Raúl Pignolino


LA BICICLETA ROJA



A Raymundo, mi padre

Montaba convencido su bicicleta roja

Cada vuelta de rueda le costaba un latido

Un corazón potente y aguerrido

Y un alma peregrina que no afloja

Cada gota de tiempo le quitaba una hoja

Al viejo calendario de su sueño vencido

Con hilo de algodón se tejía un olvido

En la fábrica oscura que limita y despoja

De regreso traía pelusa y caramelos

Una triste sonrisa y unos cuantos desvelos

Que fueron marchitando la aurora en su mirada

Y un día de septiembre con su cansancio lerdo

Aquella bicicleta partió para el recuerdo

Y sigue pedaleando camino de la nada