Marga SEOANE, Buenos Aires, Argentina

AMANECERES

En mi oídos escucho el eco de sus voces
con su desprecio
su desaire...
y canto bien alto para no oírlos.
Quisiera desatar aquellos amaneceres
y dejarlos volar como si nunca
hubieran existido...
suspiro y ... flotan en mi memoria,
como el duende pequeño de gorra roja
burlándose de mi desolado amanecer.
Ya no espero ni siquiera el murmullo
del rocío caer...
solo están los actos cercenados
acurrucados en el muro del silencio...