Luis L3mos-Perú

Te anhelo



¿Por qué hablas de la muerte?...
dolorosa
Sí el jardín de tu cuerpo
reverdece
y tus ramas amorosas
aún ofrecen
al paseante que te admira
bellas rosas.

Aquel hombre que ha partido
no te amaba,
se fue raudo entre las sombras
escondido,
no merece que le implores
y lo nombres,
su recuerdo que se pierda
en el olvido.

Quiero ser el sol que alumbre
de nuevo tus madrugadas,
el fresco río
que corra
por tus montes y quebradas,
borrando del campo a besos
las huellas de otras pisadas.

Quiero bañarte en las aguas
que fluyen de mis entrañas,
ser tu amante,
ser tu esclavo,
el dueño de tus miradas.

Que cuando veas tu rostro
en el espejo
de mi alma,
puedas ver en su reflejo
sonrientes nuestras dos caras.