Vocabulando
Para abrir una señal ,
a veces el corazón se cierra un poco.
Se oscurecen las letras.
La tibieza se diluye.
En ese resguardo, acurrucada,
empieza a asomar un ala.
Y sin querer ni saber cómo,
la otra ya me está remontando.
Un nuevo vocabulario
me lleva a volar el idioma más sencillo.
Ese que siempre estuvo ahì,
entre las flores.
El que no cuestionó la caída del agua porque
era su existencia.
El que no se lee con ojos acartonados.
El que baila sobre frases menos importantes,
y entre más vida.
Un vocabulario que celebra el ser,
y sólo puede comprenderse desde la trama
donde todo se conjuga.
Desde los latidos de esa señal a la cual,
doy gracias, yo ya me estoy abriendo.
Soleada
Del sol hoy tomo el aire de mis días.
No quiero sombra….o bien poca, muy poca.
Lo suficiente para que el revés se muestre.
O para que los brillos sucedan allí donde eran anónimos.
Para que los sótanos comiencen a subir.
Poca sombra para regalarle a tanta luz que toca mi hombro.
Que me invade cada mañana para descubrirme.
Del sol tomo un corazón de perfumes simples
que crece desde mis raíces.
Observadora
Un nota de pájaro.
Brillo de tallos dulces.
Nubes escapándose a la mirada del que quiera sostenerlas.
El agua con su silencio adecuado de tardes.
Perro de caricias sobre mi alma.
Siesta de luces tenues sobre los libros.
Tés de compartir tibio, gestual.
Tomillo húmedo en el pecho que descansa.
Lugares desde donde observar el encuentro,
es la vida.