SILVIA PATÓN CORDERO

Quererte no fue mi acierto



¿Y qué hiciste, ingrato Alberto,

de los sueños que en ti puse

si luego que me repuse

de la llaga que has abierto,



te propusiste encubierto

desgarrarme, que supuse

morir por ti, con acuse

de años entre desconcierto?



Quererte no fue mi acierto,

puesto que mi amor dispuse,

para amar a quien no acuse

de mi honor, con desacierto.