Norma Gianico

Desconcierto


Frágil amistad
un tono elevado una catástrofe
irremediable para algunos
para otros
sólo el desánimo
No importan las campanas de la capilla
arde siempre a sus reclamos
el deseo consumado
por medios casi recurrentes
un momento que determina
el deterioro de algo pasajero
Se toma así como un dedal
que ya no entra en los dedos.
Demasiado correr caminos
sin la sonrisa clavada
en el rostro tal vez...
Así se nos destina un lugar
que ya no se quiere ocupar.
Un vacío de palabras hirientes
que no se quiere escuchar
sólo se sienten en el pecho
hundido de silencios.
Estar muerto no es el fin
si seguimos viviendo
en el mundo que nos rodea
y siempre, siempre
alguien nos resucita
con una palabra, un gesto amable
o una sonrisa.