Leonor Silvestri, Buenos Aires, Argentina

After Sylvia Plath

Hoy me siento a esperar
el fin de la semana.

Hace meses que nadie me pregunta
con quién viniste
qué edad tenés
donde vivís

No son esas cuestiones relevantes.

Hoy me declaro en huelga
de mí.

No quiero asistir a mi rutina.
Falto.

Escucho la música que
me regalaste y aguardo.

Me emociona fisgonear tus objetos mentales
y preguntarme si
acaso quisiste decir algo
las canciones tendrán acaso algún mensaje.

Tus elecciones me afectan,
el corazón humano anda a tientas
en esta niebla, es un misterio,
un azar, habernos encontrado.

Cosas mías, me da ilusión divagar,
soy un espectro, entre lo que no existe.

Me voy acordando de cosas que querría
decirte, una cajita de música,
una juguetería, corazón de madera.

Cuando el sol se pone,
la luz que reflectan mis ensoñaciones
es fría y blanca como los nudillos disgustados
de un puño hecho ovillo.

Cuando se pone el sol,
no puedo reconocer el mapa del cielo del norte,
bóveda nocturna de estrellas cóncavas,
noche invertida en donde me encuentro yo,
si trato de llegar hasta donde estás vos.

La luna no es una salida.
Arrastra de la cabellera
como oscuro crimen pasional
en absoluto silencio de tumba
a la marea, es una boca circular,
una mueca desesperada,
profético asombro
y miedo.

En ese intersticio sobrevivimos.

Leo un hermoso poema griego,
un viejo habla, se sabe perdido,
no tiene la fuerza de la juventud
de su criatura literaria.

Lo que me interpela, no es, como en el poema,
noche y silencio. Lo que me interpela
me sostiene y me asiste mas allá
de toda oscuridad.


Rolando Revagliatti, Buenos Aires, Argentina

Retirados, no del todo*

Si nos quiere, llame:
somos los veteranos de más de cuatrocientas guerras
sobrevivientes de incontables catreras de batalla
cada cual con su sello porno-trapecista
estelares acróbatas ensartadores
rudos domadores polimorfos
en protagónicos papeles lucimos
inagotabilidad y envergadura

o porno-asistencialistas (los demás de nosotros, de este gremio)
que con inclinación de aficionados encarnábamos "el pueblo"
los que cumpliendo sus contratos "de bolo" (o relleno)
nos prendíamos en orgías exponenciales
reservadas generalmente para los grandes finales
de los sucesivos porno-derramadores
de la fuente de la vida
ficcional.

Marcela I. Somoza "La Maga", Buenos Aires, Argentina

Miro en el espejo
la sombra de mi talle
que se aleja del reposo

Y me suspende en la secreta angustia
de no ser.


Nanim Rekacz

Enclave de sol


He comido palabras,
con sabor a sangre, vida y risa.
Mastiqué las metáforas
hasta que las esencias inundaron mi boca.
He mordido el sonido
de la voz en el aire
y acariciado memorias con los labios sedientos.
Te bebí con las manos
desnudando el recuerdo.
Y el sudor me rimaba
con los senos y el pelo...
Al final, un gemido.
Y después,
el silencio...

Nilda Pigazzini, Buenos Aires, Argentina

15--La agonía de una escritora

Dale tu vida
Te dará el mundo
En su inteligente
Capacidad amatoria…
Dispondrá de
Tiempo…

Buscará el color…
De la felicidad eterna

No se conformará

Sucederá  la trama…
Su propia voz
Trascenderá ausente
Percibirá  sensible
Comprensiva
sagacidad
 humana …

 Con soplos de silencio
Descenderá sin
Comprender su muerte

Rescatando
una imagen inocente
que precede al tiempo…

 En soledad
bajo otro cielo
Gestará sin inmutarse 

un  nuevo poema--

Vero Merli, Rosario




El arte de la guerra

vendate las muñecas
salì a patear tachos de basura
comè caviar con cucharita
la vida se nos va
y nunca hicimos puchero de gallina
se nos va y
¿quièn nos amò?
el pulcro oficinista?
el compañero de banco de la primaria?
el chico de pelo largo en la estaciòn de tren?
Sì,
alguien nos amò
un minuto cuando nacimos
dos ... en la estaciòn
3,6 segundos
y muere alguien de hambre

vendate las muñecas
salì a boxear
estàs parada en el ring

Vero Merli (del èdito "para madre de tus hijos")

-a propòsito de tu fotito-en la estaciòn
3,6 segundos
y muere alguien de hambre

vendate las muñecas
salì a boxear
estàs parada en el ring

Vero Merli (del èdito "para madre de tus hijos")

-a propòsito de tu fotito-
en la estaciónen la estaciòn
3,6 segundos
y muere alguien de hambre

vendate las muñecas
salì a boxear
estàs parada en el ring

Vero Merli (del èdito "para madre de tus hijos")

-a propòsito de tu fotito-

3,6 segundos
y muere alguien de hambre
véndate las muñecas
salí a boxear
estás parada en el ring.

Ambrella, Chelo - Buenos Aires, Argentina

De esta manera, sin limu :
 
La copa derramada en la calle
poca arboleda mucha cicuta, querrá decir:
recurrir urgente de adentro hacia fuera.
Ahora.
 
No queremos fama
ni mucho menos galeras con sorpresas.
Somos calamidades sin frenos y ellos
conejitos amargos
de ajedrez Dios y Diablo.
 
Seis ruedas contadas con exactitud, y las clases
nunca se alejan
necesitan de putas y azar.
 
El polarizado eléctrico sube y baja, lejos la plaza;
a media altura, medio rostro y medio ojo invitan pasar.
Al centro y a los costados, hay rocas y ceniceros;
y el felpudo de cuatro cuerpos nos invita sentar.
 
Recurrir urgente al reclamo de tus oídos, encandece al mundo.
¡Alarde unísono quejas dan!
Continuos debates, templanza mojigata caída del andén.
 
Y así están, bárbaros
creando la paradoja de la huella esbelta.
 
Nada horizontal pisan.
Escaleras de Alvear
alfombra larga de colores egoístas
repugna de Moreno a Wilde.
Norte insignificante
perecerá vivir tan rápido
si nosotros locos
no entendemos por locos
el suelo de los no tontos.
 
 

Mónica López Bordón, España

TIENE UN VERSO EN LOS OJOS 

Amanece
como el abrazo implacable de los amantes
que late en las palabras.
Fuego inexorable enarbolando
preguntas en su laberinto.

Tiene un verso en los ojos.

Estremecida en la alegría de vivir
sabe que ellos le hablan a la noche
con un rostro que nunca volverá.

Su murmullo extraviado
escribe en la distancia
un canto de amor
que crece y se desvanece.

Destello fugaz.

Es el tiempo de color azul,
fluye y florece lento, arraigado.

Los ojos vuelven a mirar
ese verso escrito buscando su historia. 




Ricardo Zanfardini



El imperio que me inventa 
I 
En ese mundo que desea
y es no saber;
donde  el verbo no lo suple ,
no lo espera. 
Nunca saber,
saberlo nunca todo. 
La forma es sólo circunstancia
                                     sólo tiempo.
...decía: -Hola silencio
y el silencio contestaba
desde una estéril geografía de fragantes idilios. 
...decía:-Hola silencio
y escuchaba su voz. 
Eco
Eco
Eco
Eco

...de cielo aguardado,
cuarzo escondido,
bosque nocturno.
 

La forma es sólo circunstancia
                                      sólo tiempo. 
...decía:- Hola silencio
y era no querer oírse mas.





 

DESDE EL RINCON EN QUE ME VEO


 

Yo soy nadie 
Un muro que cae
dejando solo la sombra
que puede ser tiempo o silencio;
aquilatado espiral de humo blanco
que busca en el aire su destino.
O nada;
letras caídas,
palabras muertas,
líneas indefinidas
y nunca yo.
Sólo rostros,
nada más.

 

Estar 
Un lugar donde resida la promesa
donde se revista la duda
se consienta el sentido
se nombre el vacío
se calle;
un lugar. 
Retrospectiva 
I  
Tengo tanto de ayer
y tan poco de mañana
que no me encuentro en el hoy. 
II  
Recobrar el no sé,
la duda
la quimera.
Ese tal vez suceda
sin saber cuando. 
 
 

Lo mismo;
el espejo devolviéndome
la imagen;
un pasado
algún destierro.
Sólo la lejanía
de aquel que era
antes de este,
aquella manifestación de mi;
aquel niño crédulo
de todo, de todos
pidiéndome un futuro,
un recorrido.
Aquel niño que se desdibujaba
en el espejo
mostrando la imagen
del nunca más.
  

Pablo Díaz

Hoy
 me he quedado inmóvil observando en el recuerdo
el beso que se estrellaba en el muro.
Flor o acero. Ni ángel ni desángel.
Sólo la verdad desnuda.
La voz es un reclamo de amor y un instante duro.
Pero las manos no pierden el momento de tus manos.
¿dónde estás, en qué tiempo, en qué mundo te encuentro?
¿Hasta dónde estiro la mirada para verte?
Si me dieras una señal, el próximo 31 de diciembre
me llegaría hasta vos.
No creas que no te busco, no me olvido,
pues no hubo adiós; nos dijimos hasta luego.
Por favor, que las aguas del mar te traigan hasta mí.
O la soledad del otoño,
o las flores de la primavera.
Como quieras.
Pero no dejes de volver a lo que soñamos.
Si no es conmigo, ojalá que igual estés en paz.
¿Te acordás?
Habíamos quedado en ir de vacaciones
o de juntarnos todos los chicos a tomar cerveza.
Pero estoy solo, ni vos ni ellos han vuelto.
Y yo camino mirando a ver si los encuentro.
Me junto con sus madres, padres, hermanos,
tíos, amigos,
y no sé qué decirles, ¿dónde están las palabras para ellos?
Todavía no he aprendido a no desafinar,
¿y las idas a las villas?
¿Qué es esto de sobreviviente? ¡Por favor!
Que algún día los encuentre.


16 de septiembre de 1976 - 16 de septiembre de 2009 (33 años)
Poema de Pablo Díaz, uno de los sobrevivientes de "La Noche de los Lápices".
Dedicado a Claudia Falcone, una de las secuestradas y desaparecida aquella fatídica noche


Alicia Susana Gómez, Buenos Aires, Argentina

Estación Piquete

Puente reclama la estación piquete
humareda de caucho que desdibuja el sol.
Olor a hambruna. Dolor antiguo frío.
Una olla desborda guiso bronca.
Manos ajenas palmean hombros propios
en esa barricada hay certidumbre:
Retumba la palabra "Compañero".

Irrumpe el arma con un gurca brazo
estampida ilusión despliega al viento.
Un cuerpo de mujer que cubre al hijo
y llora solo el niño
en medio de una bala.
Ofrece la Estación un falso amparo.
Dos pibes, portadores de Esperanza,
Persisten resguardarla.
Pero, celada, no hay disparo vano:
Bien elegido, el blanco son los sueños.
Rodilla rota. Espalda, tiro artero.
Pero en vuelo levantan. Resiste la caída.
Esa fuerza del odio eleva piernas
y la columna invierte
la dirección de sangre.

Pero, ojos bien abiertos, sonrisa desafío
enfrentan la mirada acero puro:
Lucero cinco picos, las pupilas.

"Samarikui", susurra Pachamama.
Por cada dos que parten surgen miles:
No precisa de abrazo la Utopía
se muta, puño en alto, hacia los cielos.

POEMA LEÍDO EN LA OBRA DE TEATRO DE VICENTE ZITO LEMA "LOCOS DE NOCHE". ESCRITO EN HOMENAJE A DARÍO Y MAXI.


María Eugenia Caseiro, Cuba , EEUU

           


E s p e c t r o s.© 
            
            Yo, tú, los árboles…
                        
            I
            Yo, tú, los árboles perfectamente
            juiciosos entre el día y la noche
            las calles blancas largas dóciles
            desatándonos
            llenas de ti, llenas de mí
            quitándonos el polvo. 
            II
            Dejé de besar
            de silbar al lunajero de tus pies
            para que nada
            interrumpa, me interrumpa
            tu carrera tantas veces proscrita. 
            Equivocadas entre sexta y nona                     
            emigran ocasiones
            llevándonos de en medio
            lo que más queríamos. 
            III
            No desentrañamos
            aquellas vertientes que trajeron la sal
            cuando pensabas, cuando pensaba
            sembrar     sembrar     sembrar
            eternamente
            pasajeros felices, trenes novísimos
            caminos, tildes, radios, señales;
            dibujos olorosos a jabón, paisajes
            sin límites…  
            y la espina en el naranjo de tu piel
            doliéndole a la lluvia. 
       

     Dedos 
            Tus dedos lanzan oscuros sin ley
            sobre las horas, granos de sal
            colmenas y alfileres. ¡Galgos!                             
            correr     correr     correr…
            dioses como piñas dulces sin templo
            vuelan    juegan     saben. 
            Chambelanes como delirios
            magistralmente
            tus dedos, mis dedos, nuestros
            funden lingotes de animales
            cautivos de ti. Tus pies, tus manos
            tocan pista; cal, estrellas rojas con agujas. 
         

   Pasos 
            Plata encendida tus pasos de romero al sol
            mis pasos
            bruma y montaña el mundo nuestro
            aposento en que te ríes
            reímos la extensión de transvelar
            nuestras naves al desvelo
            volar     volar     volar 
            única circunstancia
            de ti sin ti descarnado                                    
            tan tuyo, tan mío sin ti
            sin aquel que nunca fuiste
            no vale un astro, no vale mar
            no vale cielo cegándonos.  
           

 Huir.- 
            El temor
            atrapa lo que queda de tus ojos
            el destello fijo en la carrera
            terrible claridad sin muerte como agua
            en la pureza de tus pies tan blancos
            conejos que saben huir. 
          

  Esperar.- 
            Las ventanas se apagarán un día;
            hagamos cuenta que hasta aquí
            lo habías previsto, lo había previsto
            polvo     polvo     el polvo
            lunijunto de barrancos
            blancos palacios de hueso
            cal y arena que se mueven                                   
            prolongado flujo
            esperándote, esperándome
            esperándonos. 
            

Saltar.- 
            Saltar de alguna forma el mediodía
            crecer en el crepúsculo
            tocar la yema
            fruncido el llanto. Vernos
            inmensamente labios desnudos
            enfrentar tu nombre
            mi nombre, nuestros nombres
            nunca abandonados en los parques. 
            Acaso el polvo en sus cuatro estaciones
            nos sepulte.