OSCAR VICENTE CONDE


VALOR

Si escucháramos
la voces que ya no escuchamos
pero las recordamos
vagamente
quizá nos haríamos cargo
del dolor que persiste
bajo la tierra
bajo el mar

si reconociéramos
los cadáveres que no hemos olvidado
y sus rostros
lloraran en nuestros cuartos
quizá nos haríamos cargo
de la sangre que vaga imprecisa
bajo la tierra
bajo el mar

y si Dios fuera una utopía cumplida
a regañadientes
escribiríamos profundamente los nombres
que no hemos olvidado
pero nos resistimos a repetirlos en nuestros rezos
pensando
que aún
puedan venir a buscarnos desde la sombras

si todos dejáramos de cerrar
nuestras bocas
nuestros oídos
y sin eufemismos
nos hiciéramos cargo de lo que corresponde

la tierra
el mar
sólo serían eso
para dejar de ser una tumba incierta