Julio Ricardo Estefan

III

Hay una noche clara
buscándome en el pecho
una luna llena
que marca tu presencia,
un campo de estrellas,
infinito,
navegándome este hálito de vida
que se escapa fugaz
hacia la muerte.




V


a D.B.D.

He vendido el destino
mirando tu reflejo
apenas perceptible
una tarde de Octubre.
He dejado que el cielo
amanezca en tus ojos
y me he abandonado
a discurrir la vida.
Cada paso que damos
son tus pasos,
tu me abrirás las puertas
de este gran laberinto.
Tan solo soy un niño
llevado de la mano.





Imposibilidad de que un niño sea criado por lobos


a Mowgli, in memóriam.

Es largo el sendero,
es oscuro,
es terrible el sendero
donde llora el infante,
es, además, imperceptible
el sinuoso trotar de la manada.

Al cabo lo han rodeado,
lo husmean, temerosos e inquietos.
El animal más viejo se adelanta
y lame al pequeño
que ha cesado en su llanto.

Uno a uno se acercan al niño,
que busca con sus manos el pelaje.
Algunos aún le gruñen;
y he aquí, Sr. Kipling,
que ante el asombro de sus más fieles lectores,
el niño sonríe,
sin saber que los lobos
no interpretan igual que los humanos
que se muestren los incisivos de esa forma.

Y yo escribo,
también estupefacto,
que por ello
el viejo lobo disparó
la primera dentellada…



Efecto mariposa


“El aleteo de las alas de una mariposa
se puede sentir al otro lado el mundo”
Proverbio Chino.


La poesía agita sus alas en Tokio
y Basho evoca un camino desierto y un crepúsculo
que luego recordará Cortázar.

La poesía agita sus alas en Italia
y Salvatore Quasimodo
es atravesado por un rayo de sol.

La poesía agita sus alas en Buenos Aires
y Borges ve como vienen, por ese río de sueños y de barro,
a fundarle la patria.

La poesía agita sus alas en México
y el llano de Rulfo arde en llamas
incendiando todas su metáforas.

La poesía agita sus alas en Baltimore
y un cuervo entra por una ventana y se posa en la sala
de Edgar Allan Poe.

La poesía agita sus alas en España
y un manco escribe las locuras de un hidalgo
que agota los caminos de La Mancha.

La poesía agita sus alas en París
y un cadáver sobre la mesa de Bretón
despide fragancias exquisitas.

La poesía agita sus alas en Chile
y Neruda contempla una noche
con estrellas que tiritan a lo lejos.

La poesía agita sus alas en cualquier parte del mundo
y el huracán se produce aquí,
dentro del cuerpo.






El reino de Lolomoi


a Yazmine

Tiene ambos ojos a un lado de la cara,
una cara alargada de caballo
con orejas pequeñas.

Tiene un cuerpo ovalado y rechoncho
con ocho patas finitas
que apenas lo sostienen.

Una cola flecuda es el remate
que da vida armoniosa
a este ser fabuloso.

“Se que vives alegre, Lolomoi,
en un reino de extrañas criaturas
con colores de felpa.
Con hermanos tan raros como vos:
Limoi, Aiomoín, Mololomón,
que te secundan”.

No pienses, amigo, que deliro,
contándote estas cosas increíbles,
apenas te describo este bosquejo
del mundo asombroso
de una niña.



Variaciones de una caída por la tarde

Me caí por la curva de tus ojos
y el ocaso deliró violetas.
Con la punta del pie pise una nube
mientras crujía la tarde entre mis dedos.

Ojos, violetas, nube, dedos,
curva, ocaso, pie, tarde.

Me caí mientras el ocaso con la punta crujía.
Por la curva deliró la tarde entre mis dedos
y pisé una nube de tus ojos.

La curva, la punta, la tarde.

Mientras, me caí entre el ocaso y tus ojos.
Crujía la curva con la punta.
La tarde deliró ojos, dedos, pie.

Con la punta del pie pisé una nube
y el ocaso deliró violetas,
mientras crujía la tarde entre mis dedos,
¿me caí por la curva de tus ojos?