Emilio Pérez Delgado


 LA MALTRATADA

 

 Ese que te juró tanto amor

 y que entre risas te acariciaba;

 hoy, te golpea sin compasión

y con furia desatada.

 Y tú, dolorida y resignada,

 las sábanas retorcías

 y bajabas la mirada...

 sin moverle las caderas,

 pero ahogándote en sus babas.

 

 Aquél, que a tu cuerpo veneraba,

 y que a tus labios

 y a tus ojos adoraba;

 hoy, te golpea sin compasión.

 Y tú, al amparo de un maquillaje

 vas escondiendo el ultraje

 de un maltrato sin razón.

 

 Y en la esperanza de mil promesas

 le pones la sopa en la mesa,

 mientras marchita tu corazón.

 Viéndole beber cerveza,

 y retrepado en su sillón.