LUCIRÉ
redondearé tus bordes eternos
bordaré punto cruz en las heridas
seré nómade de profundidades
y sedentaria de tu estilo
emulsionaré el cuerpo con mieles
-maduro andar sobre las pupilas-
arrinconaré paisajes de luna/
perfumes de mares/ silencio de arena
cerraré un libro añejo
beberé vinos de mi tierra
luciré -caballero sin nombre-
el atavío de amor que nos unió algún día
y allí en la perfecta cima
con un no menos perfecto arco iris
rendiré honores a aquello que fue
y que -a pesar de ambos- persiste