SILENCIDIO
Gritarnos de este silencio,
destapar el graznido de la sangre en el agua
derrumbar cada rincón habitado por la ruina
¡Desanublar el mundo de palabras!
Que este cuchillo taje los ruidos de los carros,
se deslice imparcial sobre los rastros falsos de los trenes.
Suave
penetre
hondo
el bullicio en las manos empuñadas de los transeúntes.
Corte
hunda
de vueltas al mango
a la herida abierta échele sal de memorias, arda su voz.
Cuando acabe todo lo que calla
seremos el filo iluminando las aceras dentro de las casas.