Que no callen los valientes
los que siempre dan la cara
los que usan la palabra
como flamígera espada.
Que de sus voces o plumas
salga una nueva semilla
de templanza, de justicia
para una vida más limpia.
Pues si nos quedamos mudos
si no brotan las palabras
la fealdad se hará fuerte
y no habrá hombres sino ratas.