Pienso en una mano
delineando los bordes de la dádiva.
Pienso en las monedas que caen
o en el trozo de pan ahuecando formas,
cicatrizando el murmullo
y el aliento,
esa frágil osamenta desteñida
numérica…humana.
Pienso en una mano
y es otra la que enciende los fuegos de la sangre
y otra más
y otra más
y otra más…
(La vergüenza del mundo
golpea el corazón
y a veces duele)