M.G.
Ángeles condenados
exiliados en el rostro
silencioso de la Noche.
Alas cristalinas
que del viento se esconden
pidiendo asilo en tu mirada.
Cada verso es en la palabra
un espejo de imágenes rotas.
Retacitos de piel
como hojas desprendidas
de un otoño que enloquece.