¡Amor, no tenemos la casa todavía! -
Hagamos una casa, me decías,
para poner en ella la mesa
y en la mesa el vino con las uvas
y que haya mucha luz
para que nunca esté oscura.
Y cuando esté terminada,
le decimos a todos los amigos que vengan
para que la conozcan,
¡pero que no lleven lágrimas!
sólo besos.
Levantaremos despacio las paredes
y pondremos un techo
para que el frío no entre
y habrá muchos espejos
para que la soledad no encuentre en
ella su refugio
y la lluvia caiga como gotas de amor
y nos refresque.
Tendremos al cielo como sábana
mirando nuestros sueños
y viendo crecer los hijos.
¡Hagamos una casa amor, tú me decías!
y así fue,
la terminamos y ese día, recuerdo,
llegaron los amigos
y reían y bailaban
al son de la guitarra que tú, magistralmente tocabas.
Ahora,
los hijos ya crecieron
y la casa está vestida de poemas
que yo invento todos los días,
mientras me quito el
corazón y te lo arrojo
para que me mires desde el cielo
y me acompañes a encender el fuego
cuando hace frío
y me vuelvas a arropar...con tus palabras.