No hay marea que nos salve
vamos a contrapena del río este
que se aleja
del mar
que trepa a la
nube en alambres de olvido
se va armando un vendaval al revés
que lloverá en
el patio del cielo
para que dios
aprenda
la soledad de
uno
nadie sabe dónde irá a parar esa tormenta
y no esque yo no quiera quererte
como vos decís
sólo pasa que a veces
mi cabeza
es una chapa de zinc.