Contarle a la vida - Luis de Pablos, España

Estoy aquí esperando
a que escampe
el silencio de las sordas palabras
para contarle a la vida
que siempre ha sido mía,
camino de la aurora.
Que cuando pacta la luna
con la noche el brillo
de las estrellas
y negocia el sol con las flores
de las amapolas el rojo,
sus ojos me miran sonriendo.
Sus ojos que lo alumbran todo
ven la vida en mi,
en este hombrecillo
canoso y gris
como esos viejos gatos
que rezan a las tapias
sus discursos marchitos.
Y estoy aquí y ahora
plantando como una bandera
la esperanza,
hecha de luz y de nieblas,
compuesta de arcos iris
y de margaritas de agua
y de sonoros jazmines
colgados de las vallas.
Estoy aquí y ella me acompaña.
Qué más puedo decirle
contarle a la vida,
qué más puedo hacer
si mueren a los lejos
esos atroces gritos
y el agua aún se tiñe de negro
en esos viejos pozos.
Si ella me ama
y me llama a su lado
y me nombra testigo
y me dice su amado,
y me ciñe entero
con esos dulces brazos.
Qué locura no haría,
qué silencio negara
y no puedo hacer nada
más que dar testimonio
de que a veces,
algunas pocas veces,
el amor es quien gana.