PABLO MARTÍN PÉREZ, Madrid, España

Me dio


Me dio por la esmeralda
y ponerle acento a lo agudo,
por buscar las causas perdidas
y perderme con Alicia en su madriguera.
Por limpiar el cuchillo
y dejar las pruebas,
por bailar sin saber caminar.
Me dio por llorar.
Me dio por celebrar
el penúltimo fracaso,
por saltarme los muros
y las reglas cada 28 días.
Me dio por fumar
y hablar por el móvil
en las gasolineras.
Me dio de lleno,
por no estar atento.
Lo debí esquivar.



Todo para nada


Retuércete como el tronco
del árbol que nos separa,
esquívate la mirada,
soporta embestidas, cicatrices
y a hijos de puta orinando en tus raíces.
Al final todo como al principio,
tú en tu casa semidesnuda,
tirando por el retrete los diamantes del alba
y yo detrás del camión de la basura.



Buscando agua


Doce en la escala de Beaufort,
y uno vomitando a los mareantes.
Muchos sin rumbo, buscando en los derroteros,
y calculando la distancia con el sextante.
Unos cuantos recalando, mirando desde la cofa,
virando hacia un imposible, tirando sueños por la borda.
Ninguno en la línea de flotación,
sedientos, buscando agua en el aljibe,
arrojando escapularios sin ton ni son,
con sus barcos engalanados se van a pique,
porque no hay nadie aguantando el timón.