Carlos Kuraiem

Dejé
mi calle
atrás,
...atrás,
mi espalda;
un recuerdo
atrás.

Un sol, soldado, en mi ventana.
Un árbol de sombras.
Una vecina limpiadora de veredas.
Y un cartel a los familiares que decía:

El poeta salió a pelear la realidad.


***

Solo un poeta


No cargo las armas.
No cargo la guerra.
No cargo la sangre.

Aunque la sangre me mate.

No sé manejar un coche,
menos un arma.
No sé manejar un hijo,
menos una guerra.

No sé manejarme en la sangre
que agonizo en estas líneas.

No vestiré el uniforme.
Ni un fusil.
Ni una sola bala.

La perdería por el bolsillo agujereado
del único pantalón que tengo.

Y no perdonarían mi torpeza.
No me dejarían explicarles que soy poeta.

que sí visto mi tierra
me la pongo encima
me la tomo con el agua
que extraigo de ella,
me meto en ella y ya no salgo.

Y menos comprenderían si les dijera:

Les cambio un poema por su guerra,
la más hermosa de mis partituras por sus armas,
toda mi obra, si es que vale,
porque no mueran los hijos.

No disparen.

No cargo la violencia.
No cargo con esta guerra.
No cargo contra el ser humano.

Aunque su locura me hiera.

Que solo me siento hoy, sólo un poeta.



Que los tengo a mis pies


Que los tengo a mis pies.
Que me pisan los pies.
Que no me llegan a los pies.

Que sí llegan a mis pies?
Que se apoderan de mis pies?
Que me sacan el zapato
y me cortan los dedos con sus bayonetas?

Que pisan la tierra que piso?

Que los piso a ellos!
Que mis pies no se dejan!

Que mis pies se afirman en este suelo.
desde aquí me crecen
y se clavan como un mastil.

No, no... mis pies no corren por mis piernas,
yo no corro por mis pies.

Que tienen los pies más grandes
y no les alcanza ninguna medida?

Que viven probándose los zapatos de los demás?
Que todos los números son de ellos?
Que se prueban mis zapatos?

Que este zapato no se deja
sepan!

Que este pie no se deja
sepan!

Que este pie no se deja,
que patea si se acercan,
que no se acerquen.

Que camina por la medida de su horma,
y abarca la costura de su tierra.

Que patea donde más les duele.

Que pisan la tierra que piso?

Que los piso!

****

El poeta creyó


El poeta creyó que era otoño.

Al ver caer a los hombres,
que confundió con hojas
que caían desde sus armas.

Que confundió con ramas
que se acostaban sobre la tierra.

Que el poeta creyó un patio.

Y la sangre que goteaba de los cuerpos?

Con la lluvia que caía
sobre su ventana
que era un cielo
que el poeta
confundió
en sus hojas, el otoño.


***

Presagios de guerra


Llevo un trabajador en cada bolsillo,
será por eso
que nunca me alcanza nada,
que me mueren los poemas como sueños,
y viajo con los brazos en alto
en los colectivos repletos.

Y muero «anónimo»
envejecido de versos.
Siendo un poeta tan nuevo.

Soporto una lucha diaria
en cada paso que avanzo.

Quizás sea eso,
que los días me terminan
sin yo nunca terminar las horas.

Que me mueren los meses, los años,
las décadas, de tanto esperarlos
se me caen los brazos
y me cuesta un siglo y medio
volver a levantarlos.

Un siglo de poeta
y medio, postergado.

Cargo mis dilemas en este poema abierto,
como una mano abierta,
un cachetazo a mí mismo,
como un verso guacho duele.

Sólo tengo este tiempo
para expresarme,
y puedo verlo,
y veo con los ojos de mi tiempo.

Veo que hoy la patria
reclama al obrero
que ayer fue golpeado
en una manifestación imaginaria?

Qué no hace uno por su tierra
qué no aguanta uno por ella
qué no entrega
qué no llora
qué no deja.

Es de verse como todos se ofrecen,
sin reservas marcha el hijo,
el padre, la madre,
y yo,
me alisto con ellos.

Sólo pesarán los hijos vivos
en las conciencias.
Me eligirán a mí
para hacer el inventario de sus hijos muertos?

Y yo les diré de consuelo:

Que también los estudiantes
mueren jóvenes.
Que el obrero no se alcanza
a sí mismo.
Que los poetas en esta tierra
mueren apenas nacen.

Y será por eso, decía,

que esta guerra es una llaga,
que hay un invasor que invade
adentro y otro invade
desde afuera
y a ninguno de ellos
les doy crédito.

Y será por eso, diré siempre!

Que no me dura el poeta,
ni un poema, ni unas sílabas;
ni una sola letra tomada a préstamo.

Y me rechaza el sueño.

¡Que ahora veo a mi pueblo en armas!
¡que veo presagios de guerra!

Y el sol sólo me dura un día.

Y ya no veo a mi tierra.


***

Hoy no soy
ni poeta del pueblo
ni músico de mi pueblo.

Hoy soy
de mi tierra entera.

Y si ella memuere,
y si me llegara a morir.

Aquí,
aquí todo queda.