Cuando despiertes ,
hallarás las velas que dejé prendida,
las que nos envolvió en sus haces danzantes,
y tomó el aire de nuestras risas y alegrías.
La noche me alejó de tus aposentos,
y bajo candado quedó el amor que sentí,
aquel ,que bebí sedienta y entusiasta,
se escapó como tristes sonidos
de campanas con badajo de madera.
Siguen aun abiertas las ventanas,
para que cuando despiertes,
la luz te acompañe,
y no sientas que me fui.