ELSA LEVY, MEXICO

SABERTE AHÍ

No sé tu edad,
ni la fecha de tu arribo,
ni cuántas generaciones se conjugaron en ti
para constituirte cándida, profana, sagaz,
erótica, espiritual e impredecible;
pudiste haber nacido en primavera o invierno,
mucho antes o después, lo ignoro,
sólo conozco la mutación de la roca en ave
desde que estás conmigo.

Yo no te busqué ni me buscaste,
nos integramos con tanta precisión que, desde entonces,
somos una sola sombra,
injerto del mismo tallo,
un sueño dentro de otro sueño.

Tu presencia intangible, es tan evidente
que percibo el vaho de la envidia
alrededor de mí porque te tengo;
pero eso no me abate,
por el contrario, mi orgullo se acrecienta,
y más que nunca me recreo en tus sugestiones,
me estremezco contigo,
compañera vasta y múltiple,
y te cuido, y te consiento,
y eres la niña de mis ojos claros.

Si la viajera gris penetra en mis espacios,
tú la exorcizas,
susurras en mi oído conjuros milagrosos,
entonces, soy malabarista
que juega con el mundo entre sus manos,
transformo zarzales en majadas fértiles
y en mi cuerpo florece un orgasmo estupefacto.

Si estamos entre muchos, tu temeridad me contagia,
es tan excitante el disimulo,
cambiar mis ojos llenos en una ventana hueca,
cerrar la boca y sonreír por dentro,
sabiéndote ahí, madura,
oprimiéndome el alma como una sandalia nueva.

Eterna seductora,
cómplice fervorosa que aviva las brasas de mi fragua,
eres tan mía que puedo darte a otros,
y tú, vuelves a mí íntegra,
a pesar de saber que un día morirás conmigo,
mi insustituible fantasía.