Poemar con tu cuerpo frutal,
Es como un coctail de estrellas en Atacama
Es saber introducirse en el sabor del néctar sagrado
De los campos de Francia
Así emerge tu mirada como naranja matinal
En mi despertar abierto de luz
Y de tus cabellos alborotados
Los racimos de uvas se confunden en el gran estío.
De tus ojos transparente nace y crece
La dulzura libertaria de la miel
De tus manos se expande a tu cuerpo
El olor vagabundo de la chirimoya
Mientras que tus dedos incursionan la frágil escafandra
Y el corazón de la frutilla
Y en tus labios frutillares el sol acaricia el mediodía
Con el mirar de los nísperos.
Tus brazos abrazan el manzano
Y en ellos desmayan sus colores
Por tu cuello el sabor del durazno
Resbala placer y néctar de enero
Tus hombros seducen febrero y la sandía
Baña su jugo en tu pecho
Y tus senos son manzanas y rosadas uvas
A medianoche de diciembre.
En tus orejas cuelgan guindas
Y el cerezo aún espera su lugar sensual
Tus piernas caminan y bajo la sombra de una higuera
Bebes el jugo del kiwi
Mientras tus pies descalzos se entusiasman
Con las caricias de las papayas
Y corres desnuda abrazándome cuando la luna
Quiere robarle el olor al ciruelo.
Así en tu cuerpo mis besos son :
Racimos, néctar, sabor y raíces de verano
De mi boca granada salen colores de la fruta
Que dibujo y pinto en tu piel.
De tus caricias, de tus besos nace la mermelada
Que nutre mi boca afamada
Y en un carnaval de primavera, el melón
Te coronó princesa de mi corazón.