Algunas
veces,
saco a las noches de paseo,
las llevo por callejones
estrechos y mal iluminados,
por calles con perros
olisqueando y rompiendo
las bolsas de basura,
calles de adoquines
lustrosos por la humedad
con olor a orines en las esquinas
callejones que me recuerdan
a los que Tennessee Williams
quiso dibujar para Stanley y Stella
el bruto polaco casado la fina hermana
de Blanche, que no ha dudado de su amor.
De los callejones mal iluminados,
salen las camisetas
tan masculinas de Brando,
con olor a sudor rancio,
a cerveza barata,
a poker sobre un mantel de hule.
Saco a las noches de paseo,
para que vean a Blanche
maldiciendo el amor de esa pareja
y su alcoholismo a un tiempo.
¡Pobre Blanch, con su amor ahogado
en la botella!
Sólo por esas calles
no bajan a posarse las palomas,
ni regresa ese "Tranvía llamado
deseo"
de un Tennessee brillante y duro.
Aún hoy, se puede oír
el grito de un Brando genial
llamando con desesperación a su
¡¡¡STELLA!!!
desde el inicio de la escalera
como nosotros desde la callejuela
mal iluminada, porque la noche viene conmigo
buscando como
él a su ESTRELLA