De
pronto emerge el poema.
Las
palabras negadas prohibidas
golpean
desnudas sin ocultar sus ojos
ni
esquivar la mirada que la habita
dejan
su marca de voces
en labios clausurados
contemplan
sus manos antes de partir.
Me enfrentan al espejo
Caen gotas marchitas –últimos vestigios-
sobre
mis labios
que
se ahogan lentamente y no lo saben.
Voces infinitas voces tejen silencios
sobre
el corazón inmóvil de la noche.
----ºº---
EL
PAISAJE
El paisaje
se abre hasta el
horizonte
y por dentro de mis ojos
que
deslumbrados
no encuentran palabras
para ofrecerle a la boca.
El paisaje
me invade con lentitud
conoce mi sangre
convoca la presencia
de mis silencios
convierte el rojo- lo
hace transparente-
Me libera de enojos
de ausencias
desordena sin prisa.
Mi boca
-poco sabe-
de vértigo y amapolas
de luciérnagas en la mañana
de adagios al caer la
tarde.
El paisaje me hace
palabra
y hablo con una voz sin
fin.
---ºº--
poema
tu
voz no necesita emisarios
para
decirle a la vida
que
acepto
el
salto sin red (sé que están tus brazos)
la
maleta vacía (no necesito equipaje)
el
fuego profundo que hace de mí
brasa/
labios/ marea
mujer
en la ventana
pasajera
de un tren que parte
me
confieso con vos
sueño
que se mira por dentro
y
me habitas más allá de mi nombre
no sé (ni preciso saberlo)
si en la
voz del viento hay respuestas al deseo
revivo y
vivo postergadas ansias
que
regresan
vestidas
con un ropaje
que
es sólo piel y versos