ISAIAS NOBEL, BUENOS AIRES, ARGENTINA

Con mi alma

Ven, dijo mi alma,
Háblame del rumor y del rìo,
Del rubor y el gemido de la joven
Alzándose en la flor de la tarde,
Oculta con su amado
En la orilla del alba
Por el rumor del río,
Por el rubor del día,
Sublime languidez
Del cuerpo sin contornos,
Agua mansa en lento transcurrir
Llevando hasta la cima
La barca del deseo.

Ven, dije a mi alma,
Se fiel y bondadosa,
Permite que vea yo mi cuerpo
A través de tu ojo,
Que asista al nacimiento
Del color y la forma,
Del eléctrico Adán al que cantaba Walt,
Concédeme alma mía
Mirar rectamente a los ojos
de Dionisos y Shiva
desde el hombro de Orión.

Y luego regresar
Para abrazar al río y su rumor,
el rubor y el gemido
En la antigua canoa del deseo,
La lenta y milenaria marcha universal
Donde el hombre navega acompañado
Por millones de soles y planetas
En el eterno río,
En el eterno río.