Ojos de polen - Fernando Nerú, Perú

La noche dormitaba sobre la fuente,
retozando su lumbre en el agua muerta,
y se encendió el recuerdo de la amada ausente,
en los ojos gitanos del poeta.
Las sombras de un viejo romance,
coparon de dolor la oquedad del amante,
y una orgía de versos estivales,
brotaron bravíos e indomables:
-Noche de trova y de luna bruja,
que derramas hiel como escarcha.
escucha a los lirios que punzan como aguja,
y bebe del rocío de mi alma-
-Hoy brilla más, mis ojos que tu espada,
voltea tu capa y no cimbrees mi mañana,
porque soy poeta de palabra amada
y tú un vacío destello en mis entrañas-
-Soy el heraldo que nunca calla,
y soy el león de la montaña,
envaina tu alfanje o desgarrare tus vallas,
y no alumbraran tus perlas mi mañana-
-Voy a menguar los luceros de tu cara,
sino quitas tu rostro de las aguas,
y voy a herir tu espalda con mis garras,
hasta que no borres su nombre de mi aljaba-
Tirito el suelo y se hicieron turbias las aguas,
y en el cielo se escucharon rumores como dagas.
El poeta tembló, y se apagaron sus ascuas,
y se escucho una voz, como el eco de mil voces:
-Beberás del vino de mi mesón,
y comerás la espiga que te den mis manos,
y haré de tus recuerdos mi blasón
y de las costillas de tu palabra
una mujer que rubrique tus años.
-Ella será el cayado para tus brazos
y el amparo de tus pies cansados.
Ella será la flor que germine en tus pasos
a cada legua y a cada palmo-
Y la voz cesó con el silencio de mil voces,
y lloró el gitano, bajo el pretil de su frente,
mirando en el reflejo,
un rostro bello como las flores,
mientras despertaba el alba sobre la fuente.



Poema inspirado en Daniel Martínez
y en Julia Balbuena.