RAMON CARBALLAL DURAN/ LA CORUÑA, ESPAÑA

Mi anhelo nocturno



Arriba, en el neón, sangra un nombre.

Volvamos a las paradas de los taxis,
al viento que elimina una franja y trenza hilos
entre los dígitos del azar.

Rutas como cajitas de cartón,
yo pienso en bocas que aman orugas y
me siento cómodo prendido al horizonte
de quien viaja en sueños.

Pasan las estaciones del metro,
el ritmo de una caracola,
la afilada percusión de un anuncio,
sitúan mi órgano
entre esqueletos de plástico.

La urbe aprisiona como cilicio
la oscura filigrana
de los balcones desnudos,
estoy en el corazón de una ciudad que amo
y no hay nada,
ni un recuerdo,
ni una orilla,
ni un espejo
que pueda decapitar mi anhelo de ser esta noche
pájaro.