Cuando me abrazas en la desnudez
frágiles telas se transforman en infranqueables tierras
ciega y sin falla
recorro cada habitación
del castillo en que te has transformado
izo la bandera de tu nombre
con la humedad de mi boca enamorada
y en vista del pabellón
en el alto mástil enarbolado
te apresuras a la guerra.
Soldado en batalla,
recorres presuroso los campos de mi ser
te parapetas en mis senos desnudos y entregados
y te abandonas,
sin dioses y sin bandera
al dominio de mis profundos ángeles
Inciensas mis entrañas
y en la ascensión de los humos sacrosantos
entonamos a una voz
salmos calidos a las alturas…
Abrazados en la desnudez
retornados a las formas primeras
nos dormimos risueños
atados
drogados por el aroma
de tu sexo y de mi piel...