(al abrir los ojos una página me mira)
/ con pálido rostro y frente virgen / y los ojos se hacen
colosal campo / espera la reja del arado / me veo erecto
pensante / apasionado penetro imperceptible / con la pluma
de la arista ahuyento el vacío / deslizo el perno hasta el
fondo / y comienzo a humedecer con tinta / tersas paredes de
un blanco océano / parecido a la antártida / y en menos de un
instante / diseño vergeles / corre la sabia de mi verso por
sueños de las entrañas
(cuando viajo por la vida voy abriendo en)
la espesura del poema / abismo de corales imprecisos / con
la inasequible tinta del océano / en las playas ideales de la
mente / en la punta de los ojos y la boca / bajo el velo y la
magia del gesto / voy abriendo en la maleza de la sílaba / el
claro soñado donde pueda / instalar en el seno de la selva / el
sonido y la grafía y la idea / de la prístina palabra / con el
cauce y el empuje de la vida / se hace luz en el sueño
inverosímil / del agua / se va abriendo y dando al mundo el
original secreto de la poesía / arcano universo de natura /
cuando voy de un lado a otro por la vida / con punta de
pluma en arista del ensueño / voy abriendo en la magia de la
palabra
(ella sueña como un moro más allá en la)
costa / con el que en vez de morder la manzana le dio grave
tarascón a la granada / y después hizo hincapié en andalucía /
y lloraba de hinojos amores / pero abandonado a desdichas /
y la madre le reprochaba con sapiencia y con aquellos rezos
mortificaba / se decía a la alambra y otras cosas / de torres
labradas en demasía / alto fue el precio del artista / y más alto
lo que no pudo pagar el rey moro aquella humillación que le
roía / por encima de la leyenda / ella sueña sobre una mágica
alfombra / inasequibles secretos de oriente / con caros
perfumes y especias / con finos géneros del continente / ella
sueña con baños de pulcros cuerpos / con mágico venero de
las formas / lo sensual de lo sublime de la rosa / y la
platónica delicia del sahumerio / de la uvas del vino y de los
versos