Semáforo Rojo
Resta voz sólo para los que escuchan
pero es una voz angosta
para oídos de pared
crece silencio en bancos de plaza
duermen hambreados en la vereda
a rayos y lluvias vestidos con harapos
abruma todo el olvido
ya no tolero: una monedita por favor
no puedo con esos ojos pescadores de miserias
quiero un minuto de ojos nuevos
con tostadas y café humeante
ojos que lean clasificados posibles
y consigan trabajo antes de la noche
ojos adonde madrugue una esperanza.
Los míos se han vuelto sólo un reflejo
evalúan al mundo que aún atesoro
como posible.
Hoy
frente a todos mis espejos
encontré esa mirada impredecible
aquella que alguna vez,
encendió la mecha.