RECETA PARA HACER UN POEMA
Tomar una dosis de locura,
puede ser una pizca o una cucharada;
depende de la intensidad de la pasión
o de la bronca o la melancolía.
Adicionarle un golpe de belleza
con hojitas de cadencia y ritmo,
el zumo de una metáfora,
la hebra de una imagen,
salpimentándolo al final.
Con la espumadera quitarle lo que sobra
y los vestigios de asonancia y rima.
Si al probarlo no satisficiese
desmigajarlo lentamente
y almacenarlo dentro del corazón
para que el latido
lo moldee en dardo o en caricia.
Revista Aromito de José María Pallaoro