Agua para difuntos - Gregorio Riveros - Estado Trujillo, Venezuela

Cuando el sol duerme
las golondrinas vuelan en silencio.
No hay tempestades.
Solo quedan añejos tormentos.
También queda la gata
que grita
alegre
sobre el tejado.
Mi Madre dice que esa gata grita
porque ve difuntos
que desandan
y sufren en soledad.
Yo la miro en su andar.
Amorosa.
Distante.
Con suavidad.
Mi Madre
dice que hay noches muy tranquilas
como si los muertos descansaran en paz.
Que hay noches
con ojos
de color café.
Que siente sus miradas.
Que oye voces.
Que le prende velas a los muertos.
Que siempre deja un vaso con agua.
Que al amanecer
los difuntos
se esconden en la claridad.
Y se van con el soplo de la mañana.
Y se beben toda el agua.
Y la gata grita toda la noche.
Mi Madre no sabe que es haciendo el amor.
La gata exhausta se toma el agua.
Deja seco el vaso.
Disfruta el sexo.
Comienza el silencio.
Descanso en paz.
Yo no grito.
Yo no bebo agua.
Yo duermo tranquilo
en mi cajón de cedro.