FERNANDO LUIS PÉREZ POZA


LA RESURRECCIÓN DEL POETA


Contigo resucité,

me desceñí las vendas

y la sangre, primavera,

ardió, relámpago de savia

que fluye y abandona la nieve.

Huí del blanco lienzo,

de la húmeda tumba,

de la mañana inerme,

y no era el postrero día,

sino el principio de la eternidad.

Dijiste: ¡Poeta, ven a mí!

Y abandoné el frío mármol,

la noche, laberinto trémulo de cieno,

rosa negra de espinas afiladas

que envuelve el corazón

en la mortaja de la soledad.

Y comprendí el mensaje:

La vida es fascinante,

sólo hay que vivirla, respirar

a pulmón lleno el cielo ancho,

sentirse hombre, caramelo

entre tus piernas, espíritu

dentro de tu alma.