Apresé tus suspiros celosamente
en la playa dorada
donde un hueco dejamos
amándonos febrilmente.
Transparente brisa
el aroma de tu amor,
gajos de miel vertido en mi pecho.
La marea apresuró nuestra huida
al hueco atrapante del acantilado.
y volvimos a amarnos
en medio del arrullo de las olas
entre las blancas alas de las gaviotas