de "Existencia" (Ed. De los cuatro vientos)
PARAGUAS
Me inclino en esta tarde ante la hondura misma
de grises y celestes evocando otras tardes.
Exhalen mis recuerdos aquellas sensaciones
de aromas y paisajes que fueran luego anhelos.
Y quiero aquellos duendes con tierra colorada,
la siesta vegetal y los juegos imberbes.
Dependen, dice el tiempo, de tu poder de magia,
no de un laboratorio, esos experimentos.
Son retroalimentos profundos y sabrosos
que me sensibilizan un puerto en este mundo.
Agudo como un viento humano y ergo cíclico
sostengo en ciertas fuentes algunos sentimientos.
Intento peliagudo se torna bienlogrado
y muchas otras veces no se desata el nudo.
Comulgo en la inocente intrepidez del hombre
que se apuró en crecer para desprotegerse.
Ejerce su influencia la enorme alegoría
de una promesa vana que sufre la conciencia.
Paciencia. Lentamente me he ido construyendo.
Fue menester el niño para ensanchar la mente.
Se entiende. No aguas estancadas ni diluidas.
Ni una fijación ni una negación. Paraguas.
O fragua de un tinte claramente vivencial.
Defender las pérdidas, la identidad alegre y triste.
Insigne relevancia les cabe a los poetas:
la ardua ensoñación de rescatar la infancia.-