Patokata, Uruguay

DESOLACIÓN

Camino sobre brasas

el alma pende de un hilo.

Sin palabras y sin sonidos

cruzo el desolado abismo.

De mis alas arrancadas,

de mi espada que ha caído,

de mi ser angelical que

se ha quedado

absorto en el camino.

Que lúgubre se ha vuelto

mi canto

y si es canto, desvarío.

De tanta realidad así

ha quedado

mi pobre corazón herido.

Los ojos me he vendado,

los labios me he cosido

para que no aullen mis lágrimas

los llantos del destino.

Pájaro agorero ha pasado

cubriendo con sus plumas

el camino.

Camino de sapos y serpientes,

estéril de colores y de lirios,

seca tierra que es barro partido...

Despierto en un llanto,

que triste que ha sido

ver en tal desolación

a ése ángel caído...



ESE ALGO...QUE NO SÉ


Desata mi alma, ponla a volar.

Libera mis alas que hace
tanto deje de usar.

Dibuja mis manos,
que bailen al son de las letras
y deja de las musas
las escondan entre sonetos de amor
y rimas viejas.

Abofetea a mi espíritu,
que caiga en la cuenta
de que la vida es una ráfaga de viento
que arrasa y no se queda.

Arranca mi esencia
para ser yo verdadera,
detrás de bambalinas
desmenuza mi carne
para dejar de ser entera.

Dame la vida que me falta,
el aire que tanto añoro respirar
y que no sé donde encontrar.

Dame el amor que me disuelva,
que calme mi ansia plena
y colme mi eterna soledad.

Dame eso que no sé a ciencia
cierta qué es,
que me quita el sueño,
que es puro anhelo
de un lugar que no recuerdo,
al que sé que pertenezco
y al que espero con paciencia
infinita regresar...