Me parten el alma...
Veo en su mirada las caricias que él envía a su amada
y sin siquiera poderlo remediar
me parten
el alma,
que llena de tristeza y temblorosa
gime
destrozada
y clama al cielo el bendito olvido,
con oración
callada
para el dolor que, cual frio estilete,
en sus entrañas
estalla.
La amargura esta preñando
de mis días,
todas las horas,
se recrea tenebrosa
una angustiosa desesperanza
y un doloroso, todo de nada,
te embarga y atenaza
¡Dios! ¿ quién te enmudecerá?
¡solo la muerte con su ebria danza!