El amor vino a visitarme
con antorchas y aromas.
El amor que aparece como un potro
salpicado por lunas y bosques,
el que abarca todo lo visto
vino a quedarse en mis ojos
para caminar junto a su sombra
sin que su cuerpo lo supiera.
Ella vino
con su vestido de alba y de luceros
estuvo muy cerca
con su escote de puntillas;
y horas escritas
que tocaba con sus yemas delicadas.
Ella estaba muy cerca,
casi acaricié sus manos
y susurrando me dijo
que la verdad sugiere otros rostros.
Vino a decirme
de discreciones y silencios;
y la primavera con las abejas,
robó sus labios para besarme
sin que su boca lo supiera.