Ronny Ransenberg


DESENFRENO

 

a los que no se arriesgan/

 a los que no hacen daño a nadie/

 a los que hacen el bien a todos/

 a los quietos de espiritu/

 a los siempre prudentes y medidos/

 a los extrañamente equilibrados/

 a los polìticos,apolìticos de la vida/

 a los insipidos,incoloros,inoloros

 y acêpticos/

 a los que nunca se equivocan/

 a los que nunca se inundaron/

 a los "a-insolidarios"/

 a los que por amor nunca se

desbordaron/

 a los que sonrien sin sonrisa/

 a los siempre pragmàticos, eficientes,

 y adaptados/

 a los adoradores de la estadìstica

y el mercado/

 a los que dicen algo utilitario/

 a los que preguntan/para que

sirve la poesìa?

 a los que...simplemente pasan por la vida.

Mario R. Cancel


Yo también

 Amé a Lou

 Y a Madeleine;

 Y a la chica

 Que se fue a Paraguay

 A fundar

 Una colonia comunista.

 -yo le decía Lisabeth-

 

El tiempo

 Es una gata evasiva

 Que te mira de lejos

 Pero nunca

 Te toca.

 Ayer pudo haber sido

 1915 o 1883,

 da igual.

 

La soledad

 No tiene cronología.

 

Anamaria Mayol


POEMA

 

Busqué

en el fondo de la noche

 un poema

 

en el revés del tacto

(vibraba entre los dedos)

 

en la insubordinada sombra

 que alarga el otoño

sobre las calles

 

y en los propios silencios

por el aire

vi alzarse tu rostro

 

rendirse la tristeza

en el papel

 donde te escribo.

 

Juan Paulo Huirimilla


LA JAULA DE LA SENTENCIA

 

I

 

Cuídate de los viajes, hijo mío,

 cuídate de los viajes y de los trenes

 y del tambaleo de los barcos en la batalla del amanecer.

 

Cuídate de los trenes

 y de la tierra donde baila sepultada una llama,

 cuídate de los barcos y de los fuegos fatuos

 como escondes tus rodillas del tormento de la tempestad.

 

Nunca entenderás el recorrido de los animales

 por las veredas y los parques,

 los animales malos que se comen la sed.

 Nunca entenderás los ojos de los perros

 que desaparecen tras el silbido de los cazadores.

 No me digas que no has visto

 los animales negros que tienen cara de anciano.

 No me digas que no has visto

 los caballos cansados que cruzan con sus patas la verdad.

 

Ten cuidado de los viajes,

 ten cuidado de los trenes y de las potencias malignas

 y de perderte entre tus propias aguas.

 

No dejes tu sombrero fuera de la casa,

 no dejes tus guantes lejos del amanecer,

 porque las hormigas te golpearán con sus antenas

 /hasta causarte daño,

 porque las piedras arderán en tus zapatos negros,

 para que aprendas a no jugar con las líneas de tus manos,

 para que recuerdes, hijo mío,

 que el norte de las brújulas se come la cabeza

 /de tu propio animal.

 

Cuídate de los viajes,

 cuídate de los viajes y de los trenes

 y del tambaleo de los barcos en los mares sin ley,

 porque en los viajes va la muerte hablándote al oído,

 porque en los trenes va la muerte sentada

 y en los barcos va la muerte de pie.

 

Silvia Loustau


IV

 

no escucho el mar

 no barre el viento

 azotador de aguaceros

 no flota la gaviota

como una cresta de espuma

 ni levanta sus alas lentas .

 

la tarde pasa bajo la fusta de la lluvia

 inmóviles

 los tilos los niños las flores.

 la madrugada la luna .

 los cormoranes

 ávidos como el amor

 alrededor de la basura

 abandonada por las olas.

 

vivo aquí.

Graciela Wencelblat


Un beso que se derrita

 se forme y deforme.

 Un beso entre las manos

 que convoque

 a la vida.

 Un beso

 que acaricie

 como un soplo

 que recorra la espalda

 explote en cada curva.

 Que libere la fuerza

 la energía armónica

 transformando el cuerpo.

 Beso profundo que se esconda

 en un puño y se quede.

 

Aunque el amor se acabe.

Jennie Escobar


La inocencia de la madrugada. (Dedicada a las víctimas de las inundaciones.)

 

Las aguas

 se arrastran

 con la mirada turbia

 como serpiente sin cauce,

 muerden

 la inocencia de la madrugada.

 Puertas y ventanas

 ser resisten

 a la marca del fenómeno

 con sus músculos descarnados

 y el espíritu arqueado.

 El miedo

 sube por las paredes

 deja su silueta aceitosa

 en la incertidumbre

 de la oscuridad.

 El cielo se pronuncia culpable

 y castiga con su látigo eléctrico

 la espalda desnuda

 de la ciudad,

 los ornamentos del peligro

 la enjoyan como vedette.

 Confirmando su asistencia

 la muerte

 deja su autógrafo.

Lucy Martínez Zuzunaga


¡NO TE VAYAS!

 

¿Qué hiciste hermano?,

 por la luz meridiana

 emprendiste el vuelo intempestivo,

 te soltaste de este mundo

 pasando por el túnel certero

 donde desafiaste al tiempo

 desde tu lecho temprano.

 

¿Qué hiciste hermano?

 te dejaste seducir por ángeles bellos

 que con dulces besos te llevaron

 por la inmensidad del cielo

 y deslizando por las nubes

 tus años primavera

 convertiste en eterno sueño.

 

¿Qué hiciste hermano?

 te fuiste de este mundo

 con tu sonrisa joven,

sin las palabras dichas

 sin tu mirada de miel

ni el abrazo de ternura

 en los escasos encuentros

que hoy empiezo a extrañar.

 

¡Qué hiciste hermano!

 que un vacío infinito quiebra

 la tormenta que tu ausencia

 hace lluvia en el corazón,

un lento, interminable crepúsculo

se hace luto, dolor, no hay calma

 e ingresan por la fisura de mi alma.

 

¡Qué hiciste hermano!

 ¡No te vayas!, ¡detente!

 ¡quédate aquí, no te alejes!

 ¡necesito gritar cuanto te amo!;

hermano,

no te vayas.

Álvaro Álvarez Rojas


TIEMPO ENVEJECIDO


 

En nuestro amor de primaveras florecidas

 crecieron abundantes hierbas salvajes

 despierto confuso, acelerada serenidad

 gritan de dolor… rechazos, silencios, distancias.

 

Lógica sin caminos, sin destinos, sin sentidos

 abismo profundo, incierto el mañana

 horizontes confinados por las nieblas espesas

 oscura noche de dudas revoleteando el alma.

 

En la consciencia del tiempo envejecido

 trago sin masticar tus manzanas de discordia

 aún, aprisiono esperanzas por abrazarte al llegar el día

 amor, razón, existencia… aguardo tu regreso.

Emilio Pérez Delgado


 LA MALTRATADA

 

 Ese que te juró tanto amor

 y que entre risas te acariciaba;

 hoy, te golpea sin compasión

y con furia desatada.

 Y tú, dolorida y resignada,

 las sábanas retorcías

 y bajabas la mirada...

 sin moverle las caderas,

 pero ahogándote en sus babas.

 

 Aquél, que a tu cuerpo veneraba,

 y que a tus labios

 y a tus ojos adoraba;

 hoy, te golpea sin compasión.

 Y tú, al amparo de un maquillaje

 vas escondiendo el ultraje

 de un maltrato sin razón.

 

 Y en la esperanza de mil promesas

 le pones la sopa en la mesa,

 mientras marchita tu corazón.

 Viéndole beber cerveza,

 y retrepado en su sillón.

Cynthia Rascovsky


Abandono

 

Los árboles lloran sus raíces muertas

 golondrinas preparan su partida.

 Se escuchan estallidos nocturnos

 gritos de silencios detrás de las ventanas.

 

Sostienen lo poco que queda de esfuerzo

 sus alientos quiebran en mares

 y alejan los ojos

 

nada queda entre sus manos

 todo

 baldío putrefacto.

Jorge Marel


UNO ESTÁ SOLO

 

Uno está solo,

 en medio del desamor,

 terrible como la nada...

 

Uno está solo,

 soñando crear un paraíso,

 con el sólo poder de las palabras...

 

Susana Amoroso Scalone


Pétalos de flores;

 muchos colores y formas

 que en loco giro al empuje

 del viento, coronan la niña

 que juega en su jardín.

 Cuando llegan sus amigos

 gritan :la reina llegó.

 Su madre miró desde la

 ventana y con ternura sonrió.


 

Laura Circe


GOLPE A MI ESTADO.

 

Me disuelvo viento

 en las entrañas de este tiempo.

 Yo que no creía,

 que me cegaba en vuelo

 y nube

 y derrota.

 Yo que me vestía de esmero

 y sin desnudarme

 me atrevía a ser Eva y sicario.

 

yo:

 que me reiné en dos letras pesadas,

 que me incliné siendo soberana,

 y permití

 sin dar permiso.

 Yo que sublevé mis poros

 hasta derrocarme

 y me disolví en el viento

 de playas livianas,

 de campos sembrados

 de pocas palabras.

 

Yo que maté al espejo que me revelaba

 y asfixié la sangre sin garganta;

 me resuelvo libre

 de ser libre

 y de mis vientos

 comandanta.

Oscar Vicente Conde


AGONÍA

 

En la costa despareja

cansina

 hay tantos ojos insólitos y precarios

 observan pasar la vida vagabundeando

 con el silencio de los muertos

o la paciencia de los reyes en las cimas

 ineficaces

 en un mundo que ya arriesgó todo

 sin arrepentimiento

 

todo es ofrecido con escasez

 las mitos tratan de explicar

 lo incierto

 lo impreciso

 el vendaval que llegará de improviso

 con su furia de manos como garras

 vociferando la palabra del inmoral

 

las bocas abiertas como agujeros negros

 las lenguas de fuego detrás de los mares

 y un cielo impávido y tembloroso

imaginando una lluvia que lo supera

 

y nosotros

 sin saber donde refugiar nuestras ideas

 sin poder discernir cual será nuestro próximo muerto

 

aquí

 silenciosos

 y un puñal que espera con su cólera agazapada

Nerina Thomas


Los domingos de otoño

 

En llamas, en otoños incendiados,

arde a veces mi corazón,

puro y solo. Octavio Paz

 

Huelen a pereza

 las sábanas acarician

 abrazan sin pedirlo

 y por la ventana

 las plantas espían

 no me ven visitarlas.

 

Los teléfonos cerrados

 para no despertar

 con un anuncio vano

 o mensaje inoportuno.

 

Solo el silencio mío

 de este otoño nuevo

 que encierra esperas

 de - justicia tardía -

 proyectos importantes

 que despegarán su vuelo

 en primera clase

 habitando mi vida.

 

Huele

 se siente

 abro mis ojos

 escribo.

 

Las letras no se mudan

 se plasman

 estoy viva!!