las manos.

Venus en mi mirada - Fernando Nerú, Perú

A Mónica Collado


No era mi mar sereno,
cuando vararon mis aguas en tu bahía blanca,
y eran mis palabras como el fresco heno,
que susurraban entre tus verdes palmas.
Eramos como dos estrellas lejanas,
Yo como el celo de Marte
y Tú como Venus en mi mirada.
Eras como el cervatillo en la loma,
deslizándote como un sol en mis gélidas aguas,
como una blanca palmera con filos de dagas
y en el cielo azul la verde paloma.
¡Era yo y siendo yo, era tuya mi alma
eran tuyos mis brazos y eran mías tus sombras!
¡Eras tú y siendo tú, era yo tormenta en tu calma
y eran mios tus lazos y las cosas que nombras!
Eramos noche y mañana,
eramos el rojo violín y el reír del arpa,
y desde siempre eres la luna que mis ojos extrañan
y desde siempre el aguacero que golpea a mi barca.
¡Sí! aguacero,
aguacero que consume mis desiertos,
aguacero que humedece mis sabanas
aguacero que lubrica mis puertos,
rojo aguacero, como velo de escarcha.
¡Era yo y siendo yo,
eran tuyos los sueños de mi cama
eran tuyos mis humeros y era mía tu alma!
¡Eras tú y siendo tú,
era yo el arco iris de tu cara
y eras mi pluma y eran tuyas mis palmas!
Eramos como dos estrellas lejanas,
Yo como el celo de Marte
y Tú como Venus en mi mirada.
Hoy somos el ocaso y el alba
Tú la dulce hebrea,
y yo el espartano azul de tus montañas.
Hoy somos el cárdeno celo
y la ebullición de la sangre en las entrañas.
Hoy somos un valle de fuego
que en sus rojas estrofas cantan:
"hoy somos todo... Pero no sé mañana"

Y qué?.. ananegra, Mendoza, Argentina

Nunca
ese dolor
se me vio
en la piel.
Escondida
a los ojos ciegos
de los sordos
que se tapan
la boca
con tal
de no brindar
una caricia.
Nunca
una sonrisa
fue tan libre
de mostrar
los dientes.
Para
que me olvide
del todo.
Si en su ausencia
tuve que vivir
ausente
y haciendo señas.
Inútiles.
Con hambre
y ahogada
en un llanto seco.
Recordando
lo que no se debe
en momentos
como éste.
Donde
me siento feliz
si olvido
la culpa
por un rato.



http://ananegra.blogspot.com/

Poema sin textura, Alicia Abatilli, Argentina

¿Imaginas acaso

la quietud

de mi marcha?

por qué sufres mariposa . . .

peregrina como tú

libando ausencias

y recuerdo adormilado

de rieles y durmientes.

El tiempo no fluye

sólo . . . movimiento

en parábola triste

de un despertar tardío.

Un canto de otoño

sin hojas amarillas

el viento aún derrama

melodías profanas.

Espera y vigilia

porvenir olvidado

ayer sólo fue ayer

¡Carlitos!, Rolando Revagliatti, Buenos Aires, Argentina

Gardel

el que cada día canta mejor

es algo más que Gardel



El Morocho del Abasto

supera a Gardel



Gardel es Gardel



Pero también es otra cosa

que Gardel.


http://egodot.blogspot.com/search?q=Rolando+Revagliatti
http://www.revagliatti.com.ar/

Me maravilla - Segis, España

Me maravillan,
las fuerzas misteriosas que me rodean,
me maravillan todas.

La línea generosa
en cada labio, la máquina perfecta
de una sonrisa,

El parpadeo
latido en cada brillo y la premura
con que se aviene el llanto.

La música y el tacto
genial de las palabras entre la espuma
de cada beso

Extraño hechizo,
conjura de elementos del más ignoto
convenio de poderes.

Me maravilla verte,
saber que existes muriéndome en tus ojos
y seguir vivo.

La niña y el río - Emilio Medina Muñoz, España

Un río de limpias aguas
y de rápidos torrentes,
baña su cuerpo turgente
sin el temor que la gente
vea tu cuerpo en beldad,
con lo bello de tu edad,
sin cumplir los diecinueve.

Un pastorcillo que pace
su ganado por la orilla,
con el agua se complace
y del trajín de la ardilla
guardando bayas salvajes.

Su vista se torna alegre
al mirar a aquel remanso,
y ver nadando a una diosa
con sus bellezas mostrando.

La niña muy azorada
por lo que aquí esta pasando,
se cubre con amapolas
y margaritas del campo.

Un coro de pajarillos
en su piar van contando,
la alegría de los niños
que unidos, se están besando.

Entre silencios escribo, sonidos del alma - Miguel Angel Lucero - Buenos Aires, Argentina

Siento en mí un río entre cada recodo de mi respiración.. un deseo que florece,.. entre tus dedos abrigo.. siento que me falta respirarte para respirar.. y me lleno de ansiedades, y de calma, porque te sé,

allí donde tus collares de palabras vienen
no es sencillo en este mundo
sentir, intensidades,

escribir entre silencios,

los sonidos del alma,

pero el poema ama los remolinos

no vuela en linea recta,
pero tu voz me alienta a ver los verdes de las copas de los árboles recortándose con sus siluetas vivas, sobre el frío metal del cielo inclemente... mi vida. te amo

Sosteniendo el mañana - Norma Marchetti, Buenos Aires, Argentina

Me resguardo en la noche anegada de letras,

inhalando suspiros… soslayando tristezas.

Sin certezas de tiempo, sin pensar mañana,

sin cerrar las historias que me oprimen el alma.



En mi mundo la calma se desborda de voces,

de sonrisas, de intentos… de joviales amores.

Se fusionan historias, se revierten proyectos,

bajo cielos añiles encumbrados de encuentros.



Amistades virtuales, solapadas de riesgo,

ilusiones ahogadas en los nuevos intentos,

conclusiones endebles de evidencias vacías,

como el agua en los dedos que se escurre fluida.



Con los frenos del miedo aplacando mi envite,

con las pautas selladas como lemas de estirpe.

Con recuerdos endebles, durables, esquivos,

como alforjas cargadas… como duelos furtivos.



El silencio me trae los ecos fortuitos,

de gigantes razones, de pequeños conflictos.

Con las culpas rastreras hostigando mi espalda,

y mi fe impoluta… sosteniendo el mañana.





http://miuniversodepoesia.blogspot.com/

Sublimemente amada - Enrique Caballero Arias, Venezuela

Al encuentro
con tu vida
la has hecho extraordinaria
se convirtió, en amor bonito.

Han sido momentos deliciosos

porque estamos
completamente convencidos
que me he dedicado embelesado

a consentirte, porque tú,
lo vales.

Y hurgando al léxico transcribo
que integérrimo, existimos
allí; donde se trenzan
ideas realidades, fantasías, orgullos, pretensiones
y acontecimientos de aventuras.

La expresión entre poemas
no solo son casualidades

han sido peldaños ocurridos
en coyunturas de mi vida
al través
de episodios majestuosos.

¡Te amo y esto es irrebatible!

Admirable amor correspondido

SOÑÁNDOTE - Jorge Humberto, Covina, Portugal

Soñándome , soñándote.
Nada en el sueño se desvanece.
Es en mí y permanece,
mi amor, aguardándote.

En mis brazos te acojo.


Me corre en el pecho.
de las flores el trayecto,
si por la tarde te recojo.

En jardines te reinvento.
Allí te doy mil cuidados.
Tus sueños desvendados,
no existen cuando te invento.

Y es tanto el gesto percibido,
que basta un sesgar aquí.
Ser para ti lo que eres para mí.
Que en el verbo queda sobreentendido.

Mis cartas de amor,
las guardo como adolescente.


Quien se dice carente,
no sabe de nuestro labor.

Por eso hago versos y rimas,
sin tener de los poetas la perfección.


Sólo para el decir de mi corazón,
que en mi ser tu te encimas.

Lograste ser - Edith Checa, España

Lograste ser águila para otear
el rumbo de mis pasos bajo las nubes.
Pequeños pasos que tan sólo perduran
como las ondas de la lluvia al caer
en un estanque plateado por el tiempo.
Pasos acompasados por el ritmo de un poema
tan oscuro como un bosque
donde a la luz no le dan permiso de entrada.
Pídeme el silencio,
el secreto de la corteza de este árbol
que contiene la melodía de la respiración
de los duendes.
Pídeme la muerte
en los flancos del aire y del recuerdo,
que escribo ebria de sombras y simas
en las hojas del libro interminable.
Pídeme la sabia de mi pluma que dibuja
los contornos de los párpados sorprendidos
de alba y de crepúsculo.
Pídeme el silencio
y la amnesia de un torbellino de anulaciones.
Pídeme el tiempo, y mis anhelos,
y mis ansias de ternura,
y esta sonrisa de hierbas,
y estos ojos de girasol
que persiguieron tu sombra.
Pídeme que desmaye la utopía
sobre tu roca y la hamaca de tu siesta.
Pídeme que olvide o que recuerde
Pídeme la luna...
que sólo te daré mis versos.

"De las repeticiones últimas" - Liliana Celiz, Argentina

en los inmaculados restos de la noche
cortados como láminas desde el borde de las ágatas
la alevosía de tu voz en la repetición concéntrica
del habla y cada disco de palabra en los rincones
no escritos del silencio perforando las visión
del punto neutro en los espacios semiclaros de lo oculto:
yo no estaba
el campanario haciendo gala de la escala del sonido
y el mar allá a lo lejos, desde el fondo
como lámpara no aislada del recuerdo
entre las calles lisas de nosotros
la sustancia


http://www.poesiaceliz.com/

Ay, no te alejes! Marta Seone, Argentina

Estoy esperando bajo el viejo sol de esta primavera,
bajo el silencio de las nubes blancas
a la vieja luna que me lleve lejos...
¿Estás conmigo aún alma querida ...?
¡¡ ay no te alejes ...!!
Porque cuando pase el tiempo y se evapore esta
incertidumbre que duele volveré a ser presente
de esta vida mía...

Globos - Yossi May, Israel

No puedo dejar de pensar y lamentar
que también me pasó lo que temía
un globo no es mas que un globo
y cuando se revienta no esta mas

Toda una vida... casi toda un vida...

Invertí en inflar mis globos en cuidarlos
si fueran pelotas de cuero las engrasaba
si fueran plantas las podaba y regaba
si fueran hijas las mimaba y cuidaba

Mi globo también se reventó...

Te ofrezco la súplica - Gustavo Tisocco, Corrientes, Argentina


Te ofrezco la súplica
que nunca hice,
mi casa abatida
mi eterna tristeza
detrás de ninguna sombra.
Te doy lo poco que existe
en mi asilo de tormentas,
esta sin razón
de ser pequeño
entre mis andamios.
Desnudo ante ti
mi suicidio habitual,
este corazón sin alas,
mi promesa de seguir el rumbo.
Y aunque de mis huesos
ya no queden más
que eternos epitafios,
te dejo mi último sollozo
sobre la mesa inerte del tiempo.
Me cedo a ti y no soy abismo,
sino un frágil barrilete
extraviado en el viento.

Debajo de tu nombre, Gustavo Tisocco, Corrientes, Argentina

...................................A Alejandra Pizarnik


Perdida en un cajón
tu muñeca espera.
Por salvarte
te fugaste de la isla,
ya no formarás fila para morir.
¿Agitarás pañuelos en la noche?
¿Tendrás después de todo
perfume de pájaro acariciado?
La melancolía se ríe del tiempo.
Hoy te leo con mis ojos
que no son míos,
hoy te escucho con la voz
de tu memoria/noche.
Un grito de lobo también te espera.
¡Ay Alejandra
si vieras que solos están ahora
el muelle gris y las casas rojas!
Las viejas canciones miedosas del alba
aún tienen miedo.
Necesito, poeta creadora de silencios,
tu presencia para mi sed
y no embriagarme de ausencia.
Necesito Alejandra
tu último viento,
para llorar debajo de tu nombre.


Varios versos fueron tomados de poemas de Alejandra Pizarnik.
Gustavo Tisocco
De “Paisaje de adentro”

Paisaje de adentro - Gustavo Tisocco, Corrientes, Argentina

Ahí
donde juego a la rayuela
y con mis hermanos nos escapamos al río
a embriagarnos de fábulas.
Donde a lo lejos diviso todavía
al indómito tren de aquella estación.
Ahí donde nazco y perezco
según otoños que encarcelan octubres,
donde la música del viento
me recuerda aquellas calles, aquel pueblo.
Ahí donde no hay almanaques
y conservo aún los ojos tristes de mi perro.
Donde el circo luce su carpa reluciente,
donde salgo al recreo
donde me invaden perfumadas mandarinas.
En ese lugar donde tener memoria duele,
los muertos parecen latir
sin vejez, sin andamios.
Donde habitan también tantos desamparos,
niños de cartón, mujer desgarrada.
En ese lugar donde hay un país vencido y mutilado,
palomas bombardeadas,
clausuradas plazas, iglesias infames.
En ese lugar,
ahí, en mi paisaje de adentro,
mi casa aún es refugio
................... mis manos palabras.

Terraza - Gustavo Tisocco, Corrientes, Argentina

Terraza
Fácil y sutil
el salto al vacío.
Elevar mis brazos
como si fueran alas,
atravesar los edificios,
surcar lo celestial,
ser atmósfera, inercia,
liviandad suprema.
Inesperado el asfalto
...................que me castiga...

La vida me mata - Mario Capasso, Villa Martelli, Buenos Aires, Argentina

Para Martín. Todo. Siempre.



Por el destino prefijado hace siglos,
o por el azar del amor encontrado unas horas atrás,
o por la fértil inocencia de la mujer desconocida,
por suerte para mí,
la vida me mata cada noche, puntualmente.
Me tira un cable chiquitito. El Chavo es una excusa.
Él entra a la habitación y es una locomotora,
me pone de espaldas y ya sabe contar.
Se ensaña conmigo, me aplasta y me golpea,
me hace cosquillas y se atiene a las consecuencias,
me amenaza con su arma de dos dedos,
certera en su agitado temblor de principiante.
Y yo me entrego alzando rendidas las manos.
Y él dispara el monótono estampido de juguete.
Y me asesina sin piedad, compasivamente.
Porque mientras él me siga matando
seguiré viviendo, amarrado a la cama, cada noche.
El Chavo, allá lejos, es una excusa.
Y en el día tan cercano del último disparo,
me despediré de la vida de dientes flojos,
de la sonrisa morena que moja mis labios.
Y seguiré a la distancia sus pasos,
que se alejarán buscando caderas que se rindan
a sus manos amenazantes de amor.
Ya no estará más encima de mí.
Yo estaré, quizá, detrás, sangrando los viejos balazos.



La Danza de la Vida, Mario Capasso, Villa Martelli, Buenos Aires, Argentina

Desde un costado del camino,
mientras miro las nubes permanecer y cambiar,
la siento, lejanamente reconocible, pasar a mi lado,
rozándome apenas con nuevo fervor las viejas quemaduras.
Y si distraigo un instante el mirar de lo eterno,
y abstraigo la mirada en lo concreto de lo efímero,
la veo.

La veo volar por avenidas anchas de urgencias vanas.
Despegar en airosos aeropuertos, buscando lejos lo que está cerca.
La veo tropezar hablando con celulares muertos de silencio.
Fumar en bares clandestinos, mientras el semen germina
para toser su rutina de irremediables hoteles.
La veo subir en el ascensor malhumorado de los lunes,
bajar corriendo las escaleras de los viernes,
saltando peldaños de brisa fresca.
La siento languidecer en escritorios de piedra,
cerrarse en tornos enmudecidos por el aceite oxidado,
prosperar en largas mesas de marfil y esbeltas siluetas.
La veo buscando la salvación eterna en remotos casinos,
o en pozos profundos y generosos de ilusiones cansadas.
La veo arrodillarse en iglesias que no se humillan,
palidecer y temblar, desobedecer en los inevitables hospitales blancos.

La veo, en fin,
esperar la noche para bailar en los cementerios innombrables.

Absurdo - Amparo Carranza Vélez, Buenos Aires, Argentina

Absurdo, amar.
Absurdo, mirarme frente al espejo y hablar.
Como si el reflejo pudiera responderme.
O como si esa imagen invertida obedeciera.
Absurdo el existir.
Para solo recordar.
Absurdo el sentido del pecado sin saber qué es el mal.
Y más absurdo es tener un cuerpo si está vacío.
Me río de mi propio ser.
Me ridiculizo con estos miedos.
La vida pasa.
¡Sí y qué más!
¿Debo temer a la vejez?
¿Por qué?
¿Debo temer a la soledad?
¿Para qué?
Más insólito aún es amar un cuerpo.
Enardecerse por su presencia.
Ya que no puedo apagar el fuego de este corazón.
Que quema, que vive, que quema y quema.
Y respira en las brasas, insoportablemente irrisorias.
¿Para qué te deseo tanto?
Si has de partir siempre al final de cada encuentro.
¿Para qué nací mujer si no puedo serlo?
¿Para qué busco la sangre?
Si es una mancha roja de risa.
Que no devuelve nada.
Simplemente proporciona vida y fuego a este pecho loco
de desamor.
Absurdos son los labios que carcomen mi entraña.
Desvivida y desquiciada por ese ser de niebla.
Parecido a un payaso ignoto del tiempo y del existir.
Payaso de carne.
Pordiosero del espejo.
No sabes mirarme.
No sabes encontrar en mí, el hueco que abre al otro mundo.
No sabes siquiera, desempeñar tu número teatral dentro del circo.
El templo de la magia y el absurdo.
Entre malabares y entre bestias.
Es absurdo creerse vivo.

Sentimientos al mirar fotos que hacen llorar - Senén Rodríguez Perini, Uruguay / Barcelona, España.

Lo extraño es
que miro las fotos donde alguien falta
o esas otras donde faltan todos
y aunque en alguna me veo
abrazado con Alvaro, con José, con el Negro
y a las risas en la puerta del Seccional
- inicios de los setentas -
junto a Margarita, el Bolita, Nelson,
yo estoy como pintado, porque no me veo,
no soy ni un reflejo en un espejo viejo,
hoy no me siento.
En las fotos blanco y negro

con esos inolvidables grises tan presentes
allí si estoy, allí si vivo, allí persisto,
pero hoy no me veo, no me entiendo
no me siento.
Falto.



http://www.blogger.com/profile/14947430721302737753

QUIERO QUE ME EXPLIQUES - Fernando Sabido Sánchez, Córdoba, España

Quiero que me expliques vagamente

cómo eres

porque nos hemos visto

siempre entre paréntesis

respirando el olor a barniz

de los violines

y sólo me permites amarte

en la breve pausa de cada sinfonía


.

http://fernando-sabido.blogspot.com/

Júbilo y caída - Luis Benítez, Buenos Aires, Argentina

Armonía primera allí te vi, no era necesario
mirar las partes de tu reino entero pero allí te vi
y no quise detenerme en tu orilla, tu orilla
que está en las simples cosas llenas de tu ondulante sombra.
Qué delicadamente, luz en la luz, centro del día,
te corporizas o elijes una sencilla forma cuando nos prestas tus ojos
y cómo un eterno amor nos lleva de la mano
a tus criaturas, allí donde eres sí,
en lo animado, la infinita danza,
la queja misma de cuanto existe.
Alta serenidad todo es tu vaso y cada uno
declara tuyo un color nuevo. Es abril
de un año que para ti no cuenta y sin embargo
un dulce calor te trajo aquí a mi lado. Era yo apenas
una certeza esta mañana y la espuma del sueño
y los lados del día se apagaban en mí.
Bastó pedir, correr a tu contagio,
para que un soplo sobre las cenizas que empolvaban las cosas
encendiera de nuevo el mundo de carbunclos,
las amatistas del aire... ¿las múltiples facetas
de tus brillantes vidrieras, de dónde vienen,
de qué sima profunda o de qué cima pública y expuesta,
de qué otro tiempo apenas visitado,
apenas entrevisto en el fuego del fuego?
Peor ayuno no hay, que el que hay de ti.

Amor y fulgor - Jorge Humberto/Covina/Portugal

El amor
en todo su fulgor
no dispersa
ni atraviesa
desiertos
cubiertos
de dudas.

Eres hoguera
simiente
que arde
con alas
intensos fuegos
nuevos
en la noche insomne.

Nace el beso
y preveo
que todo allí
es un jardín
mansa agua
que fragua
que alcanzamos.

Dada la mano
a la par del corazón
fingimos
que partimos
para un mundo exterior
-interior-de nuestro deseo.

Y la alianza,
esperanza
de vida
vivida
va de por medio
principio, fin y medio
trayéndonos la raíz.

Quien dice
lo que predice
la unción
emoción
de dos seres
y sus decires
en una entrega perfecta.

Nunca te enamores de un poeta - Alvaro Ancona, México

Si no tienes vocación de musa
no bastan
dos cucharaditas de luna para desayunar
tu destino no es oxímoron
ni tus sueños metáfora
Huye, corre, estás a tiempo
convierte en futuro simple de indicativo
tu efímero pospretérito compuesto
no puedes comprar ropa con amaneceres
ni pagar las letras del auto con ocasos
por sublimes que parezcan
Nunca te enamores de un poeta
busca un arquitecto, un doctor
el poeta te amará con silogismos
te hará el amor con asonancias
orgasmos rimados en dodecasílabos
Nunca te enamores de un poeta
te bañará con enjuague de estrellas
volarás en papalote de adjetivos
morirás en hipérbole amorosa
Tu espalda no es hoja de papel en blanco
para escribir sonetos con rimas alternas
necesitas ojos para ver
no dejes que los cambien por luceros
no eres faro, no eres ángel
eres piel y sangre, no espejismo
Nunca te enamores de un poeta
morirás como Beatriz, Dulcinea, Julieta,
de bulimia poética y anorexia lírica
los adjetivos son mala medicina
No te dejes atrapar que las palabras
han sido lanzadas, eres presa
te está arrojando estrellas,
convoca a las mareas para atarte
es amigo de la noche, socio de la luna
huye... estás a tiempo

Preguntas - Amelia Querol, España

¿Qué fuerza me empuja mar adentro?
¿Qué me depara ese océano que, si lejano y esquivo, gobierna mi voluntad aturdida?
¿Qué misterios me acechan, qué fin?

¿Qué caprichoso designio le impide atender mi llamada?
¿Qué recelo en su ánimo le inquieta y distrae del destino que le envío?
¿Qué espera angustiosa contraviene mi dictado?

Preciso el mar, sus pasiones de espuma, sus locuras salinas, su abrazo de cristal
Preciso de su hechizo para encontrarme de nuevo
Preciso envolverme en sus tormentas hasta alcanzar el horizonte que se despunta tras ellas

Ya liberé mi pulso, mi razón y mi aliento, no podrá dilatar mucho más esta distancia que escribe silencio tras sus pasos
Ya me presiente, percibo su calor al otro extremo de mi abrazo
Ya no habrá más lejanías de estériles desiertos que dividan este verbo, Ya viene a mí. Te espero

¿Tendrá la marea, acaso, la respuesta que calme esa inquietud?
¿Tras qué tempestad atribulada, solemne y certero, escribiré mi canto de sirenas?
¿Qué fuerza de ignotos mares se enredará en mis dedos de poeta?

Elogio de la soledad y tu silencio - Luis Angel Llarens, Corrientes, Argentina

No es fácil estar solos, se necesita temple
para decirle no a tantas cosas
(y seres) que se empeñan en aguarnos la fiesta.
Solos para el provecho de encontrarse a uno mismo.
Solos para la música y el verso
que deseamos nos deje columpiados y absueltos.
Pero está el enemigo -a veces muy cercano-
que no entiende y desata
su verborrea injusta
o su música artera; su invasión alevosa.
Si entre dos no hay silencio que compartir, no existe
más destino que éste: el hartazgo o empacho.

Yo disfruto el instante -único- del silencio;
bástame con mirarte en la luz que atesoras,
en el gesto que advierto de amor en compañía,
cuando posas tus ojos en algún horizonte
y un recuerdo entrañable te abstrae y me convocas
a un silencio de trinos.

INMEDIACIONES - Vilma Vargas Robles - Costa Rica

Las calles son un taller oscuro
dónde vi cosas que no dije.

Fui poeta, no pensé en las actas,
quise dar con el peligro.
Una noche llovió y quebré mi espejo.

Las damas se tienden unidas,
los monos tallen sobre ellas,
cargados de flores.

Este no es el lugar.
Voy por un poco de agua,
voy lejos de mi casa a lavarme,
voy más allá de los cipreses,
voy a pensar qué hago;
quiero un clavo de olor para sobresaltarme.

No estoy tan sola,
di mi sombra a los árboles.
Crecí y volví a la fuente oscura
que me llevo lejos.
Entre nubes vi las aldeas,
los mercados rumorosos.
Con los que no me conocían,
con esos compartí.
Soy clara, abro los párpados:
no oculto el miedo que llevo.

Ojos de polen - Fernando Nerú, Perú

La noche dormitaba sobre la fuente,
retozando su lumbre en el agua muerta,
y se encendió el recuerdo de la amada ausente,
en los ojos gitanos del poeta.
Las sombras de un viejo romance,
coparon de dolor la oquedad del amante,
y una orgía de versos estivales,
brotaron bravíos e indomables:
-Noche de trova y de luna bruja,
que derramas hiel como escarcha.
escucha a los lirios que punzan como aguja,
y bebe del rocío de mi alma-
-Hoy brilla más, mis ojos que tu espada,
voltea tu capa y no cimbrees mi mañana,
porque soy poeta de palabra amada
y tú un vacío destello en mis entrañas-
-Soy el heraldo que nunca calla,
y soy el león de la montaña,
envaina tu alfanje o desgarrare tus vallas,
y no alumbraran tus perlas mi mañana-
-Voy a menguar los luceros de tu cara,
sino quitas tu rostro de las aguas,
y voy a herir tu espalda con mis garras,
hasta que no borres su nombre de mi aljaba-
Tirito el suelo y se hicieron turbias las aguas,
y en el cielo se escucharon rumores como dagas.
El poeta tembló, y se apagaron sus ascuas,
y se escucho una voz, como el eco de mil voces:
-Beberás del vino de mi mesón,
y comerás la espiga que te den mis manos,
y haré de tus recuerdos mi blasón
y de las costillas de tu palabra
una mujer que rubrique tus años.
-Ella será el cayado para tus brazos
y el amparo de tus pies cansados.
Ella será la flor que germine en tus pasos
a cada legua y a cada palmo-
Y la voz cesó con el silencio de mil voces,
y lloró el gitano, bajo el pretil de su frente,
mirando en el reflejo,
un rostro bello como las flores,
mientras despertaba el alba sobre la fuente.



Poema inspirado en Daniel Martínez
y en Julia Balbuena.

Vida de hotel - Alejandra Oviedo, Argentina

Cuatro paredes, un sentimiento...
...la soledad...
y esa mujer que rompe sus sueños
por aquellos besos que no le pudo dar.
Hubiese querido tocar el futuro,
tenerlo a su lado y poderlo abrazar...
mientras prepara sus pasos
porque otros caminos debe alcanzar...
Cuatro paredes y una lágrima...
... sabor a dolor...
agua que oprime el corazón,
nublando la vista... borrando el sendero,
aquel que espera sus huellas,
siendo lo mismo de lo mismo...
amplia quietud, eterna rutina...
trabajo del caminante para poder caminar...
Vida de hotel, de cuatro paredes
acompañadas de soledad...
y una ilusión, un deseo, un sueño...
aquella mujer, la de los besos
que no le pudo dar...

Territorio - Lady López Cepeda, México

Soy territorio de mí, rito de sombra en la tierra,
trigo limpio y agua en la noche.
Cosecho la guerra en las tinieblas
como sangre amorosa del viento que torna a la savia.
Mortaja mi cuerpo en la piedra,
ambiguo temor de plumajes desolados.
Silencio el amor cuando duermo
y muero en el azul de mi memoria,
así el canto me defiende del abismo.
Renuncio a los antiguos privilegios,
y el viento negro me dice que vengo de la Nada.
Soy la que fui, animal celeste,
Orión de tres estrellas,
día de gloria y resurrección maldita.
Aquí estoy,
en la noche más fría del recuerdo.

Incisión en el tiempo II - Ana Paciello, Rosario, Santa Fé, Argentina

Seis y media
la habitación a oscuras
suena el despertador
la alfombra amortigua su caída.

En el cuarto la niebla se deshila
asedia la luz matinal
el reloj desde el suelo marca las ocho

un frotar de sábanas que vuelan por el aire.
urgente se abre la puerta del baño
un chorro de aguas penetra el silencio

rugen placares y cajones
en una sinfonía mal tocada

la llave nerviosa se niega a funcionar
abre
los compases se trasladan al palier
final ronco con la llegada del ascensor

la puerta del edificio está abierta
llueve
apresuradas las botas explotan los charcos.
resbalan.

frenadas de vehículos y estrépitos de chapas conmueven la mañana

el bramar de la ambulancia
se aleja melancólico entre el pavimento y la llovizna.

Poema de amor nocturno - Jorge Carrasco, Argentina

Pero contágiate de mí, prueba mis jugosas flechas,
pon mi pátina de oro trémulo en tus riberas,
tus malezas ábreme para hallar el tibio nido:
busco tu sótano para morir en la sombra que supura.

Elige, amada, mi estocada final, di adiós a tu vida
en tres minutos, muere, muere de una vez
bajo mi hirviente cauce, sobre el olvido
de quien es en este segundo un inmenso latido de guitarra.

Vamos, pues, prepara el suspiro, el aullido
que te salva del ahogo inmemorial, el aleteo
ondulante que hiere todos los aires, todas las formas,
todo lo que cae en el temblor y no regresa.

Vamos, escúdate en tu lengua, en la tos rauda
de las sabandijas escapadas de tus miembros:
aquí va un suspiro crispado con miles de espadas
de mi centro altivo a tu centro suplicante.

No te entrometas//Magalí Sauceda-Tapachula. Chiapas. México


¡Calla!
¡Te he dicho más de mil veces que no intervengas!,
¡que no indagues!, ¡que no supongas!
y no quieras llegar hasta el rincón más sutil de ahí dentro,
donde tu solo sabes y tocar las fibras que sangran sin clemencia,
que gimen y me utilizan… ¿No ves que lo hechas todo a perder?

¡Calla! ya no me digas más, siempre me utilizas,
tratas de embrollarme, de aniquilarme y
confundirme cada vez que se te pega la gana,
con tus estúpidas y asquerosas teorías,
sin ni siquiera tomar en cuenta lo que siento,
lo que deseo, lo que ambiciono, lo que apetezco,
lo que me hace inmovilizar el estómago y mantenerlo contraído,
y el agua salada al borde de los sentidos…

¡Calla! Maldita sea ¡calla!
no quiero escuchar el eco de tu frecuencia pidiendo
sin concluir a cada minuto,
o segundo que transcurre que acepte tus imposiciones,
suplicas y me haces caravanas,
y reiteradamente realizas ese embustero juego de tu truculento zarandeo
¡exiges demasiado! ¡No te entrometas!...

Te lo he dicho hasta el cansancio, me agotas, me enloqueces,
me haces alucinar y vomitar del esfuerzo sobre natural
que tengo que hacer para que dejes de estar convulsivo, jadeante y demente…
¿Qué no te das cuenta cuan lacerado, flagelado, y crucificado estás?
No me hagas llegar a la conclusión de que te gusta que te ejecuten una y otra vez,
que te introduzcan hasta agujas, clavos, dagas, y flechas
hasta más allá de lo que cualquiera puede aguantar…

¡Eres necio!, ¡insolente!, ¡impertinente!, ¡idiota! e ¡impúdico!
al pedirme de rodillas, suplicándome casi hasta el punto morir que lo acepte,
que lo admita, que lo permita, una vez más…
¿Qué no ves que aniquilado estás a punto de caer?
¡Cállate!, ya no más, ya no más, no te permitiré intervenir,
porque cada vez que lo consiento, por tu ridícula frecuencia
pidiendo sin concluir a cada minuto,
o segundo que transcurre que acepte tus imposiciones,
porque tú con tus súplicas y tus caravanas,
que reiteradamente realizas con ese embustero juego,
el truculento zarandeo, y tu tonto palpitar
nos hacen agonizar poco a poco sin compasión alguna…

Mundo de cuerdas - Julia Del Prado, Perú

mundo de cuerdas
cosecha interna
de mundo sugerido
voy tras corcheas azules
semifusas doradas
de escala solitaria
en alegría de levísimo perfume

Gustavo Tisocco, Corrientes, Argentina

Llegas a mi costa desamparada ...



Llegas a mi costa desamparada

tu oleaje firme me estremece

un cielo naranja e inhóspito

y la muerte que acecha.



Espuma burbujeante es tu sendero

y un sonido tenue

es la brisa en mi rostro.



Llegas a mi costa

te estaba esperando

Viejo marino, Edith Checa, España

La esencia del viento estaba encerrada en tu respiración de océano
y tus manos, retorcidas como las encinas de mi vieja huerta,
manejaban los sueños de los dinosaurios que hacen croché
en las verbenas de los gitanos.
El sol, tu sol, se esconde entre corcheas y rutas de telas de araña
en la polvorienta tarde de una buhardilla
entre libros cuyas letras cayeron de sus hojas
y pisaste soñando que era nieve.

Querías ser marino, de aquellos que rumbean las orillas
a tientas, dando palos de ciego en tinajas
de vino espeso y caliente,
sobre mesas añejas de tabaco y lágrimas.
Pero un día quedaste varado en la arena
como un pequeño carguero de baratijas impares,
como un pendiente sin lóbulo, un soneto sin libro,
un rostro sin historia, un pensamiento sin recuerdo,
un beso sin suspiro…

Alguien recogió de la arena tu piel desinflada.
Dicen, que aún perduraba dentro de ella el olor a jazmín
de las fantasías de amor de la adolescencia.

Lo traído de Granada - Emilio Medina Muñoz, España

Traigo un suspiro bordado
a la sombra de la Alhambra;
traigo un buchito de agua
que baja fresca y muy clara
de esa sierra, tan nevada.
Traigo un ramito de mirto
para ofrecerlo a mi amada;
traigo rosas y claveles
flor de azahar y bellas dalias.
Traigo el frescor sus calles,
las bellezas de sus plazas,
las cartujanas capillas,
el Sacromonte que escava
las cuevas de los gitanos
de taconeos y palmas.
El barrio del Albaycin
traigo guardado en mi alma;
en San Nicolás se mira
la belleza de la Alhambra.
Zapateo; arte viejo
en la cueva abovedada,
de La Rocío en la zambra,
que muestra el alma gitana.
Cae la noche, llega el alba;
a la sombra de un ciprés,
se enamora una gitana
de ese rayito de sol,...
que anuncia la madrugada.

Réquiem para una guitarra - Juan José Moyano, Buenos Aires, Argentina

Guitarra , extraño tu presencia ,
Tú que acompañas lo vivido ,
Tú que alimentas mi libido ,
Me socava el alma tu ausencia .
Sos pensamiento hecho madera ,
Siempre activa hasta en lo incoherente ,
Siempre altiva hasta en lo indiferente ,
¡ Ah ¡ como ansío asir tu cadera .
Desde que una niña destruye
Tu sonoridad encantada ,
¡ No sé ¡ porqué estás relegada ,
desde la excusa que se instruye .
Porque fuiste mi única musa ,
Nunca mas pude comprarme otra ,
Y hoy duermes olvidada y rota ,
Tu sueño astillado de fusas .
Mis dedos renuentes querellan ,
La voz suplente electrónica ,
Más perdura la diatónica ,
Mansedumbre oral que destellas .
¡Oh ¡ guitarra sabia del monte .
Novia ancestral de los afectos ,
Llanto mordaz de tu dialecto ,
¿ qué compás me aferra a tu norte ¿? …
Siempre fuiste fiel compañera ,
Rizar tus cuerdas me convoca ,
Para oir de nuevo de tu boca ,
Fraseos de amor en primavera .

Contarle a la vida - Luis de Pablos, España

Estoy aquí esperando
a que escampe
el silencio de las sordas palabras
para contarle a la vida
que siempre ha sido mía,
camino de la aurora.
Que cuando pacta la luna
con la noche el brillo
de las estrellas
y negocia el sol con las flores
de las amapolas el rojo,
sus ojos me miran sonriendo.
Sus ojos que lo alumbran todo
ven la vida en mi,
en este hombrecillo
canoso y gris
como esos viejos gatos
que rezan a las tapias
sus discursos marchitos.
Y estoy aquí y ahora
plantando como una bandera
la esperanza,
hecha de luz y de nieblas,
compuesta de arcos iris
y de margaritas de agua
y de sonoros jazmines
colgados de las vallas.
Estoy aquí y ella me acompaña.
Qué más puedo decirle
contarle a la vida,
qué más puedo hacer
si mueren a los lejos
esos atroces gritos
y el agua aún se tiñe de negro
en esos viejos pozos.
Si ella me ama
y me llama a su lado
y me nombra testigo
y me dice su amado,
y me ciñe entero
con esos dulces brazos.
Qué locura no haría,
qué silencio negara
y no puedo hacer nada
más que dar testimonio
de que a veces,
algunas pocas veces,
el amor es quien gana.

“CARTAS DESDE LA HABANA”, Amado Storni, España


(Letra y Música Jaime Fernández – AMADO STORNI)



Te escribo desde La Habana para decir que te echo de menos

que a veces más que palabras necesité de todos los besos

para llenar de recuerdos el libro abierto de mis desgracias.

Te escribo desde La Habana para decir que de enamorarme

de un tiempo a esta parte ganas sobradas tengo y para olvidarme

las "jineteras" del Malecón todas las noches duermen conmigo

y se llevan con ellas prendido mi corazón.

Llena de besos mis labios

para que aprenda a besar.

Y yo te prometo a cambio

todas las olas del mar.

Te escribo desde La Habana para entregarte mi soledad.

Te escribo desde La Habana para decir que todos mis versos

se empolvan en los rincones de Primaveras que no volvieron

a pintar corazones sobre las pastas de tus cuadernos.

Te escribo desde La Habana para decir que por no engañarte

mis noches echan en falta un cuerpo al que poder abrazarse

y una mirada de polizón viaja en labios desconocidos

y en la boca se lleva prendido mi corazón.

Llena de besos mis labios

para que aprenda a besar.

Y yo te prometo a cambio

todas las olas del mar.

Te escribo desde La Habana...

Para decirte que en Primavera la nieve siempre es más cruda.

Que las flores también perfuman a quién les quita la vida.

Que la razón se indisciplina cuando se rozan los cuerpos.

Que un beso es igual a otro beso pero no dejo de besarte.

Que prefiero morir a olvidarte porque sin ti no soy nada.

Que en el libro de mi esperanza eres la página mejor.

Que malvive mi corazón en un rincón de tu olvido.

Aunque sabes que te he querido como no podré querer.

Se despide el que te escribe sinceramente.

Se despide el que te escribe sinceramente...

Abrazados en la desnudez - Carolina González Velásquez, Chile

Cuando me abrazas en la desnudez
frágiles telas se transforman en infranqueables tierras
ciega y sin falla
recorro cada habitación
del castillo en que te has transformado
izo la bandera de tu nombre
con la humedad de mi boca enamorada
y en vista del pabellón
en el alto mástil enarbolado
te apresuras a la guerra.


Soldado en batalla,
recorres presuroso los campos de mi ser
te parapetas en mis senos desnudos y entregados
y te abandonas,
sin dioses y sin bandera
al dominio de mis profundos ángeles


Inciensas mis entrañas
y en la ascensión de los humos sacrosantos
entonamos a una voz
salmos calidos a las alturas…

Abrazados en la desnudez
retornados a las formas primeras
nos dormimos risueños
atados
drogados por el aroma
de tu sexo y de mi piel...

Versos dolorosos, Fernando Nerú, Perú

Este poema, nació en la madrugada del 16 de agosto,
entre los escombros y el dolor de mi gente.




Hoy quiero ser silencio, y que hable este fúnebre aliento,
y el mortecino crujir de los huesos,
porque retoza la muerte en los escombros de este suelo yerto,
y se muere mi tierra, desde la mar a mis versos.
Hoy quiero extraviarme en Ica de mis recuerdos,
caminar por los campos y admirar la nobleza de su gente,
embriagarme en su hermosura, pero de horror mis labios muerdo,
porque hoy todo es ruina y la tranquilidad ausente.
Esta noche, es luto, el corazón que aún late,
por las sienes astilladas y entrañas que se esparcen.
Esta noche, hay plañido de orfandad descoyante,
por los pedazos de humanidad que en este suelo yacen.
Hoy paso por aquí la muerte con su blasón,
y se ha llevado el árbol y su simiente,
ha dejado desventura en mi tierra y desazón,
y un calvario que sangra por vertientes.
Tantos maxilares y humeros verdes han sido quebrados,
como canas y bastones prensados por murallas,
y las ondas horrorizan donde la muerte ha labrado,
surcos profundos, en seres inocentes y canallas.
Todo es polvo en esta oscuridad sangrante,
y bajo este manto duermen los que al polvo se van.
Para unos, el hades llegó en un instante,
pero a otros, el dolor y la mutilación los torturaban.
Han caído tantos hombres como lares,
pilar sobre pilares, altar bajo altares,
y han sido heridos los templos hasta Antares.
Hoy es mi dolor tan grande y extenso,
lloro por ser hombre y por pecar contra Dios,
lloro por los críos triturados y acongojado pienso,
que el Señor es la lanza y el hombre el pecador.
Mañana el crepúsculo irritará los ojos,
y se cimbreará el país en toda su estructura,
porque aquí el terror, abrió en el corazón abrojos,
y burbujea esta tierra sangre con dolor y amargura.
Hoy quiero extraviarme en Ica de mis recuerdos,
caminar por sus dunas y sus calles y creer que es presente,
pero aquí esta la muerte, y de dolor mis labios muerdo,
porque hoy, todo es ruina y la tranquilidad ausente.

Poesía de amor - "como mensaje en una botella al mar" - Anónimo

Este poema lo encontré en flotando en la red de redes, en uno de esos programas p2p que se utilizan para compartir archivos. Tal vez fue puesto ahí como quién arroja un mensaje en una botella al mar, y llegó a nuestra orilla.

Patricia Ortiz






Te quiero escribir una poesía de amor

que hable de ti, que hable de mí.

Serán versos en el aire que puedas respirar,

que te empapen el alma, que te empapen de amor;

serán letras con verdad unidas en mi corazón

para decirte que te amo, que te quiero,

que te sueño, que te necesito.

Cómo puedo explicar lo que el alma intenta decir,

trato de entender que amar puede ser así.

Evitaré mientras pueda martirizar mi existir,

dejaré al azar la suerte de sentirte aquí.

Recitaré mi poesía de amor sólo con mis besos;

en ellos te diré que te amo, que te quiero,

que te sueño, que te necesito, te necesito, amoooooooor.

La esperanza moribunda - Antonio Ruiz Bonilla, Sevilla, España

La esperanza moribunda


Espérame habitando la quietud
de los atardeceres por sus balcones
en llamas, incinerado de incertidumbre.

En la sal ensangrentada de un mar
ultrajado por rencorosos huracanes,
enfurecido a base de sueños marginados,
y de promesas infieles que rezuman
ácidos cristalinos por tus ojos.

Ensartado por el sol en las púas de
una acacia venenosa, recluida en el
olvido humeante de la sabana.

Estaré aguardándote crucificado
en las cuevas que resurgen del
pasado, como breves infiernos de
dudas y desencantos que creíste
sepultadas de ilusiones.

En todo esto me hallarás cuando tu
respiración te invada de amenazas,
cuando los versos sólo parezcan
antagonistas utopías que
quebrantan insolentes tu ánimo
de mantis onanista e iracunda.

Suicidándome ante ti intentaré
que mi debilidad te disuada del vacío
con que tu mirada me ejecuta, ahora,
mientras callas, como si nunca
hubiésemos engendrado caricias.

Poesía vertical - José Antonio Azpeitía, España

No puedo dejar de pensar y lamentar
que también me pasó lo que temía
un globo no es mas que un globo
y cuando se revienta no esta mas

Toda una vida... casi toda un vida...

Invertí en inflar mis globos en cuidarlos
si fueran pelotas de cuero las engrasaba
si fueran plantas las podaba y regaba
si fueran hijas las mimaba y cuidaba

Mi globo también se reventó...

En el silencio - María Pía Poretti, Mendoza, Argentina

....Camina conmigo....
...camina conmigo ahora en silencio
...sólo ahorra palabras y escucha mi voz,
, esa que llevamos dentro, y siempre nos habla
, aunque no siempre escuchemos.....
...camina conmigo y no preguntes
...aunque mi alma esté dolida
, no intentes entender ahora.....
...sólo acompáñame, el silencio también
, se comparte….
…camina conmigo hoy….
….sólo escuchemos nuestros silencios…

José javier Mesa, España

Hay momentos fronterizos en la vida del cerebro
Que es una vida oscura que se desliza bajo la del reloj
Y aún después debajo de la de los pulmones.
Hay momentos que se sueltan del anterior
Y se deslizan en el vacío
Y caen sin fin en nuestra melancolía
Nadamos en la tristeza de no saber dónde
O mejor, de no saber hasta dónde
Porque esa infinitud se ha perdido ya en la llama
De un sol tan indiferente
Que parece inmóvil.

Tríptico - Ana Paciello, Rosario, Santa Fé, Argentina

AMANECE



Indagar en el fondo

de la grieta.



La silueta que escapa

con mi nombre.





MEDIODIA



El sol cae perpendicular

sobre la vereda.



Ignorando la sobra

de mis pasos.





AHORA



Aligerar los signos

Abolir, desechar, extinguir.

Borrar lo que no es.



Ayudándolo a renacer,

inocentemente nuevo

COPULACIÓN ADVERSATIVA - Mariano Estrada, España

Me dio la sensación mientras te amaba

de andar un tanto ayuno de energía;

no obstante descargué la batería

y fui a tomar aliento a la ventana.



Allí me puse a ver el panorama,

un tris desentendido de la hombría:

distante de erotismos y ambrosía,

desnudo de pasión y de pijama.



Mas tú estabas en guerra todavía,

con pólvora más cálida que fría,

ni ausente ni distante ni cansada.



En guerra de ancestral sexología

que yo desde mi alféizar intuía

sin tregua, concesión o retirada.



Del libro “El Limón Hespérico”

Antojo de tus besos - Morus Gómez, México

Bajo la luna de Acapulco
Camine la costa de tu recuerdo
Mis pasos tocaron nuevamente
La humedad de tu piel….
Tratando de alcanzar tú aliento
Sin importar...el espacio ni el tiempo
Con los ojos cerrados
Me deje guiar hasta tu boca
Rozando tus labios
Desemboque mis sueños
Flote en tu mirada
Te dije te quiero
Y entonces desperté…
Con los labios entreabiertos
Cubiertos del antojo
De tus besos…….

Rota - Rubén Vedovaldi, Buenos Aires, Argentina

amanecí buscando una palabra

¿me llamaste, dijiste te extraño?

la madrugada estaba como muerta

¿dijiste corazón, dijiste abrazo?



me estremecí mordido por la sombra

entre el mundo y la muerte solitario

se rompieron mis ojos contra el día

cuando no te encontraron



alguna vez nos sucedía el beso

¿me llamaste, dijiste te extraño?

resuenan por mis huesos todavía

las aguas de tu amor alucinado



me desperté dolido hasta la sangre

confuso río sin tu nombre claro

perdido en la mañana sin tu norte

yo me apago y el sol sube a lo alto



caigo del otro lado de abrazarte

¿me llamaste, dijiste te extraño?



se rompieron mis ojos contra el día

cuando no te encontraron

Poema 68 - Susana Stefania Ceruti, Buenos Aires, Argentina

Llegaré serena como llega la alegría,
aunque tu vida ya sea diferente,
por que voy y cargando este torrente,
que me quema por dentro todavía.

Las estrellas de la noche como guía,
me llevan a tu vera no impaciente,
y acumulando este amor serenamente,
llegué, como quien lleva la agonía

Tu indolencia y tu error es como un grito,
que en el puerto de tus días está escrito,
y en esta canción sin luz ... desesperada

Que añorando tan solo una mirada,
muere en su playa así como si nada,
sabiendo que verte será sólo encrucijada.

Los gitanos - El gitano de la luna, España

Si yo te dijera si yo te contara

lo que un gitano quiere

a su Andalucía del alma.

Parece un imposible

parece que si soñara.

Cómo se puede querer

con esa grandeza de alma.

Allí fueron y se quedaron.

El pueblo los recibió.

No como los grandes señores

que sus vidas les quitó.

Si yo te dijera si yo te contara

lo que un gitano quiere

a su Andalucía del alma.

DE Realidades SE HACE NUESTRO CAMINO - Jorge Humberto, Covina, Portugal

Y todo es tan real entre nosotros, que llega a doler.
y el placer, que no se esconde, vuelve y vuelve,
como en un acceso de pura locura.

Intransigente y poco dado a distancias, SIN permiso,
reclama para si mismo el trono, que es tan nuestro,
por derecho propio.

Pura ilusión: que digan lo que digan
que nada de esto nos demuela,
cuando caminamos, las manos tomadas,
cambiando
besos e interminables confidencias.

Hojas - Stella Maris Taboro, San Jorge, Santa Fé, Argentina

Vulnerables pasajeras
en estos atardeceres
de ocre otoño,
con ese sonido crujiente,
van las deshidratadas hojas,
mientras me culpo por estos versos
con hilachas de flores.
Dime , del lugar de encantos
que gravé en las ajadas fotos
cuando el verano moría,
cuando el sol salpicaba haciendo ondas
en el arbolado donde tallé tu nombre.
Dime de tus castañuelas
explotando en tus manos
para verme agitando
la espumosa pollera
que cubría a medias
mi cuerpo de junco.
Dime del poema
que dibujabas en mis palmas
y se recostaba en mi corazón
despertando su frescura.
Dime , de los días sin premuras
tejiendo sueños sin utopías
donde sólo invadían
las blancas palomas ,
donde sentíamos
al perfume del aire quieto.
Dime , sólo dime
que no fue un sueño
dime, tan sólo dime
si sólo conmigo compartiste
lo que aquí escribo
con estas deshilachadas
flores del recuerdo.

Hugo Alberto Patuto - Pergamino, Buenos Aires, Argentina

Callado frente a la tormenta:
el secreto de las hormigas vuelve
lejos de cualquier vano compromiso
para extender el afán que las impulsa.
Sin embargo, mi familia navega
como la esperanza del hombre simple
sola navega rumbo a las pasiones
con ojos que hablan por el cielo.

Huella en la piel - Bibiana Varela Gibb, Córdoba, Argentina

La huella quedó en la piel
y en silencio muy despacio...
deslicé mis dedos
en la textura húmeda
y cálida de tus labios,
cual ternura mordías
la palma de mi mano.
Cuántas veces la caricia
se presentó
en el reflejo de la luna
y con la brisa
respiramos al compás
de los latidos?..
.un murmullo acompasaba
nuestros cuerpos
cubiertos de rocío,
y en la entrega
mis piernas fueron
enredadera en tu cintura,
tu abrazo ¡ tan mío!
En la inmensidad
de tu mirada
me perdí, giré
en rededor
en un elixir de perfumes
cubierto de pétalos
amarillos...
y el sol intenso
quemaba la piel
un paisaje de risas,
gemidos, preguntas...
Sólo el crepúsculo dorado
y nuestro vuelo
hasta la luz del alba
en el abrazo eterno
de un nuevo amanecer.

El pájaro invisible - Sergio Fernando Olave - Chile / Francia

Sabes, que todas las mañanas veo ese pájaro invisible
En aquellos alambres junqueros, trinando y volando
Riendo le doy la mirada de la ausencia
Y todos los granos pensativos de mi sueño acomulado,
Los deposito con cierta ironía,
Para entregarles papelitos de subsistencia
Para ese oro alambrado.

Porque quiero que viva, no acepto su muerte...
No quiero recibir las lágrimas inocentes de mi Paula Salomé
Que todas las semanas pregunta,
A través de ese hilo comunicativo ;
Que como se encuentra su pajarito Homero,
Ni escuchar la voz de tristeza de mi Sergio Rodrigo,
Que le dió el hogar de invierno a esas alitas de primavera.

Así, todas las mañanas
Me alimento con la mirada invisible
Que me conduce al otro continente.

En lugar de agua, le entrego una mirada tierna y cariñosa,
Que servirá horas más tarde al despertar
De aquellos que amo, adoro y quiero.

En vez de comida, le escribo mensajes,
Mis amigos más mensajes y todos aquellos
Que comparten mi sentimiento chilensi ;
Están construyendo a la existencia irónica, onírica
Y rompiendo las cadenas del sueño, para aquél
Que quedará para siempre, como el Pájaro Invisible.

Sueño - Mabel Bellante, Buenos Aires, Argentina

Sueño. Recostada en la silla descolada
miro el humo indiferente del sahumerio.
En una mano tengo escrito todo lo que no hice, lo que me falta
y el pozo donde extraño aquellas cosas.
En la otra algunos besos y eso de que te acordás mucho
¿cuánto?
de mí.
Ya no pienso en otra cosa: ser un lugar, una puerta
que cruje con dulzura cada vez que se abre
y deja entrar sólo sanidad.

Tu alma se sienta frente a mí
a darme consejos persuasivos, me habla
sobre una manera astuta de suspender los brazos
a través de tu espalda
que parece haber nacido para sostenerme.
Pero mis cosas no son ahora nuestras cosas
y en esta encrucijada me quedo sin respuestas dibujadas.
Decido no lamentarlo y parto para mis lados. Sueño
con aire puro.



http://ebelina.blogspot.com/

La mano que meció nuestra cuna - Silvia Spinazzola - Silsh, Buenos Aires, Argentina

// /(a los de mi generación)/


Sobre arenas movedizas del absurdo
me reconozco entera.

Y esa ola que cumple puntillosa con su rito
moja los pies empapa el hueso
con la culpa salobre que mastica
su ingrávida porción de juventud.
Se cuela distraída al raspar la memoria
ahoga nos sumerge de vez
en vez enrarece el aire
busca el hueco del árbol
donde asir su destino.
Siempre está allí con sus ojos de agua
atravesando huellas.
Génesis del tifón.

Algo de mí se queda en esa cuna
que se mece retorna
sin saber cuándo descubrió el mar
ni cómo fue arrastrada hacia la orilla

pero moja los pies empapa el hueso.
¿Dónde está ese horizonte
que nos marcó en círculo?
navegantes eternos de las sombras
que aún buscan su luz en un cajón.
© Silsh
(Silvia Spinazzola)
-Argentina-

ALUVIÓN DE PREGUNTAS - Marian Muiños, España

Aluvión de preguntas
que fisuran los acasos:
¿Qué sería de mí al filo de la suerte
si tu urgencia no me hubiera convocado?
Como un pájaro austral
me elevé hacia tu Norte
y en diáfano y fugitivo vuelo
aleteé sobre tus dudas.
Como un cometa naranja
sucumbí a tus silencios obligados
y aprendí a serenar nuestras almas,
con tréboles de hojas infinitas.
Como un alud fantasmal
me arrinconaste en curvas temerosas
de ayeres limpiados con gamuza
que aprendí a leer en tus manos.
Oigo nacer los latidos que germinan
en tierra fresca, con jardines escalonados.
Los subimos creando un sendero nuevo,
sacudiéndonos antiguos relojes
y mansamente escribimos
páginas de cuarzo.

Vivencias salvajes - Alejandra Oviedo, Justiniano Posse, Córdoba, Argentina

Camino errante en el mar de tiernas hierbas

dichosamente capturada por el sol y las estrellas

observo al pasar las mariposas que vuelan inquietas

dejando sagaces colores sobre mi suelta cabellera.

La sinfonía campestre de la brisa entrometida

se confunde con el coro de las aves atrevidas

creándose una canción sumisamente sencilla

impregnando el firmamento de dulzura viva.

Se deleita de placer mi silueta soberbia

sintiéndose salvaje, emperatriz, princesa

del reinado del cielo y la tierra obscena

por obsequiar su desnudez en las fronteras.

Ese paraíso cándido e impávidamente silvestre

me intima a imaginarte entre mis brazos frágiles

absorbiendo juntos la belleza inquebrantable

de dos cuerpos atraídos por un encanto inigualable.

Alfombra verde de campo perdido en tierras lejanas

salpicado de flores oriundas de tus firmes entrañas

luz de imágenes leales, melodía de eterna armonía

me haces sentir irracionalmente plena de vida.

Sin conocerme - Virgilio Pellegrini, Uruguay / Canadá

Y me he buscado dentro

entre todos los rostros

Que me habitan

no me encuentro!

y gritando pregunto

quién soy yo?

No lo sabes acaso? me responden

Somos todos ¡!

y burlones se ríen insolentes

La extraña multitud

toda esa gente

que me empuja

me eleva o me hunde

Las voces de la noche

mis conciencias

Los guias de mi vida

confundida

Los ciegos

que me llevan de la mano

camino de montañas

por el llano

prometiendo un horizonte

al que no llego

los que viven de acuerdo

en desacuerdo

los que dicen presente si

me nombran

los que me niegan también

desde las sombras

que están ahí

desde mi génesis

hasta ese fin

cercano y que adivino

y aun así

sin conocerme!

Los extras los pobres los no convidados - Luis Pereira, Maldonado, Uruguay


donde el poeta se apoya
en los ecos del neobarroco la
textura de los campos de mascaró
el regreso al coloquialismo de
cierta poesía argentina
y la palabra lobotomía



Los extras los pobres los no convidados
Los que aplauden los de la vereda de enfrente
Los de afuera del cibercafé.
Los de la frontera tras la línea blanca los de la barraca
la portuaria marineritos que escaparon de Tuñón
(coreanos peruanos algunos paraguayos)

La basura está en Felipe Cardozo, Cochabamba, son
las tres de la mañana y
el foco del vehículo
atraviesa sombras fantasmagóricas, la ni-

ñez en situación de calle
¡qué fino qué elegante qué portento de estadística!
¡Reciclar la basura! ¡eso! ¡Línea verde
ecológica perfumes de fragancias francesas! ¡eso!
El vehículo ahora por Cochabamba, es un Peugot

Ahora cruza avenida Italia

ya no hay pobres acá, al menos no tan
visibles ¡eso!
Raquel quiere que escriba un poema acerca de eso
discuto largamente con Raquel
teorías acerca del cambio social
“Esto es el 2002, Raquel, aquí no se habla de cambiarlo todo.”

Lo-
botomía del lenguaje lejanos discípulos de Tuñón mari-
neritas sin gracia
palaciegas fiestas ceremonias en el obispado
mujeres que se mueren en las clínicas clandestinas
¡eso!

niñas de doce trece años madres prematuras
no se distinguen de sus hijos
casi,



http://www.manualparaseducir.blogspot.com/

Silvana Alvarez Martínez - Colonia - Uruguay

cuando no estás
soy mariposa a la deriva
sólo de tu flor quiero alimentarme
en ella reposar mis alas
descansar

Reencarnación - Nilda Pigazzini, Buenos Aires, Argentina

Ven poeta te hablaré del duende
Que cambio tantas tumbas
y vivio tantos cuerpos
Te hablaré del ocaso
del pasaje del hombre
de las tardes sin lluvias
encarnadas de sueños
De ese duende poeta
que devora mi mente
Reclama en las noches
Comparte el silencio

Develaré el origen
Sospecharán del eco
¡Mágica noche!
Dentro de mi arrodillada ,
una niña negra sollozando
espera...

Verso Cicatriz - Fernando Nerú - Ica, Perú

dedicado a su novia, Mónica Collado



El cuerpo no soporta ya, el peso del alma del poeta,
que trae palabras para salir de este tiempo errado,
y echarse a volar
con los pájaros del mundo que de un Dios le cuentan,
que en sus manos al mundo hace girar,
aún cuando éste, es ya un pan de fermento amargo
que él hace rodar sobre la mesa,
para ver si el hombre al mirar
vuelve a nacer de su carne muerta.
El poeta quiere volar hacia Dios…
pero el corazón no lo deja.

http://poemaxv.blogspot.com/

Perfecto dolor - Raquel Fernández, Avellaneda, Buenos Aires, Argentina

A Camila



Un pájaro difuso abre sus alas,
cierra con siete llaves
la puerta de la tarde envejecida
y vuela hacia la noche que elabora,
con esforzado temple,
un inefable sendero de estrellas.


Un pájaro se pierde en ese cielo
donde el negro rezuma,
ignorante de brújulas atentas,
de precavidas rosas de los vientos,
de veletas y sabios giroscopios.


Un pájaro se interna en el misterio,
desovilla su canto hipnotizado
cuando el día recoge las cenizas
de las horas dispersas.


Un pájaro camina en la cornisa
de tu mirada leve,
se hamaca en tus pupilas cadenciosas,
y rueda por tu mejilla tibia
convertido en la lágrima que inaugura
en tu pequeña vida
el perfecto dolor
de estar enamorada

Néstor Ventaja - Buenos Aires, Argentina

Algunos rostros apilados
en un galpón olvidado en la memoria
se miran entre sí o al infinito,
a la hembra luz o al hombre trigo;
respiran el fin de su día sin estrellas
en la cabellera fugaz del arco iris
pintado a las espaldas de la tarde
rostros penumbra heridos en distancia
continente colgado de los sueños
américa de bocas siempre abiertas
lenguaje callado
de colores intensos y profundos
animal aluvional en larga marcha
el río arrastra un terciopelo de cenizas
las visiones pueblan su estela de naufragios
crece la luna rota y trae con ella
una cosecha fértil de mareas
la tierra se hace fragua
de rostros sufridos y gigantes
el barro vuelve
en nuevas plantas, nuevas flores
cada gota de sangre
regada en su nombre.

El punto sobre la í - Alvaro Ancona - México

No sé si soy o simplemente pretendo ser
el punto sobre la i de mi propia existencia
o el cabecilla de los borregos que saltan la cerca
en la interminable noche que no logra exorcizar
la angustia del hoyo negro de mi insomnio.

No se si soy o simplemente aspiro a ser
protagonista central de mi propia odisea,
comandante supremo del barquito de papel
que regresa de su gran expedición por
las alcantarillas de la ciudad de cristal y acero.

No se si soy o simplemente soñé que era
un torrente de tinta nueva que pretendía escribir
la palabras exactas para llegar al lugar
donde las farolas y las infantas están encendidas
deshilando punto a punto el hábito de mis locuras.

Invierno - Enrique Villagrasa González

Herido por tu beso
y su locura
y lacerado por el gemido,
de invierno borracho,
todo es pasión oculta
en este nido de algas:
océano de sensaciones.
Nieva, otra vez, ya sabes,
yo escribo pobres palabras
tras los cristales.
Y sigo,
continúo bebiendo
en el latir de su boca
y sus múltiples destellos.

Entonces redimís aquéllas sombras- Viviana Alvarez, Lanús, Buenos Aires, Argentina

entonces redimís aquellas sombras
que te dudaron
cuando vivías de la oscuridad
profanas imágenes

entonces buscás luz
en pasillos que transitabas
cuando las tinieblas abarcaban
el halo sobre tu espalda

hoy intentás del mundo
aguas que te bauticen
viento que lleve agonías

y la sabiduría de ser
allende buitres
que se prenden a tu entraña






http://www.entonceslapoesia.blogspot.com/

Si se ciegan los portales - Norma Marchetti,

Oculto en algún arcón, relegado entre afonías,

se reprime en las entrañas asfixiándose en sordina.

Los visos se van muriendo en las miradas furtivas,

como corolas cerradas… con la piel languidecida.



Un ronzal en el presente de ilusiones oprimidas,

un almanaque de estorbos va cerrando las salidas.

Una mordaza de excusas encubriendo viejas ansias,

como el agua embravecida arremete con las llamas.



Y las neviscas del tiempo revistieron la campiña,

enfriando las quimeras que se deprimen cautivas.

Y la ventisca impiadosa sacudiéndose a su antojo,

recubriendo utopías… transformadas en despojos.



La sangre fluye en silencio sin alardes ni diatribas,

sin declinar en su brío… afirmándose en la vida.

El pulso brota en las venas con su compás inmutable,

con un matiz impetuoso de osadía indeclinable.



La esencia brota a un ritmo de presura irrefrenable

como el agua en el torrente que acomete sin rituales.

La lluvia se infiltra osada sin gestionar una anuencia,

y con desparpajo impulsa a gestar supervivencia.



Sucumbe el alma en los ojos si se ciegan los portales,

si se obstruyen las salidas a imaginarios zaguanes,

donde la fe estruja monstruos y arrasa poderíos

y los silentes mortales desafían sus destinos.

Como potro por mis venas--Gaviota Romero//España-reside en Suecia

Cuando no te tengo
me muero por ti.
Y cuando te siento
correr por mis venas
me matas a minuto,
despacio, despacio,
me quitas la vida,
me haces sufrir.

¿Qué es esto que siento?
Un joven era yo cuando te conocí,
mis "amigos" se reían de mí.
¡Qué cobarde eres!
Pruébala y serás más hombre,
vivirás un mundo mejor.
Y yo, los creí.

Pasando los días
te fuiste adueñando
de todo mi ser.
Y hoy toda mi vida
depende de ti.
A cambio me das
temblores constantes
cuando estoy sin ti.
No tengo dinero,
destrozo a mi madre,

ella que quiere
lo mejor para mi.
Mis ojos vidriados
no pueden llorar,
¡Maldito sea el día
que te conocí!

Escúchenme jóvenes…
sin drogas se puede vivir,
pero con ella
vuestro corazón
no podrá latir.
Que no llegue el día
que queráis saber
¿qué siento con ella?
¿Me hace olvidar,
me siento feliz,
rindo hasta mejor?
Mentira, mentira
os lo digo yo,
que siento en mi cuerpo
un hierro caliente,
siento la abstinencia,
me siento morir.
Ha destrozado mi vida,
mi familia.
No probad las drogas,
si no queréis que os pase
lo mismo que a mí.

Que queriendo un día
llegar a sentir
nuevas sensaciones,
¿sabéis lo que siento?
Me siento morir,
y no tengo nada,
pues ni soy más hombre
ni más feliz.
Y vivo en un mundo
de drogas y vicios.
Dejando atrás
a mi pobre madre
que hoy… llora por mí.

**Premio Casa de la Cultura Vicente Aleixandre,
en Alhaurín de la Torre (Málaga)
Su voz en:
http://www.poemasconvoz.com/ConchitaRomero.html

¿Por qué Mamá?--Gaviota Romero//España-Suecia

Es tan pequeño como un granito de anís, y ya por sus

genes se sabe que sus ojos serán verdes, su pelo rubio

ondulado, su carácter será alegre y amigable.

Sus padres no saben, que él existe, pero él es ya vida.

Van trascurriendo los días.

Me siento bien en mi pequeño, pero seguro mundo.

Un día, mamá se entera que yo vivo dentro de ella.

Entonces escucho gritos y llantos. ¿Por qué llora mi mamá?

No puedo decirle nada pues aun no puedo hablar.

Oigo la voz de mi padre, que amenaza con marcharse si mi

madre no hace algo que no acierto ha escuchar.

Luego un portazo y sollozos, y no lo puedo evitar, soy

todavía ¡tan chiquito!

Hace días que mamá esta sola pues no escucho la voz de papá.



Hoy comenzó a latirme el corazón de por si, pero el de

mamá hoy late más deprisa. Yo que estoy viviendo de bajo

de su corazón lo siento diferente a otros días.

¿Será por qué crezco más? Mamá, ¿cómo será mi mamá?

Pero, ¿qué pasa hoy?...Siento que este pequeño mundo se agita.

¿Qué pasa, mamá? Ya no escucho tu corazón… si yo a ti te quiero ya…

¿Por qué… por qué…me matas mamá?

Mi mar querido --Gaviota Romero//España-reside en Suecia

El mar que de niña mojaba mis pies me estremecía,
me hacía feliz;
chapoteando en él me metía.

En el retorno a casa me sentía,
cual si perdiera a mi mejor amigo,
y al volver mi rostro hacía la orilla,
mis labios con sabor a sal decía:
- Volveré mañana mar querido,
¡Por favor, no faltes a la cita!

Siempre fue fiel mi mar.
Pero, fui yo, que al marchar lejos un día,
a una tierra donde el sol no brilla,
traicioné la amistad que nos unía;
en su lugar hay lagos
donde mis pies se hunden en la orilla,
con una sensación desagradable,
sus aguas son negras y profundas.

Respiro el aire, deseando encontrar su olor perdido.
Mi alma se estremece al recordarte, pero…
¡Fui yo, quien faltó a la cita!,
quisiera ser como mi nombre indica,
y verme reflejada en tus aguas mi mar querido.

Lo que está en el aire - Elder Silva, Uruguay

Tuve un profesor de literatura
al que no le gustaban mis ideas políticas,
y menos mis gustos estéticos.
Me enseñó a leer a Garcilaso
y a pastorear metáforas
como Salido y su amigo
cuidaban sus ovejas.
Una noche me dijo
que yo iba a terminar como Horacio Quiroga.
Han pasado veinticinco años
y como no le pedí aclaración
he comenzado a despejar opciones:
No he sido un cuentista excepcional
(ni siquiera un cuentista),
no he vivido en la selva de Misiones,
no me casé con la amiga de mis hijas,
ni he matado a mi mejor amigo por descuido.
Queda aún la posibilidad de inventar nuevas técnicas de taxidermia, por ejemplo.
O pegarme un tiro.

Lo que permanece después de amarnos - Issa Martínez Llongueras, México

Va escalando mi piel,
propagándose hasta mis sienes
en capituladas sombras;
el real augurio de existir
siempre a medias, de este sentimiento
que nos impregna las gargantas
como un grito sin luz.
Hiedra que enraíza
en cada uno de mis poros
hasta la asfixia, y de mis pupilas en la resignación
obligada que no admite auxilio.
El abismo donde yacen mis pálpitos y voluntad,
es profundo en dolores y condenas.
Mi sangre revienta en olas de nostalgia,
en las que mi soledad de ti, repercute
desde mis agónicas células hasta la lívida carne.

(En esta ausencia en la que se maceran nuestras manos,
donde la certidumbre de nunca vivirnos en nuestro propio mar,
es una acuarela desteñida en témporas de llanto, carente de savia y sol; sólo eso.)

Vestida de viento - Amparo Carranza Vélez - Buenos Aires, Argentina

Vestida de viento,
deambulo
como espíritu de invierno.

Envuelta en hojas,
mis pasos resuenan
como cadenas rotas.

Frías se condensan las gotas,
como llagas en mi piel.

Me deslizo,
ánima perdida
sobre el aire
gris y mudo.

Para detenerme
a esculpir formas
en la niebla.

Niebla que todo abarca,
que todo toca.

Niebla que gobierna.
El olvido blanco de tu memoria.

La niebla del amor - Marcial Salaberry, Brasil

El amor nos turba la visión,
y calienta el corazón,
pero es como una niebla,
que nos ciega, y desatina...
Amamos, porque amamos,
no siempre amando quedamos
a quien realmente queremos,
pero reaccionar no podemos..
Nos entregamos a ese dulce sentimiento,
que no debe traer lamento,
alejados a veces, es un tormento...
Puede nos dar mucha felicidad,
y lejos siempre un respingo de nostalgia,
puede impedir que seamos felices por toda la eternidad...
Veo un bulto en la niebla...
Formas difumadas... Nada combina...
Pero... lo veo...
Dentro de mí... lo siento...
Es ese el amor,
que a la vida traerá calor...

Amor eterno - Ronny Ransenberg, Buenos Aires, Argentina

No tengo compromiso inmediato
con la poesía /
a esa mujer
le juré amor eterno /

Siento su escritura /
a veces como un guante /
a veces como un suave maullido /
a veces como un rugido /

No hay frontera / en mi contrato
“con sus realidades”
más allá de todo simulacro
más allá de las ficciones
“de la vida”

En esta calle - Virgilio Pellegrini, Uruguay/Canadá

en esta misma calle de ojos sin pupilas
faroles apagados
de ecos sin sonidos
las bocas de tormenta sedientas de una lluvia
que nunca se concreta
la soledad delante, detrás
en todos lados
en el silencio adusto
que duele mas que el grito
camino del futuro, regreso hacia el pasado
en esta misma calle de árboles impúdicos
de buzones inútiles sin razón ni sentido
de pájaros afónicos, balcones a la nada
como una sombra trágica la soledad se estira
me esperara en la esquina
sentará su cansancio paciente y resignada
a que mi paso lento le anuncie que he llegado
para cruzar la calle conmigo de la mano

Blanca Barojiana - España

Siempre amaré las palabras, las palabras amigas,
con los ojos de agua y las lenguas de fuego,
que esconden mil secretos, para arroparlos
entre risotadas y vasos de vino.
Palabras añorando ser el Ave Fénix,
renaciendo en sí mismas, combustas en pureza,
ardiendo entre su debilísima energía.
Palabras silenciosas, zánganos del cerebro,
migas para gorrión,
maderos en naufragio.
Palabras irreverentes, inapropiadas,
que se alzan frente a los silencios impuestos
y a las conversaciones pactadas de antemano.
Yo persigo a los que pierden las palabras,
céntimos indelebles del alma,
y las dejan caer, disimuladamente,
fingiendo no apercibirse de mi mano tendida.

Eternidad - Daniel Reyes, San Isidro, Baires, Argentina

Cómo imaginar lo desconocido?
el instante repentino de la muerte
el beso infinito
la caricia última
la frialdad de los ojos
el desvarío de la tumba
el incontenible olor de la tierra
la humedad eterna de las paredes
y el recuerdo gris de un epitafio?

Cómo soportar la soledad
la oscuridad de las manos yertas
el insensible palpitar del pulso
la distancia opaca de la voz
y el frágil útero del vacío?

Ay eternos hechiceros!

Ay sepultureros espaciales!

Ay concavidad espumante de la calavera!

Soy lo que no soy
desde ayer a mañana...
un verso sobre las manos
del pasado...