Venus en mi mirada - Fernando Nerú, Perú

A Mónica Collado


No era mi mar sereno,
cuando vararon mis aguas en tu bahía blanca,
y eran mis palabras como el fresco heno,
que susurraban entre tus verdes palmas.
Eramos como dos estrellas lejanas,
Yo como el celo de Marte
y Tú como Venus en mi mirada.
Eras como el cervatillo en la loma,
deslizándote como un sol en mis gélidas aguas,
como una blanca palmera con filos de dagas
y en el cielo azul la verde paloma.
¡Era yo y siendo yo, era tuya mi alma
eran tuyos mis brazos y eran mías tus sombras!
¡Eras tú y siendo tú, era yo tormenta en tu calma
y eran mios tus lazos y las cosas que nombras!
Eramos noche y mañana,
eramos el rojo violín y el reír del arpa,
y desde siempre eres la luna que mis ojos extrañan
y desde siempre el aguacero que golpea a mi barca.
¡Sí! aguacero,
aguacero que consume mis desiertos,
aguacero que humedece mis sabanas
aguacero que lubrica mis puertos,
rojo aguacero, como velo de escarcha.
¡Era yo y siendo yo,
eran tuyos los sueños de mi cama
eran tuyos mis humeros y era mía tu alma!
¡Eras tú y siendo tú,
era yo el arco iris de tu cara
y eras mi pluma y eran tuyas mis palmas!
Eramos como dos estrellas lejanas,
Yo como el celo de Marte
y Tú como Venus en mi mirada.
Hoy somos el ocaso y el alba
Tú la dulce hebrea,
y yo el espartano azul de tus montañas.
Hoy somos el cárdeno celo
y la ebullición de la sangre en las entrañas.
Hoy somos un valle de fuego
que en sus rojas estrofas cantan:
"hoy somos todo... Pero no sé mañana"