Leopoldo Sánchez, México

Confesión

Los dos fuimos
de amor bendecidos,
la existencia
se escribía
con paciencia.
Inmerso en el canto
de los latidos del corazón
oí mi ilusión en voz
en esa melódica piel de mujer.
Y con esa voz
cuyos labios besé tantas veces
fuimos uno
cuando disfrutamos el nocturno
de nuestro candor.
Amábamos todo.
El mar, Las estrellas.
Esa canción nuestra.
A nosotros.