Catalina Zentner

RETRATO DEL PASEANTE


Va desde una esquina a otra
silba la melodía de los escarabajos
suma pájaros
desmenuza una rama
bebe el aire
dobla enfáticamente cada pétalo
prende con alfileres soles en los tejados
domestica cigüeñas
se prepara un almuerzo de semillas
arrulla cigarrillos con canto de arrabal
almacena colmenas
coloca estampillas al cáliz del jazmín
un león hervíboro en medio de su pecho
el humo de una rosa en la solapa.

En la calle desierta de relojes
él va de norte a sur por el asfalto.




HOMBRE


El hombre está dormido
con la cabeza bajo el ala
no sabe cuando sonarán los relojes
ni quiere darse cuenta
que las horas
están electrizadas.

Suma y resta galaxias
va por cántaros
y recoge cerraduras
envía radiomensajes
allí donde el sueño
le acurruca semblantes y trapecios.

Una abeja
desde el ojo del tiempo
se emborracha de sol
a sus espaldas.

Todo parece lejos
y sin embargo
de sus dedos de harina
fluyen
silban
crecen
aquí y hoy
fibras de luz
sobre los días
sobre verdes hogueras
sobre el silencio.

Y las voces
paridas en la entraña del hombre
se apoderan del aire
para decirnos cuando
desde que precipicios y llanuras
están los desterrados
aguardando
el final del exilio.



F U G I T I V A


Desde las raíces
Subo el largo camino de mis venas.
Detrás, pisadas-
El aliento del cazador sobre la nuca.
Allá la rosa oscura.
Y mis huesos
ensamblados debajo de la piel
corren
me corren
llevan
me llevan
traen
a través de la bruma
hasta la oscura memoria de la rosa.