"LA PETITE MORT"
no sé si toqué a Dios
o al orco oscuro
pero fue que ardía en tu entraña
un gemido de miel incandescente
un borboteo de lumbre
donde mueren calcinadas las razones
y el magma desbocada de los astros
arde sin llama en ti el agua primigenia
y se escucha el grito ciego de los pulsos
de dos cuerpos encallados
en un páramo transido de eterna brevedad
desangrándose a gemidos
como llanto palpitante
de lágrimas de plomo
allí, el dolor, sólo es una veracidad
que se abre entre paréntesis
como fauces de sierpes lujuriosas
combatiendo entre pétalos y abismos
donde el vértigo vierte sobre túnicas carnales
un espasmo que galopa enfurecido
anegando un cuerpo indefenso
implorando el exterminio
en agónica expiación varada en un remanso
de una vida que yace
de muerte jubilosa
no sé si toqué a Dios
o al orco oscuro