Romance en La Alhambra
Paseábase una mora
por la Alhambra
granadina
y con tal gracia
camina,
que las divinas
canoras
hacen su alma sonora
para alegrar a la
niña.
Los anillos de sus
manos
con el Sol envían
recuerdos
de esos amores no
cuerdos
que asoman en los
veranos
a ver el milagro
humano
cuando se baña su
cuerpo.
Aromas dulces de
flores
de su piel mojada
salen;
hacen que el mirón
acabe
padeciendo el mal de
amores.
Sus cabellos se
despliegan
con un divino
reflejo,
como rayo en un
espejo
que a su visión le
congrega
de nuevo un amor de
lejos.
Mas...,¡ay!.. .
La niña cubre su
cuerpo
interrumpiendo su
baño;
el Sol lloro en
desengaño
y este mirón...,cayó muerto.