Diana Poblet, Buenos Aires, Argentina

Semáforo Rojo
Resta voz sólo para los que escuchan
pero es una voz angosta
para oídos de pared
crece silencio en bancos de plaza
duermen hambreados en la vereda
a rayos y lluvias vestidos con harapos
abruma todo el olvido
ya no tolero: una monedita por favor
no puedo con esos ojos pescadores de miserias
quiero un minuto de ojos nuevos
con tostadas y café humeante
ojos que lean clasificados posibles
y consigan trabajo antes de la noche
ojos adonde madrugue una esperanza.
Los míos se han vuelto sólo un reflejo
evalúan al mundo que aún atesoro
como posible.
Hoy
frente a todos mis espejos
encontré esa mirada impredecible
aquella que alguna vez,
encendió la mecha.