LA BICICLETA ROJA
A Raymundo, mi padre
Montaba convencido su
bicicleta roja
Cada vuelta de rueda le
costaba un latido
Un corazón potente y
aguerrido
Y un alma peregrina que no
afloja
Cada gota de tiempo le
quitaba una hoja
Al viejo calendario de su
sueño vencido
Con hilo de algodón se tejía
un olvido
En la fábrica oscura que
limita y despoja
De regreso traía pelusa y
caramelos
Una triste sonrisa y unos
cuantos desvelos
Que fueron marchitando la
aurora en su mirada
Y un día de septiembre con
su cansancio lerdo
Aquella bicicleta partió
para el recuerdo
Y sigue pedaleando camino de
la nada