Leopoldo Sánchez Arenas

Desnuda

Desnuda fuma alientos que sus besos
sorben lento al idioma
de ese embeleso
que asoma
confeso
sobre sus lomas
rozadas; tan travieso
el suspiro, que echa a volar palomas.

Y se extienden sus alas hacia el juego
de escenas misteriosas;
nada es sosiego,
cual diosa
del fuego
se da amorosa
a ese sol andariego
hasta crear su círculo de rosas.

Desnuda celebra a su compañero
-¡Qué corazón va en boca
del ser sincero!-
se tocan;
enteros
se reciprocan,
su amor es verdadero,
y sus cuerpos idean lo que enfocan.