MARÍA SENA


 Me parten el alma...

 

Veo en su mirada las caricias que él envía a su amada

 

y sin siquiera  poderlo remediar

  me parten el alma,

 

que llena de tristeza y temblorosa

  gime destrozada

 

y clama al cielo el bendito olvido,

 con oración callada 

 

para el dolor que, cual frio estilete,

 en sus entrañas estalla.

 

La amargura esta preñando

 de mis días, todas las horas, 

 

se recrea tenebrosa

una angustiosa desesperanza

 

y un doloroso, todo de nada,

te  embarga y atenaza

 

¡Dios! ¿ quién te enmudecerá?

¡solo la muerte con su ebria danza!