Sentencia mi piel, VIVIANA ALVAREZ / LANUS/ BUENOS AIRES, ARGENTINA
vicios postergados
me sumo en tormentos
no hallo salida
si tu mano no rescata
mi abandono
REQUIÉM A LOS CEREZOS, Daniel Montoli, EEUU
A José Watanabe
Poeta, el cerezo florecido lágrimas
sobre la levedad de la tumba
te acoge como distinguido huésped.
Los bueyes llevan púrpuras guirnaldas
en sus menguantes cuernos
las garzas blanquean el lago
y en el fondo los peces
zurcen una estrella en tu destino
con el fulgor de sus escamas.
La brisa ruge detrás de los montes
como una leona enamorada
los pájaros escuchan sus rugidos
despiertan con sus vuelos
la apacibilidad del río de los rostros
donde millones de piedras encendidas
forman un bosque de arco irís.
Poeta, con tu muerte el cielo se cubre
con lentejuelas arrancadas
al vestido de lo incierto.
Las visibles huellas del invierno
se extienden a lo largo.
El guardián del hielo arrastra en soledad
sus pasos hacia el Monte Fuji.
Luis Benítez, Buenos Aires, Argentina
Y su paso inadvertido por las tinieblas que duermen con nosotros
trocará en una luz exasperada cuanto de ciega tiene la miseria.
Desde el fondo, pozo o pantano de números,
donde hostigados por el mundo y sus miles de cabezas
caímos quince lenguas dentro de la carne,
algo que sólo puede tocarse munido de los guantes de la desesperación,
algo fluye, cuando creemos que ya nada se agita.
Obliga al dolorido músculo del corazón
y al cerrado hueso de la mente
a comer y beber, aún dentro de sus celdas.
Es una fuerza que nos lleva rudamente de la mano
e inventa un camino de color insólito,
por donde huimos desnudos de los ciegos.
Obediente, ella agitará los párpados de los muertos
y hará huir a la mosca-heraldo, que espera paciente,
colgada de la gula.
Colgará de nuevo el sol, cuando la luna caiga.
Podremos verla latir en medio de nuestras negras sombras,
aún cuando boquiabiertos, observemos día a día
pasar nuestros propios funerales.
Algo fluye cuando ya nada se agita.
Por su gracia habrá fruto en las flores marchitas
(su magia gruñirá en la vértebra)
lanzará por el aire ancianos y guadañas con pasos de diluvio;
nuestras jóvenes canas se ennegrecen,
ante el silbato de plata besado a último momento
con manos temblorosas que arrojan al viento de los lechos.
Y cuando nuestros pálidos huesos
den fuerza y vigor a las margaritas, aún palpitarán
desde la tumba.
Porque algo fluye, cuando creemos que ya nada se agita.
Los días, Patricia Molina / CORDOBA /ARGENTINA
como cenizas pobladas de rutinas
De lugares comunes que me cercan
invadiendo sin tregua los respiros...
las luces de los días
Y se queman el hálito y la fuerza
Y así cada tanto
Ciudades (diario de una atrocidad), LADY LOPEZ CEPEDA - MEXICO
por tus duelos y porque me dueles.”
I
Hay ciudades como ángeles caídos en derrota,
de muros y pájaros de arena,
con paisajes urbanos que callan al vuelo que perdura,
de ojos sangrantes y sombras de cenizas.
Ciudades con voces que se confrontan y gritan melancólicas,
con hombres de carne morena que se buscan en los muros del silencio.
Sí, son ciudades de palacios como ofrendas al olvido
y cuando el horizonte se diluye en el asfalto
sus niños lloran de hambre en las trincheras.
Son ciudades de fuego y de guerra
que la noche acecha, vigilante, como un ojo en exterminio.
II
Oaxaca de palomas negras y barro luminoso
la esfinge se levanta sobre tus voces masacradas
en la triste noche de artificios.
Muro de aire que enarbola tempestades,
tu ciudad duerme cercada por el fuego
mientras Dios suspira desde su lecho
y te mira con espinas.
Ojos de alebrije destinados al olvido,
oímos rugir el jaguar de nuestros ancestros
y dueles porque eres la ciudad de las nieblas
y todo es silencio en tu sonrisa.
Tehuana, eres de luz y de claridad serena
cuando vistes una bandera de piel en llamas.
III
Pájaros de fuego sobrevuelan tus canteras,
pimienta para los hombres que denuncian
y lapidan tu cuerpo a contraolvido.
Sabes del caos que vive tu territorio,
sabes de la miseria, de los cantos de medianoche
y de la dulce esperanza por salvar a la bestia.
Las mujeres visten el cielo con sus textiles
y bordan estrellas mientras otros mueren.
Canto a tus duelos,
a tus dioses que duermen en Mitla
y a tus bosques que abrigan mi llanto.
Eso se llama amar, RICARDO GALLEGO, CUBA
Por vez primera, en el camino,
nos vimos, nos pensamos,
nos desciframos, pactamos,
entonces, así, empezó el amor.
Cuando te hablaba y tú escuchabas,
palabra por palabra,
con toda la entonación,
con toda la rima,
eso era, compromiso.
Si te pedía, con los ojos,
que vinieras a mí, y tú,
llegabas con toda tu vida,
con toda tu suerte,
eso era, derroche.
Mencionar tu nombre, y tú,
vulnerable y atenta, y tú,
opulenta, delirante y atrevida,
me mirabas con la piel petrificada,
eso era, seducción.
Cuando en mi pecho, tú,
declinabas tu cabeza y tu mente,
te desnudabas de ropas y de piel,
y palpitaban mis pensamientos,
eso era, magia.
Si en cada acto de frenesí y éxtasis, tú y solo tú,
galopabas desbocada, amenazadora, inquietante,
y yo, solo yo, descifraba tus secretos, rompía las reglas,
mejoraba tus instintos de mujer,
y los dos, solos los dos,
agonizábamos y coexistíamos,
eso, eso solamente podía ser
amor
Un sólo verso - Issa Martínez / México
Desde mi sangre de mar dibujo
la perfección de la noche:
la pulcritud de sus sombras
sabe y huele a brisa;
y tus labios, en mi pubis,
logran que mis ojos
emitan cantos de sirenas…
Somos el diálogo del silencio,
el aura lunar lloviéndose y bautizando
las flores del almendro, el sueño nocturnal
de los pájaros, la entelequia
de los árboles queriendo alcanzar el cielo:
balada de simientes renovadas
desde las entrañas vulnerables de la tierra.
Mis caderas sostienen el vaivén
de tu universo a punto de rasgarse,
recargo el temblor de mis huesos en la luz
que va amaneciendo en tu vientre,
y mi espalda en tu boca
para marcar el compás
en un solo verso de agua sin retorno…
la_maga / MARCELA, Buenos Aires, Argentina
Sobre el color de las estaciones
se sostiene la plegaria
de aquellos
que ven germinar
el grito de la locura.
Mujeres - Ricardo Gallego - Cuba
por toda época anterior que siempre las martirizó,
relegó y apartó de su realidad.
Hembras, solo para soportar el gusto de hombres
que solo sabían darle disgustos
Espíritu que sabe enfrentar los retos de la vida,
del amor y de perpetuar la especie.
Surgen en nuestras mentes como divina aparición
enfundadas en texturas de poderoso impacto,
de claras ideas y grandes sentimientos
Mujeres, estado de gracia que obliga nuestra atención,
seres que denotan en su cuerpo la validez del arte;
riqueza espiritual que abre nuestros caminos,
en una conjugación de experiencia, sensibilidad y virtuosismo.
Cuando, Beatriz Martinelli, Buenos Aires, Argentina
cuando recorro
…………… el largo de tu cuerpo
cuando traigo a mi evocación
………………… la plaza, el tren, el río
cuando mis pisadas
…………………. no olvidan tus pasos
cuando la piel
………… se estremece en la caricia
cuando sumo los te amo
…………………. y los después
quiero escapar
escapar de mí
será la única manera
………………… de perderte
©Beatriz Martinelli
Ramón Fanelli, Buenos Aires, Argentina
el corazón,
una piedra sin talla
¡hondo!,
la palabra
sin resistencia,
abriendo tu cuerpo
a voz viva.
De "Tocador de realidades"
La Estrechez del Mundo, Luis Raúl Calvo - Buenos Aires, Argentina
ahora que la sal del hierro no corroe
los ligamentos del esperma, vienes a mí
blanca etérea, elevando tus ojos rojizos
por las gargantas del océano.
Condenado amor, la estrechez del mundo
se interna en los mares ultrajados
allí donde la luz del ciego y las camas
de alquitrán ya no alcanzan para contener
la esclavitud de los siervos.
Bella amante de fin de siglo, tu mirada
me precipita al abismo y así permanezco
acosado por la esclerosis de los cuervos
que soplan en mi nuca una sentencia
de antiguas verdades.
El hechicero que besó la horca por última vez
aplaudiendo a su verdugo, las calaveras de trapo
galopando en los caballos de la muerte
y ese terror acumulado en la falsa renguera
del enano mestizo.
Esta visión endemoniada de las cosas
es la furia reflejada en tus caderas de agua
Hoy, que los muros han caído y las alcobas
muestran su miseria de lana
estamos juntos en la región deshabitada del fuego.
De “Calles Asiáticas”
Edna Pozzi, Argentina
recorriendo la tierra de lilas y batracios
que ahora es tu cuna
Vuelve para enseñarme
cómo se arma una trampa para grillos
y cómo en la tarde hay que doblar los tallos de gladiolos
para conseguir una casita con frescor de mar
y el vuelo rasante de las gaviotas
Ya no soporto la hermosa tierra, madre
Estoy tan sola, tan inabarcablemente sola
que hasta el abuelo
que es pura ceniza y olor a tabaco
ha venido corriendo desde el páramo para levantarme
mostrar el cielo de Sicilia
y el lugar donde los escribas dejaron mi nombre
oculto en una piedra
Ya no me puedo erguir, madre
apenas si veo contornos borrosos del recuerdo
y las palabras sin fervor de ojos tristes
aullando una congoja que nadie comprende
ni descrifa
Es ya la hora que me hagas un lugar a tu lado, madre
Detrás de este final no hay dignidad ni belleza
Sólo este dolor en las rodillas, en el pecho, en las sienes
La cabeza que no puedo levantar para que el abuelo
sujete mi pelo con una cinta azul
me diga: Vamos, Beatricita
te haré un bastón con una rama de níspero
y si alzas la mano
tal vez puedas apresar una mariposa
el fleco de una nube
tu almita de cinco años que dice adiós
dice adiós dice adiós dice adiós
Mensajes de una melodía, Alejandra Oviedo - Argentina
...junto al mar
le dibujé notas de ternuras
y sin querer o sin pensarlo
saltó una melodía pura.
Pedí letras a las olas, a los pájaros
para que esta tonada se pueda cantar...
... mensajes de amor surgieron
....de amor y de paz
mensajes de un alma deseosa de amistad
esperanzada de una caricia
de una palabra tierna
de un gesto de cariño
esperanzada de un ingenuo suspiro.
...Me llamó
se acercó a mi oído
y en un soplo me dijo...
son muchas las almas deseosas de estima
en este pequeño mundo
abunda la soledad...
la falta de sentimientos
la capacidad de dar
...el saber recibir
abunda la mezquindad.
De intereses nos hicieron
Y deambulamos en el aislamiento.
Necesito cantar tu melodía pura
ahora somos dos...
quizás y con el tiempo podamos ser más
...Muchos más....
http://alejandraoviedo.com.ar/
Sin que su boca lo supiera, Astul Urquiaga (h) - San Nicolás, Buenos Aires, Argentina
con antorchas y aromas.
El amor que aparece como un potro
salpicado por lunas y bosques,
el que abarca todo lo visto
vino a quedarse en mis ojos
para caminar junto a su sombra
sin que su cuerpo lo supiera.
Ella vino
con su vestido de alba y de luceros
estuvo muy cerca
con su escote de puntillas;
y horas escritas
que tocaba con sus yemas delicadas.
Ella estaba muy cerca,
casi acaricié sus manos
y susurrando me dijo
que la verdad sugiere otros rostros.
Vino a decirme
de discreciones y silencios;
y la primavera con las abejas,
robó sus labios para besarme
sin que su boca lo supiera.
LA VERGÜENZA DEL MUNDO, PIERO DE VICARI, SAN NICOLAS, BUENOS AIRES, ARGENTINA
delineando los bordes de la dádiva.
Pienso en las monedas que caen
o en el trozo de pan ahuecando formas,
cicatrizando el murmullo
y el aliento,
esa frágil osamenta desteñida
numérica…humana.
Pienso en una mano
y es otra la que enciende los fuegos de la sangre
y otra más
y otra más
y otra más…
(La vergüenza del mundo
golpea el corazón
y a veces duele)
El Bosco, a Héctor Ranea - Carlos Barbarito, Buenos Aires, Argentina
un abismo al que siguen cayendo
una tras otras las generaciones.
Un pájaro se transforma en sapo :
estoy desnudo ante tus ojos,
inconcebiblemente todavía abiertos,
vivos.
¿ Hay camino,
verdad, palabra, iris de luz
bajo la pila de heno que a todo aplasta ?
El día deriva hacia la lluvia,
una bandada emprende la fuga
más allá del silencio y del sueño.
Un hombre y una mujer se besan :
¿ puede tu razón o tu locura
seguir condenándolos ?
Al corazón de la manzana - Miguel Sánchez - msq
en vos confío
tu que emparejas simientes
acercas jugo a los dientes
sana manzana esférica
dulce presión atmosférica
me fío de vos y su verde sabor
corazón santo
de la rama que es péndulo
y endulza su médula
de tanto en tanto
solaz refresco para el dolor
la mano húmeda y nocturna
a ti llega por una vena
agridulce latir es tu saliva
reza el labio y se retira el sol
La memoria - Verónica - Mercedes, Soriano, Uruguay
el rocío que moja los árboles,
el sabor de la albahaca en mi boca,
todos ellos hacen que me de cuenta
de que mi memoria es un gran baúl,
siempre listo para volcarse y llenarse nuevamente.
¡Pero yo no quiero esta memoria!
Ni tampoco quiero el olvido.
Preferiría que fuese un cesto con agua.
¿De qué me sirven esos recuerdos?
Solo son vanos reflejos deformados e incompletos
que juegan en mi mente, impredescibles, como niños.
Me alborotan con su algarabía
y me arrastran y destrozan con sus penas.
Mi memoria es como un juego,
sin reglas, de supervivencia, de selección
que solo me recuerda mi propia insensatez.
Yo prefiero silencio en vez de memoria,
prefiero que no haya eco ni metas por alcanzar.
No quiero nada guardado, ni viejo ni estancado.
Quiero vivir la hora sin sombra.
Quiero el fluir sereno de un eterno amanecer.
Norma Alicia Estuard, Argentina
no claves tu aguijon, deja mi espera
que no veo el Sol cuando amanece
si tu negro crespon me lo oscurece
y tu manto de hieles me flagela.
Te escondes en las sombras vil guardiana
agazapada en los amaneceres....
dejame levantar que en mi ventana
con aromas de lirios y retamas
el cielo se mudo en atardeceres.
No viertas tu veneno solapado
que aun sueño con quereres venideros
aunque el ocaso ronde mi costado...
No quieras necia castigar mi duelo
ni cuando venga el Porvenir soñado
arrebatando de mi...ternura y cielo
Ya no seremos los mismos - Valeria Duque Dos Santos - Brasil
para abrigar el talle de tu boca
traspasados todos los portales
nos callamos
desgranando besos en monedas de rosas
nuestras manos gotearon caricias
inquietud desmesurada
ya no seremos los mismos
después del cáliz del amanecer
El invierno - Ernesto, Oaxaca, México
Eso que puede ser en tu caso
Veneno para las neuronas,
Era un sol el que llevas en tu bolsillo
Y has quedado ciego de tanto mirarlo.
Aquel largo viaje que termino en ruina
Y del que, solo conservas cicatrices
¿Puedes ver el desenlace?
Puedes ver, esos ojos viniendo hacia ti
A través de la neblina,
¿Puedes ver?
Puedes ver tu alma en el fondo del vaso.
Rubén, "Gato con botas" - Rosario, Santa Fé, Argentina
del tiempo que viene,
el río que te recorre
y en tus cuencas se duerme.
Soy susurro en el viento, canción,
hoja que cae sobre tu vientre…
fogata y aroma,
pasión y fuego entre tus piernas.
Soy distancia y orilla,
piel, deseo y caricias,
la sombra de tu pena,
cuerpo, forma.
Soy agua clara, palabra fresca,
ilusión y misterio,
lo nuevo,
cabellos mojados, brazos fuertes,
ojos tiernos,
y en el lecho de tus sueños,
perlas.
Sueña nube sueña,
hazte recodo entre las piedras,
espera,
soy el amor que llega,
mi corazón late, mis labios arden
y el cielo tiembla.
Lunas negras, Silvana, Buenos Aires, Argentina
velando al pasado
que muerto,
vive en la medalla
que cuelga del recuerdo.
Rituales nocturnos
sacrificando olvidos,
llorando agon s,
plantando flores rotas
en macetas de melancolía.
Este placer agobiante, Isabella Marquina, Venezuela
era pero no existía
era en medio de mi somnolencia
era pero no existía
era deslizándome en la nada pues de la nada estaba hecha y de ella había nacido
era de sonrisas sordas y soledades pacificas
era pero no existía
pero llego la luz incandescente que inundo mis cabellos
nació mi sangre y la bebí a galones
enloquecí exitada al sentir crecer mi piel rosada y nueva
se hizo la luz y con ella los colores y solloce al saberlos
"Que triunfo llegar aquí" fueron mis primera palabras al sentir mi voz
desde entonces disfruto de este placer agobiante y delicioso que es morirme un poco cada día
Atardece..., Andrew Arcipestre Díaz, Uruguay
esa mandrágora lunática,
que, cruel, se desliza hacia la derecha
y luego adelante y da otro paso
y golpea la mesa, y el mantel celeste se mancha con vino?
¿Qué tendrá ese conmovedor paisaje?
Un ágora de estrellas espinándole el vientre al solsticio,
con dedos silentes, se ha roto una cuerda más
en el sonrosado laúd del tiempo.
Eos ensordecida perdiendo al balero.
Sol de los soles de medianoche y lunas de las lunas de mediodía.
Mujeres que entrechocan sus codos,
remedando con suprema decencia el horizonte.
No debería haber mejor residencia que en el mar.
No debería…
¿Qué tendrá esa conjura del pestañeo divino?
¿Qué tendrá que, sin saberlo, entra aún a través de los párpados?
Esa legión de niños anaranjados
corriendo contra las olas y volviendo
y chillando, como aves de avellanadas plumas.
Ese pacto de sangre entre hermanos gemelos.
Ese ladino zarandeándose entre el pasto y el amor.
Ese ciclo uterino que, inefable, fertiliza los oídos de Tetis.
Ese laberíntico índice, bajando interruptores en el cielo.
Siempre en hora, siempre ella
azulejando el espacio inalcanzable.
¿Qué tendrá? ¿Qué tendrá?
Deja caer tu máscara - Tito Visentín, Venado Tuerto, Santa Fé, Argentina
verán tu rostro ensombrecido,
no será tan distinta de la mía,
la derrota se vence, aún vencido.
Instruidos a cubrir las emociones,
ser por siempre incuestionables,
susurramos apenas las canciones,
ocultando que somos permisibles.
La mentira siempre huele a fracaso,
mentimos en forma verdadera,
frustrados llegamos al ocaso,
sin raíz de osada enredadera.
Escribimos amando la hermosura,
llenemos la conciencia de poesía,
saquemos del Quijote su armadura,
los molinos de viento y la utopía.
Llegamos al nacer desposeídos,
nos cubrimos de misterios enredados,
individuos con diseño de engreídos,
creemos ser tesoros con candados.
Deja caer tu máscara algún día,
verán tu rostro ensombrecido,
no será tan distinta de la mía,
la derrota se vence, aún vencido.
Ilusión desencadenada - Alvaro de León, Florida, Uruguay
y de abrazarte bajo un cielo de estrellas que titilan,
tengo la ilusión de viajarte,
de llegar a tu orilla,
y poder oir el canto de tus caracolas dormidas,
tengo la ilusión de pintarte mil sonrisas
para que no exista lugar para la pena,
tengo la ilusión de soltar mis amarras
y junto a vos, hundirme en un mar salado
de algas y de peces inquietos,
tego la ilusión de pisar la tierra mojada contigo,
de la mano, sinceros y limpios,
sin peros ni frenos,
tengo la ilusión de inmortalizar tus acricias,
tus sonidos semánticos y sonoros, sólo para mí,
tengo la ilusión de ser un aprendiz,
en el arte de amar y ser amado,
tengo la ilusión,
tan sólo eso,
de abrir los ojos en la mañana
y ver que el sol aún sigue brillando para nostros,
y que la lluvia también nos quiere,
tengo una épica ilusión
desencadenada....
Inspiración - Juan D. Carrizo, Buenos Aires, Argentina
la inspiración del poeta
como el perfume
de una flor temprana
Doliente herida del corazón
que en letras
desangra de dolor
la criatura humana
Porque es dolor
la inspiración del hombre
y aunque sea amor
¡duele lo mismo!
¡Sangran letras!
que no llevan nombres
más no se pierden
en un abismo
Ferviente y viva
la inspiración del poeta
como un sublime rezo
significativa
como el paso de un cometa
o la intensidad de un beso
Ambrosía - José Geraldo Neres - Brasil
sentir el ritmo
y sumergirse en el cántico de las aguas
el grito
revela el paladar-líquido del rocío-carne
moldura inclinada sobre un cáliz de música y palabras
I
en la barranca
pintura de miedo
perfume de luna
con trenzas de árbol
tejo un columpio
y bailo en las estrellas
la ronda de los sueños
II
con vestes estelares
dragones en la cintura
las caras de la luna
en el peregrino dorso
en la acuarela
gritos
destrozan
girasoles
III
el sexo grita
los dolores del arco iris
espasmo secular
gotas insanas
relieve sin tramas
IV
con las lágrimas
la cara mezclada
lava otras caras
el mar salvaje
se curva
escultura desnuda
cruda de secretos
V
un puñal
onírico
tatúa en la
película
del
cuerpo
diecisiete piedras
recorren el castillo
en las
sandalias de la luna
VI
el cuerpo sudado
moldura del agua
bebe naturaleza
un acuario solloza
su cuerpo desierto
VII
delirio plateado
protesta callada de una geisha
orquídea con máscara de rocío
sentencia despedidas
(temporal de sake)
VIII
cautivos
en sueños verdes
amaru y sade
en versos
cáliz cuerpo
cálido convexo
guirnalda mítica
cantiga tenue
madrugada
desnuda
IX
busca el cuerpo dentro de sí
en actos de salvajería
se rasgan
susurros
en el octavo día semanal
la madrugada extasiada
se baña en el néctar uterino
de la madre tierra
X
fantasmas se entregan a la noche
el día besa
la cara de la madrugada
XI
sus pecados
parto por la mitad
sin ningún esfuerzo
las sobras de sus actos
las dejo para el juicio
de su amada
eso
si aún le queda alguna
XII
riacho de la luna guerrera
pez y fuego
en la moldura
el día en el vientre
del centauro negro
flecha humedecida
en la aurora boreal
XIII
cántico en la órbita azul
verbo de tambores
y silencios
agua en la caza
de un sagitario
y laberintos
grito las melodías
del Vesubio
esfinge siembra
el noveno girasol
en el reloj lunar
XIV
Médula
ser libertino
se mezcla con líquido
en mañoso éxtasis
el deleite acompasa el desatino
tatúo un poema en su dorso
manifiesto silente de misterios
la madrugada estimula tramas
estrellas juegan en el espejo del alma
rocío
el paladar del amanecer
son versos en papiro inmaculado
XV
rozar arco iris
con dedos cristalinos
susurrar palabras extintas
en el diccionario de la selva carnal
puñal aterciopelado
bálsamo en cicatriz azul
ingenuo instante
poema bilingüe
modela nubes de algodón
El abandono - Oscar Portela, Corrientes, Argentina
Los ardores de fragua del verano.
El tortuoso invierno. La recelosa cobra
Del deseo oculta en madriguera.
Los colores minados por la ausencia
De la piel renovada en staccato de cada primavera.
El oro en las arenas y el sueño, el sueño
De quien entra a la presencia como a un bosque de
Símbolos donde no estabas tú. No es un arca mi cuerpo.
No es chalupa siquiera: siniestrado por las tormentas
Y huracanes, siempre en desiertos, ¿como podría
Salvar algo de lo queda en la memoria de aquel
Pajaro Azul que ayer cantaba en mis ventanas?
Ah, llévame contigo hacia el poniente donde nada
Se pone, traspone el horizonte, piérdete entre las nubes
Más lejanas, atisba entre las cifras donde tal vez
Los ángeles arrullen el silencio de Dios.
¿Volverás a la tierra? Tal vez el pino enhiesto en la colina
Te espere como el rayo y el amor que te abandona ahora
O que nuca tuviste encuentre asilo entre sus ramas
Cuando lo yermo cede y en tus ojos vuelve el lapacho
A florecer serenamente.
Samantha Barendson, España /Francia
Avanzo por las calles nadando entre las masas
Muchedumbre como olas por Callao y Santa Fe
Los colectivos
El ruido
La gente
Y yo
Ahogándome
La nada - Gregorio Riveros, Venezuela
con las cosas cotidianas.
Es común dejar
al mundo arder.
Estoy de regreso
en la oscuridad
de la noche.
Aquí no se piensa la nada.
Venimos y vamos
hacia la nada.
Todo es naturaleza.
Ella es fuerza primigenia.
Me deleito
y contemplo la nada.
Tiempo - Danilo, Santa Fé, Argentina
vuelves...,
pequeño carcelario,
mecanismo furtivo de los dias
disgregados en horas,
de las horas minutos y segundos,
de los segundos décimas...
De arena o de cristal,
de sol o agua...,
vuelves,
entrelazando fechas,
conjugando los verbales tiempos
en infinitos ciclos...
Labriego indetenible,
vital orfebre del partir,
matemático astral de la existencia.
Vuel-ves,
vuel-ves,
vuel-ves
hasta el fin de los dias....
Ahora - Silvia Spinazzola -Silsh, Buenos Aires, Argentina
se juega esta pulseada con las sombras
¿dónde vagar la suerte o la renuncia?
Hay una tenue luz moviendo el aire
que antecede al estallido de la noche.
Intento abrir paredes con estas manos viejas
socorrer al sol en la penumbra
por donde el júbilo se cuece alucinado.
En un suelo hecho muralla de cenizas
parpadea quietud en los rincones.
Me protege los pasos se hunde sin pesar
en una caravana de silencios.
Y ahora ¿en qué doblez se agitará la espalda?
¿cuál será el bálsamo que entibie los sentidos?
Suspiros- Stella Maris Taboro, Argentina
en la playa dorada
donde un hueco dejamos
amándonos febrilmente.
Transparente brisa
el aroma de tu amor,
gajos de miel vertido en mi pecho.
La marea apresuró nuestra huida
al hueco atrapante del acantilado.
y volvimos a amarnos
en medio del arrullo de las olas
entre las blancas alas de las gaviotas
Marcela "La Maga", Buenos Aires, Argentina
los ojos de la noche
se nublan
dolientes
de mañanas sin destino.
Escribo en una piedra - David Sorbille
mi fantasía escribe
en una piedra inexistente
los secretos imposibles
las imperdonables alegrías
los enigmas lejanos
la voluptuosidad de los sueños
en un país de sombras desafiantes
que golpean la memoria indeleble
como olas nómades
próximas a estallar
en el horizonte de palabras
y silencios inextinguibles
en lo más profundo
de mis huellas.
Concepción, Olimpia Bordes - Buenos Aires, Argentina
conciben un enigma.
Sortilegios de brillos en los ojos
que indagan el misterio.
Sortilegio de dioses ignorados
que encadenan espanto y maravilla
y conforman un mundo de contrastes
que alteran la armonía.
Mundo que se desangra en las contiendas
y resurge en la hierba.
Mundo que se desliza en las estrellas
y se baña en la angustia
Mundo de sueños y de amaneceres.
Maravilloso mundo…
Incomprensible…
Palabras, Lidia Carrizo - Buenos Aires, Argentina
Para que tus palabras
vuelvan a tener peso
tendrás que vivir mas años,
tendrás que sufrir más penas,
tendrás que romper más sueños,
tendrás que sentir el raro embeleso
marchando en tus venas y escribir
más versos, sabiendo que todos
los tiempos son como el incienso.
Dibujo en el aire, sonido del viento
rompiendo el silencio de una tarde
suave, piedras que se caen
en arroyo seco, música de
nada simplemente ...ecos!
Las palabras, Gabriel Impaglione, Argentina / Italia
que ocuparon la tierra cuando nada había
vinieron por el silencio.
Los gestos se llenaron de campanas,
la foresta, la llanura, cada cima
multiplicó los ecos del nombre de las cosas.
La profundidad del pan y las mareas
fue revelada
y entonces el canto distribuyó horizontes,
nuevas explicaciones
para fundar el mundo.
Samantha Barendson, España / Francia
Y el corazón también
Lleno de humedad y suspiros
De una ciudad sin freno y sin fin
Camino por las huellas que dejaste antes
Cuando ceniza no eras todavía
Y el árbol solamente semilla
Otros versos al Quijote - Tomàs de los Reyes Burgos, España
León Felipe.
Ahora escribe otro Quijote.
Este, sin nobles causas y sin Dulcineas.
Después de Enero, a unos pasos de Agosto.
Otro Quijote escribe versos al Quijote.
Pues padecemos de la misma fiebre,
es la propia manía de inventar visiones,
de ver molinos aparentando monstrous
Y de ver monstruos donde sólo hay sueños.
Loca costumbre de inventar corduras,
cuerda manía de deshacer locuras,
rara obsesión de desahacer entuertos.
Yo te comprendo, caballero andante,
tu antigua rabia contra los abusos,
tu pertenencia al mundo de los buenos.
Aquí me ves, también creyendo sueños,
Soñando metas hacia el lejano tiempo
Donde mis manos no son más que un punto
Infinitesimo de átomo pequeño.
Momento, Luciano Doti, Argentina
Emerjo de la somnolienta atmósfera surrealista
En la que estuve atrapado.
De la experiencia,
Sólo palabras;
Que ni cerca están
De recrear el momento.
Mi barranco, Carla Striker, Venezuela
de trama laberíntica,
de formula adictiva.
Mi barranco de abismos infinitos,
de etílica desmemoria,
de machismo infundado.
Mi mayúsculo error en esta vida.
Imperfecto entre los imperfectos.
Ganador absoluto del odio de mi madre,
sí, tú, mi barranco.
El Che, Senén Rodríguez Perini, España
siempre vuelve.
Parece que se fue
y no, allí aparece.
"¡Pero esta muerto,
vea, estas son sus manos!"
"¿Y como explica entonces
que esté en Africa
y en no se cuantos lugares de America,
de Europa,
en el mundo todo?"
"¡Pero si yo lo maté,
mi General, yo lo maté,
aquí sus manos,
y vea la foto, bien muerto!"
"Siga buscando Coronel
siga buscando porque todavía no.
Y me temo, Coronel,
que nunca."
------------------------------------------------
Lo espero por cualquier lado, en cualquier momento, en cualquier esquina,
en algún recodo de la historia, mi Comandante.
EL ECO, Francisca Huppertz, México
Hay la pared salvada
Una luz que trasciende
Algunos la llaman “paraíso”
Esta necesidad de decir, de escribir
como antes de tomar una foto
para un día poder acordarse
¿Que eso no existe más?
Hay que aprender a adelantar con palabras
Arrastrarlas consigo y seguirlas
Precederlas y dejarlas guiarnos
Como el vaivén siempre recomenzado
De las olas del mar.
Atardecer, Gonzalo Torres, Chile
crece sobre la montaña
tu mirada
que canta entre sus cumbres
en el desfiladero despiertan pétalos
pétalos de la primavera primera
como un canto de esperanza
suave en las espumas de mar
mi rostro
en una barca
mi rostro hecho de gotas
en esa mañana y en todas
nuestros cuerpos al atardecer
nuestro cuerpos
en sueños de estrellas
de vertientes nebulosas
A pesar de pesares - LUIS LLARENS, Corrientes, Argentina
A pesar de pesares.
Crece el amor en lucha.
Amores, Norma Marchetti, Argentina
Son disímiles amores los que construyen la vida,
los que sostienen la carga, los que le aportan caricias.
Los que demandan el tiempo de brindarse compañía,
los que en miradas entregan los impulsos de otro día.
Nos vulneran las defensas, nos limitan las partidas,
nos devuelven la confianza confiriendo una sonrisa.
Como oxígeno a la hoguera, como agua en la campiña,
como sol tras la tormenta, recuperando su estigma.
Como vínculo sagrado, más allá de las fronteras,
como enlace, que silente, se nos instala en las venas.
Como luz en la neblina, como aurora en la mañana,
como abrazos entibiando en las gélidas distancias.
Y así se transmutan los roles, se fusionan, se liberan,
se distienden, se deslían, se enfatizan… y menguan.
Te rodean con su aroma, su suavidad… su ternura,
su sensatez, su belleza… o sus cándidas locuras.
Los amores son legados que noblemente eternizan,
más allá de los vaivenes que nos agitan los días,
más allá de las promesas, los errores, las partidas,
los enojos y finales… que te arrebatan la vida.
El Jardín de las Delicias - Goyette Dos Gallos
El jardín de las delicias
Voy a escribir un poema antes de que se termine
esta noche de lunas verdes que me arrojan espinas,
en los escasos adoquines muertos de frío.
Lluvia en el calor de las comas de mis fantasías,
animales que nos llevan a través del jardín de las delicias.
Atrápame, ahógame en el sangriento lago de tus labios.
Extirpado de la kilométrica naturaleza de tu lujuria,
y alimentado por el dolor de tus uñas sobre mi piel,
busco al hombre que plasmó la burla de mi dolor en miel.
AMBITO, Hugo Alberto Patuto, Buenos Aires, Argentina
Preocupa este dolor de mirada vacía
y pie descalzo entre unos pocos sueños,
el vientre con su esperanza lunar
repartido ya por si acaso.
Estamos como siempre
enumerando la sombra de los despojos,
aunque otros maldigan al viento.
Alza la espiga
eco de luz
mientras un hombre camina solo
irremediablemente anónimo.
S fuera posible incendiar
los definitivos corredores
donde anida ese mal
que nadie prolonga en la palabra...
Desde la remota siesta del café virgen
hasta el sangriento destino de las calles,
no puede la plegaria
no alcanzan los olvidos.
Cuando una mano encuentre su rumbo
para surcar este cielo sublime
junto a otras,
los mártires tendrán calma
en la bóveda azul de la memoria;
al barro volverá un aire viejo,
se cantará la bienvenida y el hombre
irá con el sol a imaginar mañanas.
Tormentas - Hannibal - Costa Rica
Afuera, el frió estremece.
El viento se lleva todo aquello que tiene vida
Y va amontonando entre las grietas, los días y los meses.
Busco mi abrigo enterrado en mi cuarto,
Para calentar mi cuerpo y no morir de pena;
Así durar un día más entre estos bosques espesos,
Y calentar mi alma, lo poco que hay, de lo poco que queda.
Busco en la cocina una taza de café,
Y ya no me importa, si está frió o caliente,
Si es mi igual de irreverente o si de azúcar tiene tres.
Me recuesto sobre el sillón de la sala,
Mirando las vigas que ríen, las vigas que hablan;
Y sin cortinas sobre las ventanas, miro gritar a la lluvia,
Cayendo sin cesar sobre la tierra que ahoga
Ocultándola entre las sombras
y entre la brisa que la llora.
Estoy encerrado en mi propia alma, no tengo a donde huir,
Tendré que esperar que pase la tormenta,
Para salir afuera y rescatar las plantas moribundas,
Y las raíces descubiertas;
Encontrar mi espíritu perdido y esperar que amanezca.
¡No! , abrir la puerta sería dejar entrar la angustia;
Pero ella la golpea, incesantemente la golpea,
Lloran y lloran las gotas,
El alma de ella toca a mi puerta.
¿Y si miro de costado, nada más para verla?
Prometo no dejarla pasar, simplemente es,
Mirarla, ofrecerle algo para que se proteja.
Hace mucho frío allá fuera,
Es injusto, es tortura, es indiferencia.
Ella trata de abrir la puerta y sus gritos me desesperan.
Es darle abrigo nada más, un pedazo de pan,
Algo para que soporte la noche entera,
Es ayuda, es solidaridad,
No quiero dejarla morir de soledad ni de tristeza.
Pasan los días y la tormenta no cesa,
¿Es tan ardua la testarudez de la lluvia?
Afuera no habrá más vida si nadie hace que se detenga.
¡Oh! ¡Lluvia!, ¡lluvia!, ¡lluvia!...
Lágrimas, mis compañeras eternas.
Tomo mis cosas,
Y miro con detenimiento esta cabaña,
Ahora los sueños gotean hacia el olvido,
El silencio huye entre las rendijas abiertas de las paredes
Y así perderse entre las montañas.
Al fin quedo rendido y abro la puerta.
Salgo para verla pero ya no está,
Tal vez se canso de esperar,
Y de tocar inútilmente a mi puerta.
Se fue,
Ya no está,
Ahora quedo solo,
Luchando mi propia guerra.
¡Soledad!, ¡soledad!, ¡soledad!;
Mis momentos de tristeza.
Hoy mis sentimientos,
Que como lluvia, son gotas que mueren sobre tu puerta,
Golpean y golpean con alarga insistencia,
Tratando de que abras, y no morir afuera,
De frío, de hambre, de soledad y de tristeza.
POEMA 5, ROCIO SORIA - QUITO, ECUADOR
Las antiguas de mí misma
deben haber muerto
en fibras blancuzcas,
en aserrines
tropezándose en sus mismos pies,
ahorcándose en sus propios brazos.
Las otras de mí
deben haberse contenido el peso de las pupilas
en los pañuelos de sangre,
deben haberse colgado en los muros
a desgajarse el pellejo a piedras.
Encuentro que estoy hecha de fríos
como las otras
lo sé porque el dolor de vivir
se me ajusta a la espalda
y me circula como un hematoma negro.
Voy oscura, descalza
como si ya me hubiera unido a las sombras para siempre
como si ya hubiera vivido siempre
trago cuchillos,
me deleito sorbiendo agua sal por las ternillas
hasta llenarme el estómago,
hasta volverme cianótica.
El dolor es una especie de éxtasis:
lloro detrás de la cortina
y me gusta cómo mis lágrimas se van espesando.
Es como haber ingerido solvente.
¿Hasta cuándo podré reír?
no puede existir un placer tan gratificante
como el dolor que me abunda.
¿Hasta cuánto fuego podré tolerar?
Estoy hecha de eritemas
como quien guarda alacranes en el cajón
y se los traga
y deja que lo piquen hasta hacerse inmune.
No hay poción, ni raticida para el dolor
solo me queda apretarlo hasta que de tanto apretarlo
me vuelva insaciable.
Sin embargo
hoy no estás y eso si es insalvable
es una nueva mutación del dolor.
Las otras de mí deben haberse colgado en los muros
y despellejado a piedras.
Escríbeme hoy - Valeria Duque Dos Santos, Brasil
Escríbeme hoy.
No quiero una página
envuelta en azules contradictorios
engañosos de las manos que la tocan
no me describa cavernas
ni dioses
ni discursos torpes
ni tampoco la magnitud universal de un sendero de estrellas
olvídate del demonio de la literatura
y de la sangre insensata de los idiomas
independízate de ideologías marginales
y oraciones burguesas
escríbeme algo transparente
sobre el alma anónima
adormecida en el personaje del tiempo.
Escríbeme sin demora
sin conciencia
sin pudor.
Escríbeme hoy
escríbeme una lágrima
Poema 606 - Senén Rodríguez Perini- Uruguay / España
¿De ti,
qué cosa puede decir mi corazón
que sea objetiva,
sumergido en todo este amor
que lo domina?
-------------------------------------
No se si m´explico, vio?
ATARDECER - Emilse Zorzut , La Plata, Argentina
al ocultamiento de lo absurdo.
En mi atardecer también juegan
sombras y espejismos.
Soy y no soy en esos juegos,
repito el fanatismo de lo opuesto
pero no me defino.
¡Poseo tantas formas, tantos matices!
Asciendo y desciendo desniveles
por partes, desmembrada
y dejo jirones de mi existencia
colgados en cada plano
pero nunca logro la totalidad.
Desnudarte, Sebastián Amorós
es forjar corazones con los cisnes
que emergen de tus senos
y hacen cabriolas en el céfiro.
Delinear cada trazo
de tus curvas.
Sencilla y dulce esmeralda;
sonrojada y tierna manzana;
tórrida y taciturna guitarra.
Desnudarte, mujer…
Sensualidad y belleza.
El abecedario del poeta.
La cúspide y su estrella.
Desnudarte, mujer…
Aterciopelada rosa.
Hay pájaros fucsias
que volatizan en torno a tus piernas.
y se elevan
por la cuesta crepuscular de tu vientre de mariposa.
Desnudarte, mujer…
Volar en el plumaje de mirlo
de tu pubis.
Sonrojar al cosmos con tu aurora.
Abrir la luna con su espejo
e iluminarla a cualquier hora.
Desnudarte, mujer…
Cincelar en mis pupilas tu figura
Nueva energía - Francisca Huppertz, México / Canadá
Que dibujaron por siempre
Esa nueva energia
Llena de su pasado
Revelando su futuro.
Y se superponen
Las imagenes con
Caras humanas
Caminando
Sobre paisajes todavìa
Desconocidos
Las preguntas se difuminaron
Y la luz de los corazones
Mostrara el camino.
Orgasmo - Patricia Ortiz, Uruguay / Argentina
Ahhhh
Ahhhhhh
Ahhhhhhhh
Ahhhhhhhhhhh
Ahhhhhhhhhhhhhh
Ahhhhhhhhhhhhhhhh
Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh
))))))))))))))))))((((((((((((((((((((( ))))))))))))))))))))))))((((((((((((((((((((((((((( ))))))))))))))))))))))))))))(((((((((((((((((((((((((((((( ))))))))))))))))))))))))))))(((((((((((((((((((((((((((((((( ))))))))))))))))))))))))))))(((((((((((((((((((((((((((((((((( )))))))))))) ())))))())))))())))))))))))))((((((((((() ((((((((((((((((((((((((((((( ))))))))))))))))))))))))))))))))))) ())))))))((((((((((((((((((((((((((((((((((((((((((((( ((((((((((() ((((((((((())))))))))))))))))))))) ((((((((((((((((((()))))))))))))))))))))
Traducción:
Envuelta en gemidos
incitada por el placer carnal
en un brillante estallido de amor y goce
el alma se separó de mí por un instante
arrastrando todo a su paso incluso,
algunas lágrimas…
Cinco elementos - ANA LUCÍA MONTOYA RENDÓN - Colombia
De luz y espuma, deseo y canto,
¿Por qué te abrumas?
Mujer de tierra,
Pasión y noche, sabor de almendras
¿Por qué renuncias?
Mujer de aire
De niebla y viento, sabor de sangre
¿Por qué te anulas?
Mujer de fuego
Caricia y besos, sabor a vino
¿Por quién suspiras?
Tú eres Akasha
De agua y tierra
De aire y fuego
¿Por quién desmayas?
¿A quién esperas?
¿Por quién te mueres?
¿Se fue? - Lucas Cristofaro - Argentina / Ecuador
- ¿Se fue?
- Sí
- ¿Y no dejó nada?
- No. Sólo un montón de minutos muertos sobre la mesa
- ¿Todos muertos?
- Sí
- ¿Ni uno vivo?
- Sí, pero ése lo dejó en mis labios.
PREFERIRÍA QUE NO LE PEGUES A ESE ÁRBOL -Lucas Cristofaro - Argentina / Ecuador
Mientras los lirios florecen - Fernanda Aldacour
Mientras los lirios florecen
Cantan mil voces a la luna
el sonido del viento me conmueve
y el canto de los trinos
presagia una tormenta
mi recuerdo se ríe del pasado
tu silueta renace de mi vientre
en el tibio arcón evocado
rebela mi piel viejos destellos
que me atrapan impróvida
tu figura vuelve a salir por la ventana
me regala esa sonrisa conocida
dice mi nombre cien veces
en silencio
enredando mi alma para siempre.
Sin ti nada - Juan Ricardo Sagardía Santoamor - Buenos Aires, Argentina
Hay una estrella
Que sonríe en mis ojos
y no se aparta de mis calles.
Basta su señal
para que el día brille,
y a plena luz
cumpla mis tres deseos.
Esta ciudad es nada,
o tan solo una piedad,
si a ella
no la veo en mi norte.
La siento incorrupta
cuando alarga su mano
con el propósito
de brindarme su beso.