Pedro Raúl Sánchez – Tafí Viejo, Tucumán, Argentina

Tiempo heredado

Era un tiempo heredado de las esperas y de los silencios
Donde un verduzco terciopelo comulgaba con los ladrillos
Y en las veredas desparejas baldosas sonreían salpicando
Un rumor de aguas aquietadas, filtradas de zaguanes o de patios...
Y entre el enramado agridulce de los naranjos añejos
El ocaso filtraba código de luces perfumadas por sus frutos...
Era un tiempo heredado de las esperas y de los silencios
Donde entornar los ojos era retroceder imantado de hechizos y recuerdos
Para reunirnos en un ahora, limitando los olvidos y presencias
O rezongando alguna impronta queja que quedo aguardando en los labios



Tardías seducciones

¿Adónde estabas cuando clausuraron las auroras
Los virginales cantos y se iniciaba el ciclo
De tardías seducciones
En los umbrales del deseo y la lujuria?
¿Adónde te ocultabas que mi fuego sucumbía
En tus estíos sedientos de algarabías y jolgorios?
Ahora te descubro,
En las noches donde bebe el deseo su sed urgente
Y los cuerpos son sólo placer irrefrenable



Aproximación

Todo es una incierta convocatoria al delirio
Como un gran conciliábulo
Que aproxima territorios a la nada y sucumbe.
Telaraña sutil y bravía.
Están abiertas las instancias a los sueños
Lluvia ácida que moja las mortajas del invierno.
Y la tristeza agota los instantes
Ya no existen las sombras que guiaron los pasos al abismo.
Y hay brumas que rescatan del vértigo la soledad tardía de palabras,
Sin eco y sin tiempo