Luis Erker

DE LA MADRE


Después de tu beso, después de tu palma en mi pecho
Me doy vuelta, lo sé, lo siento…
Rompés a llorar
Rompés como el mar en las piedras,
Las piedras sin sol…porque el sol,
El sol te lo bebiste todo, todo vos.
Borracha de sol, morocha brava
Me abrazo, me pierdo en la placenta.
Y vos, hija de puta
Y yo, entonces, nieto de puta
Y nosotros nos reímos y así,
Dulcemente nos mentimos y sí,
Te morís, y sí, nos morimos.
Me quedé con el amor
Me quedé con los sueños
Con los olores, con las fotos, los guiños…
Me encargué de fracasar
En todo aquello que tenía que fallar
Y pagué y rompí vasos, vacié botellas
Y relamí los platos ácidos del encanto desencantado
Y le hice el amor al amor, y todas las noches, lo hago.
Y sigo,
En cada bar, en cada pedazo de asfalto
En las paredes en el barro
Con el cordón en el cuello apretando
El recuerdo vago, oscuro, cálido
Y algo tuyo, insobornable en mi corazón…
El aire compadrito, la mirada picante, las pasiones altaneras,
El nervio irritante,
La bravura de los ovarios de la madre,
De la madre que me parió, de la madre. mi madre...

Beatriz Martinelli

OJALÁ QUE SEPTIEMBRE


los jazmines emborrachan
los balcones y las plazas
alborotan la ciudad
tantos colores
los verdes amanecieron
casi amarillos
y los brotes empujan por nacer

acelerado el aire
aviva mis impulsos
Eva hembra
adherida a la natura
siento en la piel
el calor
en las manos
el apuro
en mis venas
la osadía

ojalá que septiembre
embarre mi rostro de arcilla
en las raíces del roble
enlace mis piernas
coloque alas en la espalda
y mis vocablos
se vuelvan trino

beba el agua del arroyo
que entre guijarros
baja cantando
mis pies se tornen
aletas
para evadirme

ojalá que septiembre
me abandone en un prado
en un bosque
en un valle

ojalá que septiembre

Juan Carlos Gómez, Barcelona, España

(al abrir los ojos una página me mira)



/ con pálido rostro y frente virgen / y los ojos se hacen

colosal campo / espera la reja del arado / me veo erecto

pensante / apasionado penetro imperceptible / con la pluma

de la arista ahuyento el vacío / deslizo el perno hasta el

fondo / y comienzo a humedecer con tinta / tersas paredes de

un blanco océano / parecido a la antártida / y en menos de un

instante / diseño vergeles / corre la sabia de mi verso por

sueños de las entrañas





(cuando viajo por la vida voy abriendo en)



la espesura del poema / abismo de corales imprecisos / con

la inasequible tinta del océano / en las playas ideales de la

mente / en la punta de los ojos y la boca / bajo el velo y la

magia del gesto / voy abriendo en la maleza de la sílaba / el

claro soñado donde pueda / instalar en el seno de la selva / el

sonido y la grafía y la idea / de la prístina palabra / con el

cauce y el empuje de la vida / se hace luz en el sueño

inverosímil / del agua / se va abriendo y dando al mundo el

original secreto de la poesía / arcano universo de natura /

cuando voy de un lado a otro por la vida / con punta de

pluma en arista del ensueño / voy abriendo en la magia de la

palabra




(ella sueña como un moro más allá en la)



costa / con el que en vez de morder la manzana le dio grave

tarascón a la granada / y después hizo hincapié en andalucía /

y lloraba de hinojos amores / pero abandonado a desdichas /

y la madre le reprochaba con sapiencia y con aquellos rezos

mortificaba / se decía a la alambra y otras cosas / de torres

labradas en demasía / alto fue el precio del artista / y más alto

lo que no pudo pagar el rey moro aquella humillación que le

roía / por encima de la leyenda / ella sueña sobre una mágica

alfombra / inasequibles secretos de oriente / con caros

perfumes y especias / con finos géneros del continente / ella

sueña con baños de pulcros cuerpos / con mágico venero de

las formas / lo sensual de lo sublime de la rosa / y la

platónica delicia del sahumerio / de la uvas del vino y de los

versos

Sabrina Domínguez, Buenos Aires, Argentina

I Still in doubt


si me dijeras que
te taloneo los pisos
te ventaneo las espías
te orejeo las mordiscas
te careo en las caricias
te trabajo en los molestos
te timbreo los tocos o
te silencio las investigaciones
consentiría que
no presenciaras mis soportes
personificaras mi ignorancia
contactases los evitas
no amorases tus ocultos
evidenciaras las fueras
amurases los escribas
o me indiferenciaras con mis matas
en fin que
corazonarás mis rotos
llorases mis hechos
no historiases mis preguntas
pero yo ni siquiera
vivo en tus presiones
y apenas te almeo los tanteos
y además vos todavía
corporizás el fuego
y silenciás tus llantos
cada vez que
me acogotás los abrazos
no comprendo qué
pico te bichó
no comprendo por qué
estás maleando conmigo



Posibilidades


a veces quise una casa a la orilla de un tren
y un jardincito con banquitos de plaza y un solcito
decía entonces:
¡buenos días, torcacitas! ¡buenos días, don Luis!
y el amanecer venía con olor a pan
y vi también, en esas horas querendonas e irrepetibles:
chicos con la boca sucia de helado
enfrutillando el barrio, faltándole el respeto a la siesta
y señoras llenas de plumas contándome
día a día, una a una, las canas de mis años
otras veces quise un corazón de barco,
un temporal de arena en un reloj
un calendario dócil como un retoño
sentía, en esos momentos de mar,
la sal de todas las cosas
y el horizonte, tan abrazable como los amigos
un día soñé también con otra ciudad
saturada de adoquines y de músicos
y me encontré pintando lienzos
con colores de aldea o de trigo
pero
no tengo una casa a la orilla de un tren
mi corazón nunca se vino barco
y mi ciudad es ésta, sin adoquines ni músicos
no digo: buen día
todos mis relojes están sulfatados
nunca aprendí a pintar
ni conocí los trigales
quise escribir versos y me nacieron gárgolas

PABLO MARTÍN PÉREZ, Madrid, España

Me dio


Me dio por la esmeralda
y ponerle acento a lo agudo,
por buscar las causas perdidas
y perderme con Alicia en su madriguera.
Por limpiar el cuchillo
y dejar las pruebas,
por bailar sin saber caminar.
Me dio por llorar.
Me dio por celebrar
el penúltimo fracaso,
por saltarme los muros
y las reglas cada 28 días.
Me dio por fumar
y hablar por el móvil
en las gasolineras.
Me dio de lleno,
por no estar atento.
Lo debí esquivar.



Todo para nada


Retuércete como el tronco
del árbol que nos separa,
esquívate la mirada,
soporta embestidas, cicatrices
y a hijos de puta orinando en tus raíces.
Al final todo como al principio,
tú en tu casa semidesnuda,
tirando por el retrete los diamantes del alba
y yo detrás del camión de la basura.



Buscando agua


Doce en la escala de Beaufort,
y uno vomitando a los mareantes.
Muchos sin rumbo, buscando en los derroteros,
y calculando la distancia con el sextante.
Unos cuantos recalando, mirando desde la cofa,
virando hacia un imposible, tirando sueños por la borda.
Ninguno en la línea de flotación,
sedientos, buscando agua en el aljibe,
arrojando escapularios sin ton ni son,
con sus barcos engalanados se van a pique,
porque no hay nadie aguantando el timón.

Francisco Mir Mulet.

Rock de urgencia
A los enfermos del SIDA.

Me arden los ojos
la noche penetra por las córneas heridas
tengo en el cuerpo un arrebato de guitarras y pianos.
Es mi turno y los árboles van a delirar
el público responde
pido que levanten las manos
y ya hay quien quiere quitarse la ropa.
Es el momento de hundir los dedos en las teclas
estirar al máximo las cuerdas
reventar los micrófonos.
Digo que me canso
que la soledad es un baño de señoritas
la multitud me sigue
confesaré mis pecados
no tengo la culpa de seducir tanta corteza y añil
no soy rayo, oscuridad
filósofo cantor, ni bautizado.
Sé que este es mi turno y voy a actuar
tocaré todos los instrumentos posibles.
Mi canción es metálica
no olvido lo discriminado que fui
todavía camino marcado entre la gente
y hay vecinos que no te saludan
otros violan tu mínimo resplandor.
No agredo. No mato. No traiciono. No miento.
Exijo que vuelvan a cantar conmigo, que levanten las
manos
hago que todos sueñen, olviden sus personales
fusilamientos
cárceles privadas,
íntimos
homicidios
los expedientes malditos en la conciencia.
Propongo saltar con fuerza
explico el sexo vacío: sentidos capados
señales de tránsito
grifos abiertos
el final de la calle, la basura
bombillas que no encienden
la reiteración, el autor omnisciente.
No robo, no mato. No miento.
Sucede que fornico
¿Todavía me escuchan?
No violo. No agredo
Soy un monstruo familiar, domesticado.
Mi Isla, mi montaña es Dios
Dios me salve, Señor, por favor.

René Dayre Abella

SOLITUDE IV

A Ivette Marie, por si un día le asalta la soledad.


En aquel viejo templo
Sostenido apenas por cariátides que se desmoronan
Y los espectros deambulan con los ojos y los labios calcinados,
Te descubro espiándome desde un rincón.
Oh, tú, mi antigua compañera.
Y te unes al desfile espectral,
Para luego desvanecerte en la nada,
Y regresar rediviva en las notas lánguidas de un adagio.

Silvia Patón Cordero

Más dulce que las rosas


¿Qué es aquello,
más dulce que las rosas,
que a todos agrada
pero nadie quiere sentirlo?
Y cuando se posa en el alma
y su sentido nos invade…
¿No es el más delicado
de los placeres,
la más terrible
de las torturas?
Pues porfía en nuestro interior
y con su embate
nos hiere y hiere sin cesar;
que la saeta de Cupido,
ya ahondando en tierno pecho,
es la más penosa
de las muertes en vida.

¿Qué es aquello
más dulce que las rosas?

¿Y tú lo preguntas?
¿Es que acaso no lo sientes
dentro de ti?

Graciela Wencelblat

Ya nadie pisa el otoño


esta noche no
la desgarra
su imagen de silencio
los vientos sacuden su ira
como si supieran.
esa mujer llena de tempestades
se hunde en los pasadizos del tiempo.
no huye
pero su boca traga la luna
y llena de susurros el mar.

Ya nadie pisa el otoño
ella llora.

Patokata, Uruguay

DESOLACIÓN

Camino sobre brasas

el alma pende de un hilo.

Sin palabras y sin sonidos

cruzo el desolado abismo.

De mis alas arrancadas,

de mi espada que ha caído,

de mi ser angelical que

se ha quedado

absorto en el camino.

Que lúgubre se ha vuelto

mi canto

y si es canto, desvarío.

De tanta realidad así

ha quedado

mi pobre corazón herido.

Los ojos me he vendado,

los labios me he cosido

para que no aullen mis lágrimas

los llantos del destino.

Pájaro agorero ha pasado

cubriendo con sus plumas

el camino.

Camino de sapos y serpientes,

estéril de colores y de lirios,

seca tierra que es barro partido...

Despierto en un llanto,

que triste que ha sido

ver en tal desolación

a ése ángel caído...



ESE ALGO...QUE NO SÉ


Desata mi alma, ponla a volar.

Libera mis alas que hace
tanto deje de usar.

Dibuja mis manos,
que bailen al son de las letras
y deja de las musas
las escondan entre sonetos de amor
y rimas viejas.

Abofetea a mi espíritu,
que caiga en la cuenta
de que la vida es una ráfaga de viento
que arrasa y no se queda.

Arranca mi esencia
para ser yo verdadera,
detrás de bambalinas
desmenuza mi carne
para dejar de ser entera.

Dame la vida que me falta,
el aire que tanto añoro respirar
y que no sé donde encontrar.

Dame el amor que me disuelva,
que calme mi ansia plena
y colme mi eterna soledad.

Dame eso que no sé a ciencia
cierta qué es,
que me quita el sueño,
que es puro anhelo
de un lugar que no recuerdo,
al que sé que pertenezco
y al que espero con paciencia
infinita regresar...

Sutardji Calzoum Bachri, Indonesia

GATO


Miau! un gato en mi sangre ruge
corre, me lastima, fluye en mi aorta
en el bosque de mi sangre es enorme
pero no es un león, un tigre, un jaguar
no es un leopardo pero parece ser un gato
¡más no es un gato pero es un gato!, Miau!
tiene hambre, poda el bosque de mi África
con sus garras,
y enloquecido ruge, aúlla..
no le des carne, no le gusta la carne.
¡Dios! ¡no le des pan
no le gusta el pan! ¡Miau!
Un gato lucha en mi sangre,
ruge, abre paso por el cáncer en mi corazón.
Tiene hambre, ¡mucho hambre! Miau!!
No ha comido en un millón de días,
un millón de hijos nunca se satisface
¡cuántos millones de hambres tiene!
Mi curioso y hambriento gato
busca perpetuamente, desgarra, espera.
Dios creó a mi gato, ¡yo no se lo pedí!
y ahora ruge buscándolo.
Tiene hambre.

No le des carne,
no le des arroz.
Dios creó a mi gato´
sin mi consentimiento
y ahora quiere un pedacito
de la carne de Dios.
para volverse manso
para que pueda estar en paz en el mundo.
Miau! ruge...eh??!! tú!!
¿cuántos dioses tienes?
Dame uno para que mi gato se calme ¡Miau!!
shhhh gatico, ten paciencia!
pondré trampas en África,
pondré trampas en el Amazonas,
pondré trampas en Riau,
pondré trampas en ciudades
¿Quién sabe? de pronto, atraparé a un Dios.
No sería malo un pedazo para ti gato
un pedazo para mí ¡Miau!
shhh quieto gatico!! miau!!

Marcela Somoza

Cuando una somos cientos
cada una cansada de instantes
todas ellas hurgando en lo imperativo

la vida se apila sobre el fondo
de mi misma.

Patokata, Uruguay

IMAGINARIA


Se ciegan mis ojos
cuando no te veo.

Me sangran las manos
si pienso en tu piel.

Me hierve la sangre en el cuerpo
si no estás para calmar mi sed.

Se extravía mi cordura
si tanto te pienso.

Se angustia mi alma
si desespero buscándote.

Me falta el aliento
tanto si te tengo
como si de repente intuyo
que te puedo perder.

Círculos concéntricos
acorralando al ser
embotando de palabras
la memoria
para distraer.

No importa si voy o si vengo,
que importa si está mal ó bien
si en un instante
se paraliza el tiempo
y todo deja de acontecer.

Estoy más allá de los sentidos,
me siento más acá
en sueños de papel
y voy buscando en el aire
indicios de todo lo que pudo ser...

Me he quedado con el alma
llena de amor
guardando los recuerdos en el corazón,
se han quedado palabras en mis labios
que no serán dichas en otra ocasión.

Me he quedado a la vera del camino
soñando un sueño que ya pasó,
inventándole un futuro a los delirios
que nacen de deseos fuera de control...

Enmudecen mis labios
cuando no te nombro...

tal es el juego de mi imaginación
que se mete de lleno en mis secretos,
y reaviva emociones y alerta pasiones,
confundiendo la realidad con la invención.

BELÉN VECCHI. OLAVARRÍA, PROV. DE BUENOS AIRES, ARGENTINA

“El sombrero de mi madre cubre el mundo”.

"Fotos", de Rodolfo Walsh.

POEMA


El miedo
En la cama
Cómo decirte
Que el amor es grande
Que el miedo es grande
Y la cama chica
Y mi voz no alcanza
Para soñar fuerte
Con tormentas, con colores
Blanco y negro, el mundo
El miedo y el amor, el mundo
Fuerte
Como los sueños
Como las tormentas de colores.

Ana Elisa Medina

Giramondo
"Cuando crees no existir
de pronto en el camino
aparece la luz del amor
y todo cambia,
todo gira
y otra vez volver a girar
volver a Amar"

"Chaco

( a los poetas de Pcia. R. S. Peña)


Mi Chaco era todo monte
y era todo algodón.
Nubes de sueños cuando me fui.
Ahora Chaco, al volverte a ver.
al desandar tranqueras
sólo veo algunos fantasmas,
tierra caliente, polvaderal,
terral de caminos encontrados
en el tiempo
salpicados de lunares verdes,
existencia estoica, perseverante
de algunos árboles
raleada la vida, impenetrable
que fue insondable.
Allí están ellos,
allí los quom, los wichi,
sobreviviendo la triste historia
del progreso y devastación
en el monte chaqueño."

Gregorio Riveros - Pampanito. Trujillo (Venezuela).

NEBLINA


La neblina
estremece mis ramas
y sube
por los árboles
penetra mi cuerpo
sin voces
risas
besos
siluetas
y te marchas
sin prisa por la tierra
y te vas
con los pájaros
y te vas con el viento
cansado
con tu rostro
cansado
y abandonas tu vuelo
y tus labios pasan
y dejan
en mi boca
pedazos húmedos

Lucia Gomez -Colombia

Dulce mirar


Yo estoy acostumbrada
a ver a mis amigos caminar orgullosos,
con paso firme hacia el mañana,
Pero también los he visto renacer de los escombros,
cargando sus guitarras vestidas de luto.
Y en esos momentos de dolor inmenso,
es cuando siento que la noche se hizo muy larga
y que es imposible detener tanto sufrimiento acumulado,
escondido en los confines del alma.

¿Qué puedo hacer yo desde mi casa?-
¡Si me es imposible detener sus lágrimas!-
¿Qué puedo hacer yo desde tan lejos, más
que darles un abrazo en la distancia?-
Es que hay momentos tan difíciles,
que es muy difícil expresarse con palabras.
Yo estoy acostumbrada a creer que el amor
es un dulce mirar hacia el futuro
y a esperar a que termine la noche.

Maria Toscano -Coimbra- Portugal

de fuegos mansos


1

serenamente
fuegos de fantasía
inventan lugares cálidos
mansos
serenamente
huecos de fantasía
habitan lugares cálidos
calmos
serenamente
lugares mansos
inventan dulces fuegos
insaciables

2

confortada por las manos de la vida
camino sus eminentes
laderas
asombro sus huecos infelices
absorbo la abundancia
la esperanza


y maravillo a la vida con la vida que germino
arrebatada
Coimbra, 10 octubre 05

3

conozco a esa voz
y no me gusta
nunca me gustará la ceniza en mis ojos
conozco a esa voz
y no es la mía
la mía no se queda
desterrada
en el dolor
Coimbra, 7 octubre 05

4

reconozco la mano
que me aplaca
tiene nombre rostro líneas
y sonrisa
reconozco el verbo blanco
que me alumbra
y no más diría


5

hablo ahora del tiempo:
mecha de la existencia deseante
lengua de la exigencia
hablante
amante elocuente

6

nombro ahora el viento:
moviente verso
tu abrazo
amante elocuente

7

a la llegada de tus pasos
libo el ahora
nombro la hora
sin más.

Catalina Zentner

RETRATO DEL PASEANTE


Va desde una esquina a otra
silba la melodía de los escarabajos
suma pájaros
desmenuza una rama
bebe el aire
dobla enfáticamente cada pétalo
prende con alfileres soles en los tejados
domestica cigüeñas
se prepara un almuerzo de semillas
arrulla cigarrillos con canto de arrabal
almacena colmenas
coloca estampillas al cáliz del jazmín
un león hervíboro en medio de su pecho
el humo de una rosa en la solapa.

En la calle desierta de relojes
él va de norte a sur por el asfalto.




HOMBRE


El hombre está dormido
con la cabeza bajo el ala
no sabe cuando sonarán los relojes
ni quiere darse cuenta
que las horas
están electrizadas.

Suma y resta galaxias
va por cántaros
y recoge cerraduras
envía radiomensajes
allí donde el sueño
le acurruca semblantes y trapecios.

Una abeja
desde el ojo del tiempo
se emborracha de sol
a sus espaldas.

Todo parece lejos
y sin embargo
de sus dedos de harina
fluyen
silban
crecen
aquí y hoy
fibras de luz
sobre los días
sobre verdes hogueras
sobre el silencio.

Y las voces
paridas en la entraña del hombre
se apoderan del aire
para decirnos cuando
desde que precipicios y llanuras
están los desterrados
aguardando
el final del exilio.



F U G I T I V A


Desde las raíces
Subo el largo camino de mis venas.
Detrás, pisadas-
El aliento del cazador sobre la nuca.
Allá la rosa oscura.
Y mis huesos
ensamblados debajo de la piel
corren
me corren
llevan
me llevan
traen
a través de la bruma
hasta la oscura memoria de la rosa.

RAÚL ROMERO

Chau Mario

A la derecha del roble


Vos sabrás perdonar mi atrevimiento.
Este meterme aquí
a chapucear sobre esta hoja
tratando de cumplir los requisitos:
De ser
como vos decías
árbol o prójimo
lejos de la ciudad que existe.

Invertir la sensación
ser pierna trepando al insecto
o los brazos bajando por la melancolía
hasta que ella cierre el puño.

No saber dónde esta el secreto
si en las nubes o las copas
si en los nidos o los pájaros

Y estar, tan solo estar
mientras ellos disputan.

Ser integrante de esa pareja
recorrer el túnel en silencio
por esa mirada donde la luz
solo sabe de amor.

Imaginarme ahí
mordido por esa ramita
mientras ella sonríe
y el césped desdibuja la huella
de los zapatos encontrados
y mis huesos dejan de ser tristes.

Advertir que en realidad
se trata de algo menos desolado
y que el parque siempre esta despierto
aunque la lluvia nos invite a retirarnos
y nosotros optemos por quedarnos a nadar
con los hongos y no morir pisados
por algún escarabajo.
Con tal de no dejarte solo.

Ana M Prouvelarie

Macula.................


Esta mirada
Vio una figura casi en nebulosa
El relieve de los años
Surcando lentamente me hería
Desde la ceguera
Y no hay espejo que mienta
Ni año que no se cumpla
Es una luz mortecina
Que titila…
Hay un renglón iniciado
En el borde de tu boca
Certidumbre total
Del sentimiento
Todo.
Pero esta mirada
Ha mirado hacia dentro
Donde puedo quererte sin ojos…
Es tiempo de màcula y surcos
Tu difusa figura sigue esperando
Se quiebre el cristal
Con que se mira.



Un Cierto Momento


Despues de la serenidad del agua en calma
la dosis de pasion,
la hora exacta,
las ventanas abiertas,
tu figura a trasluz,
la francesa que canta
volcada en su guitarra...
Una llave que cae
tentacion sin sorpresa
una taza de cafè...
ya no somos los mismos,no.
el poema del porqué
el universo se viste
con un cuarto creciente
y una rima que rima
justamente con verso...

SERGIO OMS

Para conjurar los cuerpos

A Omar Cirera


Como una bestia herida por el tiempo, ahogándose con el tibio brotar de su sangre, muerdo el polvo gris de mi infancia.
Un coágulo de imágenes en la memoria,
un camino de espejos,
la ribera lodosa de un río donde se gesta el recuerdo.

Los caminos de la inocencia o el bosque profanado
donde el que habita es él, no yo,
sino ese que soy;
el animal hambriento que acecha desde el silencio,
la sombra insidiosa vagando en los
subterfugios de la palabra.

Y nada es cierto.

Aquí estoy, ante tus ojos, celebrando una vez más el rito, la misma forma de la mentira oculta, y aún no me ves.

Y nada es cierto.



Para sobrevivir a la muerte



I


Ingresa a las fauces de la bestia
indómita
que acecha los caminos del recuerdo.
Pronuncia su nombre y su verbo.

No eres tú a quien buscan,
no es tú sangre la que quieren beber.
No es tú cuerpo
el trofeo que vienen a buscar.

Cuida de tu sombra. Es ella quién pregunta ¿Quién eres? ¿Cuándo? y ¿Dónde?




Para sobrevivir a la muerte

II


Cuerpos, como una invasión violenta de mariposas, corriendo desenfrenadamente entre las sombras nocturnas. Manos que arrastran a la muerte.
Un llamado hacia la noche eterna.
Una masa de aire súbitamente agitada
por un aleteo de brazos.

Cuerpos cayendo en la noche eterna.
Hebras tensadas por
arañas tejedoras.
Un espacio vacío.
La ausencia de un abrazo que acuda al auxilio.
La resistencia y la agonía.
La aceptación.

Cuerpos, en los límites del lenguaje, ingresan a la noche eterna.


III


Hemos llegado.
Contempla las formas y las figuras de esos símbolos que ignoras. Mira cada uno de esos signos que aún desconoces. No hay aquí ningún recuerdo del que fuiste. Ninguna memoria te sobrevendrá.
Nada.
No hay palabras conocidas con las que puedas nombrar.

Adán, primer y único hombre destinado a nombrar las cosas, has regresado.
Éste es el paraíso perdido.

Leopoldo Sánchez Arenas

A Fin


A fin de que tus lágrimas sean mar y viceversa,
y tu alma la luz del sol,
sean en amor tus sueños;
habrás de observarte constante en el hoy.
A fin de que seas en realidad
y te despliegues libre del yo,
de un canto profundo has de crearte,
habrás de observarte constante en el hoy.
A fin de que te eleves siendo el cielo,
fluyas siendo como el arroyo,
te difundas con los sentidos dispuestos;
habrás de observarte constante en el hoy.
A fin de que seas en esencia,
hagas la vida suave y te mire el sol
libre con el deseo que infinita;
has por mirarte constante en el hoy.

Mario Alberto Manuel Vázquez

Hay una forma en que el silencio mira
de frente a la palabra
a sus ojos de tinta y de saliva
a su hambre
(eterno)
de cosa desterrada.

Hay una forma en que el silencio acecha
la falta de palabras
esa mistificación
esa falsía
y las caza
las sitia
las desgarra.

Hay una forma en que el silencio hace
el amor a la palabra
la roza
la penetra
la desboca
la insemina
la nace
la desgrana.

Hay una forma en que el poeta mira
escruta la palabra
la besa
la acaricia
la enamora

y elige
solamente
la preñada.

Ana Romano

GAMA


Asteriscos modula el aire
Prismas tricolores
bordan el follaje
La brisa bosteza
Estira la niña los brazos
mientras la nube se disfraza
Recorre, atrevido
el pájaro, el pincel
Aguarda
la paleta de colores
al bastidor.



JABALINA


Segrega
la fístula
encono
Vomita
el boquete
desprecio

Es apresado
el cuerpo
por las arterias
Secciona
el miedo
la rigidez
Vulnera
el balbuceo
la esperanza

Temerosa

del saqueo

gime.




MADRIGUERA


Dormida
espío
pequeños huecos
El hielo encubre
el amor llagado

Es en la noche tapiando
el nido

o sueño demorado

Azotados los pensamientos
por el timbre.

Armando Díaz

Es una margarita en medio de la pradera
Que nació para ser la más bella,
Para ser amada con besos de amor…
Es una hermosura, es la delicada esencia de una flor.
En esa sutil mezcla de sensibilidades y perfumes.
La esencia de la mujer, el cáliz de lo femenino,
El extracto mas divino de un beso…
y que con un beso de su ternura te lleva al cielo…
Un día que estaba lloviendo, saliste a sentir el agua,
y le cantaste al cielo, a la vida, al amor y a mí…

Lloraste de alegría de estar tan viva
y el cielo lloro de alegría al verte tan contenta.

Si la alegría de una mujer seria flor,
tendría tu nombre, tu esencia, serias tu…

Tú la mujer de labios delicados y elegantes,
tan sensuales como el terciopelo de una rosa,
que me llevo al cielo en su primer beso
y de ahí al mundo fantástico de tu corazón.
Al mundo de las delicias de tu piel….
Al mundo de tu alma azul-lapislázuli.
En donde me brindaste la delicadeza de tu silueta,
que con tus ojos maravillosos, me hiciste el amor
mientras tu cuerpo cabalgaba en mi corazón…

en mi sensualidad…

Ese día le pusiste definición a la esencia de mujer.
Con tu delicadeza…tu cintura
que me invitaba a estrecharla
y mis manos no la dejaban ir……
como si estuviera esculpiendo el más suave
y hermoso jarrón de porcelana…
En obsequio de tu feminidad…
Las sábanas se perfumaron de tu esencia,
y se quedo ahí, tu aroma para siempre,
se hicieron tersas al envidiar tu piel hermosa.

Ese día la sutil elegancia de tus pechos me intoxicó de tu extracto divino de mujer.

Me embrujo tu hermosura, tu mirada delicadamente lasciva... de mujer……de mujer bonita...

Que escogió la virilidad de mi alma, para que una rosa tan hermosa, extendiera sus pétalos y los abrazase con su húmedo perfume.

Me regalaste lo más bello de la vida, la alegría de vivir de tu ser mujer… que se guardaba para hacer el amor con besos….
Con besos encendidos por el amor….


Ese día te atreviste a usar delicadas telas
que apenas se sostuvieran
por la preciosa silueta de tu cuerpo
y que en nuestro arrebato de pasión,
apenas al rozar la línea del tirante,
tu sostén de seda rojo…. se resbalo,
como pétalos de una flor, sobre tus hombros de porcelana,
que en una delicada pausa,
se detuvo con la redondez de tus pechos hermosos,
y en un instante divino cedió el sostén como en un desmayo….
donde brotaron tus pechos esplendorosos...
como el sol cuando amanece...
como un racimo de rosas que
se desprende del listón que apenas le sostiene……..
y me brindaron la explosión exquisita de tu perfume,
en un estruendo de pasión de tus colores…… esos...
los rosas más tiernos de tu piel...

Así mi virilidad fue escogida, y fue el más orgulloso de mis días…
Tú me escogiste para que tu feminidad fuera besada…
Tu mujer, que me hiciste sentir en el Olimpo,
porque tú eres la diosa de las mujeres…
El universo nos puso a ti y a mí para hacer el amor con besos,
en una interminable pasión de amor…..ese día…
el mejor de todos mis días……
El día que hicimos el amor con besos……..

Lucía - Colombia

MI SÚPLICA


Cuando la tarde caía levemente en los vergeles
yo miraba que te ibas entre los pinos que crecen
y de mis ojos caían lágrimas amontonadas
y te perdías a lo lejos en oscuros nubarrones.

Me dejaste desolada en franjas anaranjadas
y el alma se me ha filtrado entre la niebla y el miedo.
Ya no estás, ya no sonríes en horizontes cerrados
ni me regalas abrazos en violetas enredados.

Ya se tiñe de neblina el recuerdo que me queda
y quiero que vuelvas pronto a calentar mi tibieza
para que esa niña linda, que llevo tan dentro mío,
corra y salte en los vergeles y no se muera de frío.

Juan Borges

no me cabe en las manos


no me cabe en las manos
esta ausencia de tus uñas
y tu sangre urgente /
quiero volar a un mundo donde no estes
es tan oscura esta noche que se pueblan de nieve /
que se pueblan de crueldad
mis costillas
esos pajaros crueles han venido a buscarme
y estoy descalzo /
cayendo en una pendiente
tu ser se escapo de repente /
se despedaza mi grito
y muero en silencio /
para seguir adelante
enmudecido va mi cuerpo sin tocarte / sin padecerte
la madrugada acecha...

Raúl Romero

Ahí el cuerpo
nunca perdonado
la voz sangrada
de verdades molestas.

Acá el silencio
los escritos rotos
las blancas mentiras.

Cómplices
las manos se saludan
las miradas se justifican.

Ahí el cuerpo.

Acá, digamos
la vida.

Celina Vautier

La lluvia cae.
Como perlas de seda
caen sus gotas


Cae la lluvia.
Es su collar de perlas
que se ha cortado


Estrella rosa.
Flor de palo borracho
en verde parque

Neli E. Lucero

CANCION DE CUNA


Me recuesto en el hombro del sol
para poner calor
al gris de la emociòn,
en el cuarto de la ausencia.

Son miles las ausencias
enhebradas en mi alma
se van, pero vuelven
van y vienen,
ausencias enhebradas en mi alma.¡¡¡

Recostada en el hombro del sol
su calor tocò mi alma
en sol mayor
creando esa canciòn de cuna
a mi amanecer.

Juan C. L. Rojas

El frío de las calles


No sé si te percataste
de las penas que pululan
en los rincones de las calles.

No sé si sentiste alguna vez/
la ingrata emoción de los silencios...
de las voces sordas...
y el perfil violento y ciego
de indiferencias y desidias.

Insisto/
por si acaso sea tu sordera también
una muralla de adoquines.

¡Cuántas monedas ruedan
en naderías despilfarradas
cruel vertiente a las miradas que espolean
el hambre enloquecido!

Y mientras gira esta ruleta
insensible metal
que no siente el lamido del despojo
hay tristezas...
tristezas que pierden puerilidad en los andenes/
seres que adelantan el tiempo del dolor
en las miserias heredadas.

¡Cuántos decretos rubricados y ninguno asomó/
para fundar la alcancía lejana a los corruptos!

No sé si mediste alguna vez
esa hermosa sensación
de dormir tus días sobre flejes duros y oxidados...
Oye no te hablo de tarimas y teatros/
te hablo de la vida pasando por los huesos.

¿Se enfundó tu niñez acaso
en los harapos de colchas perforadas?
¿Sintieron tus manos de niño duro
la ondulada y oscura pared de cartón
que apenas corta el calor de las estrellas?

¿Se empolvaron tus pies
al bajar sobre la escarcha
en el frío amanecer?

...¡Ah las manos materna
de calor frotado sobre la frente tempranera
luchando las discordias
del pan de cada día!

¡Mira!
¡Alguien se encorva allí a tu lado!
No te olvides de tu hermano...

Mientras caen papeles accionarios
y tiembla la avaricia
tal vez estés aún
envuelto en gamuza y algodones
pero también la vida es hoy
para los que están
en el frío de las calles.

Adelfa Martìn

QUIERO


Quiero aferrarme a ti mi poesía
De la barbarie no ser la mensajera
Cantándole a la luz del mediodía
Ser vocera por fin de buena nueva

Quiero hablarle al amor, al embeleso
Decirle al corazón que el alma mía
Prefiere ahora rimar diciendo beso
Y no contar los muertos de este día

Quiero dejar de lado al ser humano
Que perdió en el camino bonhomía
Ensalzando al que lucha mano a mano
Por una vida mejor, no tan sombría

Quiero solo saludar en la mañana
Sin mencionar la última noticia
Los que murieron ayer con tanta saña
Que más bien pareciera fantasía

Quiero personas en los parques como antaño
Sin preocuparse si la hora es la prudente
Que los niños hablen tranquilos con extraños
¿La única razón? ...¡porque que son gente!

Quiero dejar tras de mi mejores cosas
A los pequeños que nos traen inocencia
Sin saber que no van a encontrar rosas
Sino sombras, mezquindad e indiferencia

Quiero luz, alegría, un cambio interno
Para el hombre del futuro y del presente
Convencido ha de estar que por su yerro
Como nunca el peligro es inminente

Stella Maris Taboro

Ser nada



Los que no tienen voz porque los callaron,
son la nada, a nadie les importa
caminan y nadie los considera.
Existen porque los parieron
pero no tienen presencia para el Estado.
Son sospechosos y los miran de reojo,
circulan desahuciados, con la mirada
pegada al suelo.
Los viste el desprecio, se aferran
a las supersticiones para sostenerse,
Son la nada, aunque podrían ser científicos,
pero lo hacharon ,para que sean nada.
No se si tendrán sueños,
quizás creerán que la buena suerte
los despertará un día,
Siempre alzarán algún alfiler del suelo
y nunca pasarán debajo de una escalera.
Pero para la sociedad, ellos son la nada,
y la buena suerte no les llueve jamás.
Manejan el lunfardo y sólo estarán,
quizás, no es seguro, en algún censo,
como número , no como ser ,porque
son la nada, son nadie,
son brazos explotados,
que sueñan con ser escuchados.

ROSA PÉREZ REPULLO

PÉTALOS ROJOS


Pétalos rojos encontré,
aquella noche en tu cama.
Desnuda te espere,
feliz por tu llegada.


Pero quedo sólo en eso,
en algo irrepetible.
Hoy vi caer un pétalo,
y mi recuerdo se repite.


Porque olvidaste el momento,
que podía haber sido eterno.
Tu vida se tiñe de negro,
por no conservar tu pétalo rojo.

Leopoldo Sánchez Arenas

Si Miraras de sus Claveles



No olvides –los claveles que te advierten
están distantes de los callejones
de una nostalgia sempiterna
que Yolanda espera no hunda tu corazón.

¿De ellos cuidarás? Sabrán estar en tu último trance-
florecer de tus cenizas- ser tus hespérides
de amor. Algunos
fusión eviterna en tus cogniciones.

Ella lo hizo –fue ella amable- siempre reía.
Vio sus claveles bajo el cielo.
Las hespérides fueron las lágrimas en sus ojos.
¿Será que están en tu alma?

Eduardo Espósito

TODA LA CARNE ES HIERBA

A Clifford D. Simak

Un despertar como de pájaro
en la jaula equivocada
Y colas en el súper
a la hora en que derrapan
la fiebre y su museo
La casa dada vuelta
uncida a los recuerdos
Un Poseidón henchido de naufragios

Con el día crujiendo en el rescoldo
algo en la casualidad cambia de mano
Prolijas/ tempraneras
las hormigas del patio del vecino
me acercan sus carritos
(En furtiva procesión las Reinas Magas)

El bamboleo de la existencia continúa
Como Tarzán en las lianas
nosotros en los pasamanos
Las culpas repartidas con cada amanecer.

FERNANDO DENIS, Colombia

LOU ANDREAS-SALOMÉ


Lou Andreas-Salomé, nombre de fuego, nombre de madera ardiendo en el bosque
y en el castillo,
al anochecer los sirvientes encienden tus velas y tus antorchas,
queman tus papiros llenos de secretos sobre la belleza y el arte.

Lou Andrea-Salomé, muéstrame el sexo de los colores y del fuego,
el sexo de la salamandra que en tu piel se esconde,
la lívido de Freud invadiendo la enfermedad de tus jardines,
el suave esplendor que Nietzsche dejó en tu siglo
y en las aguas de tu mente,
la estela peregrina de Rilke murmurando tristezas alemanas en tus oídos,
el verbo alado que baja con la miel delicada de tu sangre rusa,
el mar que arde en tus ojos envenenados de asombro
y esconde la flor,
el deseo,
la tempestad,
el incendio del mundo.



JUANA


Usted no conoce las criaturas que atraviesan estas aguas en la noche,
no conoce las sombras que escriben en la orilla.
Bajo la rojiza cabellera del sauce
la luz va buscando su forma, va tocando con sus nudillos
los portales del sueño,
camina con paso sereno de luna llena
hasta que penetra en mi buhardilla.
A la hora en que las barcas dormidas apagan sus velas
yo enciendo el arpa de ónice,
y mientras la noche va esculpiendo sus sábanas blancas en los bosques,
en las casas donde el búho contradice el silencio de los que duermen,
el brillo de mi música va dejando caracoles dorados sobre la playa,
vientos que encienden el nácar de las cosas, el azul de las piedras.
Es verdad que pocos me conocen, casi nadie, sólo algunos
que no pueden vencer la curiosidad.
Soy una niña que viste de azul, que busca en la noche la caverna
donde el viejo cazador de libélulas
guarda las monedas de plata, la roja ouija de plata;
esa tabla que sirve para hablar con los muertos.
Si usted supiera cuantas cosas del otro mundo se esconden detrás
de mis palabras, cuántos misterios dormidos bajo las estrellas;
y cuando cante el gallo, al alba, si usted fuera mi amigo,
yo le mostraría los poemas que me regala la que vive más allá
de los manglares rojos, la mohana, la mujer del agua.
Parece que estuviera loca, por sus alborotados cabellos.
Más de una vez la he visto cantando, arrojándole piedras preciosas
a la ciénaga.
Y bajo la luna llena no hay una mujer más hermosa.
Dicen que nadie ha la visto, nadie en estos antiguos, reverdecidos
parajes de la tierra.
Dicen que son cosas mías, cosas de niños.
Pero yo la llamo con mi arpa de ónice, con mi música que brilla en la niebla.



LA NOVENA OLA


Ya casi es de noche en un cuadro de Iván Aivazovsky, la novena ola,
bajo el magnánimo cielo del mundo,
bajo la luz demente que da horror y belleza y empaña el sueño
que delira en sus colores.
Las aguas verdes arrastran la memoria, altas y encrespadas olas
como pavo reales.
Los náufragos se aferran al grueso madero que alguna vez fue un barco
y antes de un barco un bosque.
Mientras esperan que la muerte los arrastre
uno de los hombres, el más viejo de todos, con una risa irónica
y lágrimas en ojos,
y que parece sacado de una línea de Chejov,
recita el capítulo veintiséis de la Divina Comedia
donde Ulises y sus curtidos marineros,
después de cinco meses de fatigar los mares reales
e irreales del globo
y de contar una a una las estrellas luminosas,
es llevado por el espectro de una ola verde al abismo sin fondo.

Raúl Romero

Palabras de más


Cada palabra de más
suma hacia una resta
¿Para que elastizar los espacios?
Calidad no nace en demasía.
Lo puro no lleva adornos
esta ahí, entendible.
No es necesario ver el día
para saber que hay sol.
Un jardín no luce por su abundancia
sino por sus colores.

Cada palabra de más
es una mancha sobre el papel cielo.

Lucia Gómez, Colombia

Allá afuera
en el humano ruido,
unos entretienen el tiempo con absurdos,
otros fuman, beben, tararean, insultan,
juegan con el ruido estruendoso de los bares,
cumplen un destino que los deja vacíos
como si fueran aves nocturnas,
murciélagos, vampiros de la noche.

Yo, en cambio, invento nombres,
imagino ríos por donde corren piedras,
también busco palabras efímeras
que sólo yo comprendo a cielo abierto,
de esas que se forman en las nubes
y así, viajo en silencio a mis adentros
donde no vive nadie.

Y es en esa intimidad,
la que tiene un límite secreto
que sólo yo conozco,
donde multiplico el amor con las palabras.
Mi corazón conoce mis latidos
porque entiende que vivo como yerba fresca,
ligera, sin equipajes innecesarios
y sin el peso de los días muertos.

Mi corazón también entiende
por qué enciendo una vela blanca
en medio de la noche,
para masticar esa paz a solas,
esa paz que me circunda,
esa paz...a cielo abierto.

Gustavo Gómez Rial, Uruguay

VISIONES


Siempre hay un lugar donde confluye el calor de todos los acondicionadores de aire.
Sitio en el que la fragua cumple penitencia.
Llaga imposible donde nunca se barre.

Van a parar allí los frascos que nadie destapa; el
material de desecho de la sala de infecto contagiosos.

Calleja oscura donde acecha el que duerme
y morideros de perros;
acequia
fácil.
Visiones que escapan para beber el agua congelada
y volver a su jaula, con el día.

Un pie embarra cada primavera
(una, de cien,
escapa).
Una de cien florece los almendros,
enamora a las gentes,

llena el río.


¿réquiem?


Han capturado al último.